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Isaías 29:2 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Yo pondré cerco a Ariel; habrá llanto y lamento, y será para mí como Ariel.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Mas yo pondré a Ariel en apretura, y será desconsolada y triste; y será a mí como Ariel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Sin embargo, traeré desastre sobre ustedes, y habrá mucho llanto y dolor. Pues Jerusalén se convertirá en lo que significa su nombre, Ariel: un altar cubierto de sangre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 entonces le pondré sitio a Ariel y habrá quejas y lamentaciones. Tú serás para mí como un Ariel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Pero no obstante, Yo asediaré a Ariel, Y habrá llantos y lamentos, y vendrá a ser para mí como Ariel.°

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Mas yo pondré a Ariel en apretura, y será desconsolada y triste; y será a mí como Ariel.

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Isaías 29:2
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

'En cuanto a ti, hijo de hombre, así dice el Señor Yahveh: di a toda clase de aves y a todas las fieras salvajes: juntaos y venid, reuníos de todas partes en torno a mi matanza, que voy a ofreceros una gran matanza sobre los montes de Israel. Comeréis carne y beberéis sangre:


Voy a volcar mi indignación sobre ellos y a aniquilarlos con el fuego de mi cólera; haré recaer su conducta sobre su cabeza -oráculo del Señor Yahveh.'


He. El Señor fue como enemigo: aniquiló a Israel; destruyó todos sus palacios, derribó sus fortalezas; multiplicó en la hija de Judá llantos y gemidos.


Y le dijeron: 'Así habla Ezequías: hoy es día de angustia, de castigo y de oprobio, porque los hijos han llegado al cuello del útero, pero no hay fuerzas para el alumbramiento.


Eliaquín, hijo de Jilquías, mayordomo del palacio, Sebná, el secretario, y Joaj, hijo de Asaf, el cronista, se presentaron a Ezequías con las vestiduras rasgadas y le refirieron las palabras del copero mayor.


La espada de Yahveh chorrea sangre, grasienta como el sebo, sangre de corderos y cabritos, sebo de entrañas de carneros. Pues Yahveh inmola un sacrificio en Bosrá, una gran matanza en el país de Edom.


Al llegar la tarde, mirad: terror repentino; a la mañana ya no existen. Éste es el destino de quienes nos saquean, la suerte de quienes nos despojan.


Aún hoy hace alto en Nob, agita su mano contra el monte de la hija de Sión, contra la colina de Jerusalén.


Se lamentarán y gemirán sus puertas, y tú, desolada, te sentarás en tierra.


Vuestros novilunios y vuestras solemnidades yo las detesto; son para mí una carga que ya estoy cansado de llevar.


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