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Isaías 26:11 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Yahveh, tu mano está alzada, pero ellos no la ven. ¡Vean, avergonzados, tu celo por el pueblo; el fuego devore a tus enemigos!

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Biblia Reina Valera 1960

11 Jehová, tu mano está alzada, pero ellos no ven; verán al fin, y se avergonzarán los que envidian a tu pueblo; y a tus enemigos fuego los consumirá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Oh Señor, ellos no prestan ninguna atención a tu puño levantado. Demuéstrales tu fervor por defender a tu pueblo; entonces quedarán avergonzados. Que tu fuego consuma a tus enemigos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 ¿Hasta cuándo los estarás amenazando sin que comprendan? Haz que vean, para vergüenza suya, que cuidas de tu pueblo; ¡que tu furor, cual fuego, devore a tus enemigos!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Aunque alces tu mano, oh YHVH, no la miran; Que miren avergonzados tu celo por el pueblo, Y que el fuego devore a tus enemigos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 Jehová, levantada está tu mano, pero ellos no ven; verán al fin, y se avergonzarán los que envidian a tu pueblo; y a tus enemigos fuego los consumirá.

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Isaías 26:11
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sino la terrible perspectiva del juicio y el fuego ardiente que está para devorar a los enemigos.


Aquel día -oráculo de Yahveh-: aniquilaré tus caballos de en medio de ti y destruiré tus carros;


Por eso, cual la lengua de fuego devora el rastrojo y el heno se consume en la llama, su raíz se convertirá en podredumbre y su flor subirá como el polvo. Pues despreciaron la ley de Yahveh Sebaot, desdeñaron la palabra del Santo de Israel.


Cayó prisionera la bestia, y con ella el falso profeta, el que hacía a su servicio las señales con las que extravió a los que recibieron la marca de la bestia y a cuantos adoraron su imagen. Ambos fueron arrojados vivos al lago de fuego que arde en azufre.


Mira: voy a entregarte algunos de la sinagoga de Satanás, que dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten. Los voy a obligar a que vengan y se postren a tus pies, y sepan que te amo.


pero con modales amables y respetuosos. Tened la conciencia limpia, y así, los que difaman vuestra buena conducta en Cristo quedarán confundidos por hablar mal de vosotros.


en medio de un fuego flameante, para hacer justicia con los que no han reconocido a Dios y no han aceptado el evangelio de nuestro Señor Jesús.


Porque el corazón de este pueblo se ha embotado, y con los oídos pesadamente oyeron, y cerraron sus ojos; no sea que vean con sus ojos y oigan con sus oídos, y entiendan con su corazón y se conviertan, y que yo los cure.


Entonces dirá también el rey a los de la izquierda: 'Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno que está preparado para el diablo y sus ángeles.


Sin embargo, un pequeño número de los que escapen de la espada volverán del país de Egipto al país de Judá, y entonces todo el resto de Judá, los que han venido al país de Egipto para residir aquí, conocerán qué palabra se cumple, si la mía o la de ellos.


Yahveh, ¿no buscan tus ojos la verdad? Los has golpeado y no se han dolido; los has consumido, y no quisieron aprender la lección. Tienen la cara más dura que una piedra, no quieren convertirse.


Caminarán hacia ti encorvados los hijos de tus opresores, se postrarán a las plantas de tus pies todos los que te despreciaban, y te llamarán ciudad de Yahveh, Sión del Santo de Israel.


No conocen ni comprenden que sus ojos están tan pegados que no ven y sus corazones no entienden.


Los fabricantes de ídolos todos ellos son nada, sus obras preferidas de nada valen; y sus propios testigos nada ven y nada entienden. Por eso quedarán avergonzados.


Habitantes todos del orbe, moradores de la tierra, al alzarse un pendón en los montes, mirad; al sonar la trompeta, escuchad,


Cesará la envidia de Efraín, y los opresores de Judá serán exterminados. Efraín no envidiará a Judá y Judá no oprimirá a Efraín.


Haz conmigo una muestra de bondad, y verán los que me odian, confundidos, que tú, Señor, eres mi ayuda y mi consuelo.


En el Señor confía el rey: al favor del Altísimo no puede perecer.


Qof. Levántate, Yahveh, eleva, Dios, tu mano.


porque se alejaron de él e ignoraron todos sus caminos,


Fijaos bien: si toma el camino de su país y sube hacia Bet Semes, es Yahveh quien nos ha traído esta gran calamidad; en caso contrario, sabremos que no fue su mano la que nos hirió, sino que esto nos ha sucedido por casualidad'.


Porque esta vez enviaré todas mis plagas contra ti mismo, contra tus servidores y contra tu pueblo, para que sepas que nadie hay como yo en toda la tierra.


Y en el abismo, estando en medio de tormentos, levantó los ojos y vio desde lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno.


El fuego devoró a sus mancebos, no hubo canto nupcial para doncellas;


Será como estopa el hombre robusto y su obra, chispa; arderán a una los dos sin que nadie los apague.


Un mensaje ha enviado el Señor a Jacob y ha caído en Israel.


Por la ira de Yahveh Sebaot se enciende el país, el pueblo es como alimento de fuego. Nadie tiene piedad de su hermano,


cada cual devora la carne de su prójimo: despedaza a derecha y queda con hambre, devora a izquierda y no se harta:


La Luz de Israel será fuego, y su Santo una llama, que abrasará y devorará sus zarzas y, en un solo día, sus abrojos,


Porque de Jerusalén saldrá un resto y supervivientes del monte Sión. El celo de Yahveh Sebaot así lo hará.


Yahveh como héroe avanza, como un guerrero excita su ardor; vocea, sí, vocifera, contra sus enemigos es un campeón.


Vistió como coraza la justicia, y el casco de salvación en su cabeza; por traje se vistió las ropas de venganza, se cubrió con el celo como con un manto.


Mira desde el cielo y observa desde tu santa y gloriosa morada: ¿dónde está tu celo y tu fuerza? ¿La ternura de tus entrañas y tu compasión por mí se han detenido?


Pues mirad que Yahveh avanza en el fuego y sus carros como el torbellino, para desfogar con furor su ira y su indignación con llamas de fuego.


Y cuando salgan, verán los cadáveres de aquellos que se rebelaron contra mí, pues no morirá su gusano, ni se extinguirá su fuego, y serán un horror para todo mortal.


Lo verán las naciones y se avergonzarán de todo su poderío; se pondrán la mano en la boca, se taparán los oídos,


No se dan a meditar las obras del Señor ni las acciones de sus manos: que los destruya él y no los reconstruya.


Por eso enviará el Señor, Yahveh Sebaot, delgadez a los bien alimentados; y bajo su opulencia, encenderá una quemazón, como quemazón de fuego,


Escuchad la palabra de Yahveh, los que tembláis a su palabra: dicen vuestros hermanos que os odian, que os rechazan por causa de mi nombre: ¡Muestre su gloria Yahveh y veamos vuestra alegría! Pero ellos quedarán avergonzados.


Cuando mi enemiga lo vea, se cubrirá de vergüenza, ella, que me decía: '¿Dónde está Yahveh, tu Dios?'. Mis ojos se gozarán al verla toda pisoteada como el barro de las calles.


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