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Isaías 14:6 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 que golpeaba con ira a los pueblos, con golpe incesante; que dominaba con furor a las naciones, con dominio implacable.

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Biblia Reina Valera 1960

6 el que hería a los pueblos con furor, con llaga permanente, el que se enseñoreaba de las naciones con ira, y las perseguía con crueldad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Atacabas al pueblo con incesantes golpes de furia y dominabas a las naciones dentro de tu poder sofocante con una tiranía implacable.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 que les pegaba a los pueblos con rabia, golpeándolos sin cesar, y oprimía con furia a las naciones, persiguiéndolas sin descanso.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Que con furia golpeaba a los pueblos sin parar, E iracundo oprimía a las naciones con acoso imposible de impedir.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 el que hería a los pueblos con ira, con llaga permanente, el que se enseñoreaba de las naciones con ira es perseguido, y no hay quién lo defienda.

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Isaías 14:6
23 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Tendrá un juicio sin misericordia quien no tuvo misericordia. La misericordia prevalece sobre el juicio.


Heme aquí contra ti, insolencia, -oráculo del Señor Yahveh Sebaot-, porque ha llegado tu día, el tiempo en que yo te castigue.


a todos los reinos del norte, cercanos y lejanos, uno tras otro, y a todos los reyes del mundo que están sobre la superficie de la tierra. Pero el rey de Sesac beberá después de ellos.


mirad que yo mando a buscar a todas las tribus del norte -oráculo de Yahveh- y a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo, y las traeré contra este país y sus habitantes y contra todas estas naciones de su entorno, los entregaré al exterminio y haré de ellos horror, rechifla y ruinas perpetuas.


¡Ay de ti, devastador, que no has sido devastado, traidor a quien no han traicionado! Cuando termines tú de devastar, serás devastado; cuando acabes tú de traicionar, te habrán traicionado.


Mi mano alcanzó, como un nido, las riquezas de los pueblos; como se recogen huevos abandonados, la tierra entera recogí, y no hubo quien batiese las alas, quien abriese la boca y piase'.


No hay sabiduría, ni inteligencia, ni consejo que valga contra Yahveh.


Dios no desiste de su cólera; le están sometidos los esbirros de Ráhab.


En efecto, Dios mandó contra ellos al rey de los caldeos, quien mató a filo de espada a los mejores dentro del recinto del santuario, sin perdonar a jóvenes ni a doncellas, a ancianos ni a encanecidos. Dios los entregó a todos en sus manos.


Ha quebrado Yahveh la vara de los malvados, el bastón de los dominadores;


Sin. Oye cómo gimo: no tengo quien me consuele. Todos mis enemigos supieron mi desgracia, se alegraron por lo que tú hiciste. ¡Haz venir el día que anunciaste, y entonces serán como yo!


¿Vaciará, pues, su red sin tregua? ¿Seguirá matando gente sin compasión?


León rugiente y oso hambriento: tal es el jefe perverso en un pueblo pobre.


Dadle el pésame, vecinos suyos todos, y todos los que conocéis su nombre decid: '¡Ay cómo se ha roto el bastón del poder, el cetro majestuoso!'.


Ciertamente la riqueza engaña al hombre altivo e infatigable que dilata sus fauces como el seol y es insaciable como la muerte, que se apodera de todas las naciones y se adueña de todos los pueblos.


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