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Isaías 10:17 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 La Luz de Israel será fuego, y su Santo una llama, que abrasará y devorará sus zarzas y, en un solo día, sus abrojos,

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Biblia Reina Valera 1960

17 Y la luz de Israel será por fuego, y su Santo por llama, que abrase y consuma en un día sus cardos y sus espinos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 El Señor, la Luz de Israel, será un fuego; el Santo será una llama. Devorará con fuego los espinos y las zarzas, y en una sola noche quemará al enemigo por completo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 La luz de Israel se hará fuego y su Santo será como una llama,

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 La chispa de Israel se convertirá en fuego, Y su Santo en llama que arderá Y consumirá en un solo día sus zarzas y sus espinos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Y la luz de Israel será por fuego, y su Santo por llama, que abrase y consuma en un día sus cardos y sus espinos.

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Isaías 10:17
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¡No estoy airado! Si encuentro zarzas y espinas, saldré a moverles guerra, las incendiaré todas juntas,


Ya no habrá noche, y no necesitan luz de lámpara ni luz de sol, porque el Señor, Dios, los alumbrará y reinarán por los siglos de los siglos.


Como maraña de zarzas, como paja reseca serán devorados los que se hartan de vino en sus festines.


Por eso, así dice el Señor Yahveh: mirad que mi ira y mi furor se va a volcar en este lugar sobre los hombres y sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra; y arderá sin apagarse'.


Circuncidaos para Yahveh, quitad el prepucio de vuestros corazones, hombres de Judá y habitantes de Jerusalén, no sea que se desfogue como fuego mi furor y queme, sin que haya quien lo apague, por la maldad de vuestras obras'.


¿A quién has escarnecido y ultrajado? ¿Contra quién elevaste la voz y alzaste, insolente, los ojos? ¡Contra el Santo de Israel!


Salió un fuego de Yahveh y abrasó a los doscientos cincuenta hombres que habían ofrecido el incienso.


La ciudad no necesita del sol ni de la luna para que la iluminen, porque la ilumina la gloria de Dios y su lámpara es el Cordero.


pues ciertamente nuestro Dios es un fuego devorador.


Tiene el bieldo en la mano y limpiará su era; recogerá su trigo en el granero, pero la paja la quemará en un fuego que no se apaga.'


Y cuando salgan, verán los cadáveres de aquellos que se rebelaron contra mí, pues no morirá su gusano, ni se extinguirá su fuego, y serán un horror para todo mortal.


Ya el sol no será para ti luz de día, y el brillo de la luna de noche no te iluminará; pues Yahveh será para ti luz eterna, y tu Dios será tu esplendor.


Salió el ángel de Yahveh y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil hombres. Cuando se levantaron por la mañana, vieron que no había más que cadáveres.


Temieron en Sión los pecadores, temblor sobrecogió a los impíos. ¿Quién de nosotros morará en fuego devorador? ¿Quién de nosotros morará en hogueras eternas?


La tropa quedará aterrada, y sus jefes, temblando, abandonarán su estandarte. Oráculo de Yahveh, que tiene una hoguera en Sión y un horno en Jerusalén.


Por la ira de Yahveh Sebaot se enciende el país, el pueblo es como alimento de fuego. Nadie tiene piedad de su hermano,


Fuego va delante de él, para abrasar, en torno, a su enemigo.


En tus atrios un día vale mil: yo prefiero estar en la puerta de la casa del Señor, que habitar en las tiendas del impío.


nuestro Dios viene y no calla. Le precede un fuego devorante, y en su entorno, la tempestad en furia.


De David. El Señor es mi luz y mi socorro, ¿de quién he de temer? El Señor es el alcázar de mi vida, ¿de quién he de temblar?


Tu mano alcanzará todos tus enemigos, tu derecha a cuantos te aborrecen.


La tierra treme toda y se perturba, las bases de los montes se estremecen y palpitan, a causa de su ira.


Yahveh, tu mano está alzada, pero ellos no la ven. ¡Vean, avergonzados, tu celo por el pueblo; el fuego devore a tus enemigos!


¿Lo golpeó con el golpe de quien lo golpeó? ¿Lo degolló como degolló a sus degolladores?


Que desde hace tiempo está preparada la pira, también para el rey; la pira es ancha y profunda, con fuego y leña abundante; el soplo de Yahveh, cual torrente de azufre, la encenderá.


¡Ay de los que bajan a Egipto por ayuda y buscan apoyo en su caballería! Confían en los carros, que son muchos; en los jinetes, que son muy numerosos, y no miran al Santo de Israel, a Yahveh no consultan.


Serán los pueblos tizones de cal, abrojos arrancados que en el fuego arderán.


Mira: son como estopa, el fuego los consume; no salvarán su vida del poder de la llama. No son brasas para calentarse, lumbre ante la cual sentarse.


Aquel día haré de los jefes de Judá como brasero encendido en el bosque y como antorcha encendida entre gavillas: devorarán a derecha y a izquierda a todos los pueblos de alrededor, pero Jerusalén permanecerá donde se encuentra: en Jerusalén.


Porque Yahveh, tu Dios, es fuego devorador, Dios celoso.


Ni su plata ni su oro podrán salvarlos en el día de la ira de Yahveh. Por el fuego de su celo será devorada toda la tierra, porque él aniquilará de modo repentino y terrible a todos los habitantes de la tierra.


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