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Hechos 9:21 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Todos los que le oían se maravillaban y decían: 'Pero ¿no es éste el que arrasaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y no había venido aquí expresamente a lo mismo, para llevárselos presos ante los príncipes de los sacerdotes?'.

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Biblia Reina Valera 1960

21 Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es este el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Todos los que lo oían quedaban asombrados. «¿No es este el mismo hombre que causó tantos estragos entre los seguidores de Jesús en Jerusalén? —se preguntaban—. ¿Y no llegó aquí para arrestarlos y llevarlos encadenados ante los sacerdotes principales?».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Los que lo oían quedaban maravillados y decían: '¡Y pensar que en Jerusalén perseguía a muerte a los que invocaban este Nombre! Pero ¿no ha venido aquí para encadenarlos y llevarlos ante los jefes de los sacerdotes?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Y todos los oyentes estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba a los que invocan este nombre en Jerusalem, y a esto había venido acá, para llevarlos atados ante los principales sacerdotes?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

21 Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es este el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los príncipes de los sacerdotes?

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Hechos 9:21
20 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Saulo, por su parte, devastaba la Iglesia: entraba de casa en casa, apresaba hombres y mujeres y los metía en la cárcel.


cuando venga, aquel día, a recibir la gloria en medio de su pueblo santo y a ser admirado por todos los que creyeron, pues de hecho vosotros creísteis en nuestro testimonio.


Ved qué gran amor nos ha dado el Padre: que nos llamemos hijos de Dios. ¡Y lo somos! Por eso no os conoce el mundo, porque no lo conoció a él.


Viendo la entereza de Pedro y de Juan, y habiendo comprobado que eran hombres iletrados y del vulgo, se maravillaban. Reconocían que eran compañeros de Jesús.


y reconocieron que aquél era el mismo que, sentado, pedía limosna junto a la puerta Preciosa del templo, de modo que se llenaron de estupor y pasmo por lo que le había sucedido.


Estaban todos fuera de sí y estupefactos, y se decían unos a otros: '¿Qué significa esto?'.


Al producirse este ruido, se congregó la muchedumbre y no salían de su asombro al oírlos hablar cada uno en su propia lengua.


Escucha, pues, sumo sacerdote Josué, tú y los compañeros que se sientan en tu presencia, pues son hombres de presagio: mirad que haré venir a mi siervo Germen.


Aquí estoy yo y mis hijos, los que Yahveh me ha dado, como señales y portentos en Israel, de parte de Yahveh Sebaot, que habita en el monte Sión.


Para muchos he venido a ser causa de asombro, mas tú eres mi refugio.


es para él como cuernos de búfalo. Porque no existe magia contra Jacob ni adivinación en contra de Israel. Ahora se le anuncia a Jacob y a Israel lo que Dios está haciendo.


No me arrojes de tu vista ni retires de mí tu santo aliento.


Mientras apedreaban a Esteban, él oraba diciendo: 'Señor Jesús, recibe mi espíritu'.


Pero Saulo se sentía cada vez más fuerte y confundía a los judíos que habitaban en Damasco, demostrándoles que aquél era el Cristo.


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