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Hechos 7:30 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 Cumplidos los cuarenta años, se le apareció en el desierto del monte Sinaí un ángel en la llama de una zarza que ardía.

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Biblia Reina Valera 1960

30 Pasados cuarenta años, un ángel se le apareció en el desierto del monte Sinaí, en la llama de fuego de una zarza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

30 »Cuarenta años después, en el desierto que está cerca del monte Sinaí, un ángel se le apareció a Moisés en la llama de una zarza ardiente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

30 Pasados cuarenta años se le apareció un ángel en el desierto del monte Sinaí en la llama de una zarza que ardía.

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La Biblia Textual 3a Edicion

30 Transcurridos cuarenta años, el ángel se le apareció en el desierto del monte Sinay,° en la llama de una zarza ardiente.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

30 Y pasados cuarenta años, el Ángel del Señor le apareció en el desierto del monte Sinaí, en una llama de fuego en una zarza.

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Hechos 7:30
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

A este Moisés a quien habían rechazado diciendo: '¿Quién te ha constituido príncipe y juez?', Dios lo envió como príncipe y libertador, con la ayuda del ángel que se le apareció en la zarza.


Si pasas por las aguas, contigo estoy, si por los ríos, no te anegarán; si andas por el fuego, no te quemarás y la llama no te abrasará.


'Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob'. Atemorizado Moisés, no se atrevía a mirar.


en todas sus angustias. No fue un mensajero ni un ángel: él en persona los salvó. Por su amor y su piedad, él mismo los redimió, los levantó y los llevó todos los días de antaño.


Y añadió: 'Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob'. Entonces Moisés se cubrió el rostro, porque temía fijar su mirada en Dios.


A medida que se aproximaba el tiempo de la promesa que Dios había hecho a Abrahán, fue creciendo y multiplicándose el pueblo en Egipto,


Y en cuanto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, cuando aquello de la zarza, cómo le dijo Dios: Yo soy el Dios de Abrahan, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?


Porque justo eres en todo lo que haces, todas tus obras son veraces, tus caminos rectos y todos tus juicios verdaderos.


Dejaste a los humanos cabalgar sobre nuestras cabezas; pasamos por el fuego y por el agua, pero al fin tú nos conduces al alivio.


mientras que a vosotros os tomó Yahveh y os sacó del horno de hierro, de Egipto, para que fuerais el pueblo de su heredad, como lo sois hoy.


Tenía Moisés ochenta años y Aarón ochenta y tres cuando hablaron al Faraón.


Pues Agar es el monte Sinaí, que está en Arabia; y corresponde a la Jerusalén actual, porque continúa en esclavitud juntamente con sus hijos.


Y que los muertos resucitan, ya Moisés lo dio a entender en aquello de la zarza, cuando llama Señor al Dios de Abrahán, Dios de Isaac y Dios de Jacob;


He aquí que yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino delante de mí. Muy pronto vendrá a su templo el Señor a quien buscáis, el Ángel de la alianza que deseáis. Mirad que ya llega -dice Yahveh Sebaot-.


Se levantó, comió y bebió. Y ya confortado con aquella comida, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el monte de Dios, el Horeb.


y lo mejor de la tierra y de su abundancia. ¡Que el favor del que moró en la zarza descienda sobre la cabeza de José, sobre la coronilla del elegido entre sus hermanos!


Cuando lo vio, Moisés se quedó maravillado de aquella visión, y mientras se acercaba para ver mejor se oyó la voz del Señor:


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