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Hechos 26:13 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 a medio día, por el camino, vi, oh rey, que me rodeaba, a mí y a los que conmigo iban, una luz proveniente del cielo que superaba el resplandor del sol.

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Biblia Reina Valera 1960

13 cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol, la cual me rodeó a mí y a los que iban conmigo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Cerca del mediodía, su majestad, mientras iba de camino, una luz del cielo, más intensa que el sol, brilló sobre mí y mis compañeros.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 En el camino, oh rey, a eso del mediodía, vi una luz que venía del cielo, más resplandeciente que el sol, que nos deslumbró a mí y a los que me acompañaban.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi que una luz del cielo, superior al resplandor del sol, resplandeció alrededor de mí y de los que viajaban° conmigo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 al mediodía, oh rey, yendo en el camino vi una luz del cielo, que sobrepasaba el resplandor del sol, iluminando en derredor de mí y de los que iban conmigo.

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Hechos 26:13
10 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y allí se transfiguró delante de ellos: su rostro resplandeció como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.


La ciudad no necesita del sol ni de la luna para que la iluminen, porque la ilumina la gloria de Dios y su lámpara es el Cordero.


Tenía en su mano derecha siete estrellas, de su boca salía una espada aguda de dos filos y su semblante era como el sol cuando brilla en su esplendor.


Pero me sucedió que, mientras iba de camino y me acercaba a Damasco, a eso del mediodía, súbitamente me rodeó una gran luz del cielo.


Sucedió que, mientras iba caminando, al acercarse a Damasco, de repente lo envolvió una luz del cielo;


Y será la luz de la blanquecina como la luz del ardoroso. Y la luz del ardoroso será siete veces mayor, como la luz de siete días, el día en que vende Yahveh la fractura de su pueblo y cure la llaga de su herida.


Enrojecerá la blanquecina, palidecerá el ardoroso cuando reine Yahveh Sebaot en el monte Sión y en Jerusalén y esté ante sus ancianos la gloria.


Los que estaban conmigo veían la luz, pero no entendían la voz del que me hablaba.


En esto, yendo a Damasco con poderes y permiso de los pontífices,


Caímos a tierra todos, y oí una voz que me decía en dialecto hebreo: 'Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Duro es para ti dar coces contra el aguijón'.


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