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Hechos 21:5 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Pero, cuando se nos acabaron los días, emprendimos la marcha. Nos acompañaban todos, con sus mujeres e hijos, hasta fuera de la ciudad. Puestos de rodillas sobre la playa, oramos,

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Biblia Reina Valera 1960

5 Cumplidos aquellos días, salimos, acompañándonos todos, con sus mujeres e hijos, hasta fuera de la ciudad; y puestos de rodillas en la playa, oramos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Cuando regresamos al barco al final de esa semana, toda la congregación, incluidos las mujeres y los niños, salieron de la ciudad y nos acompañaron a la orilla del mar. Allí nos arrodillamos, oramos

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 pero a pesar de ello, cuando llegó la fecha en que debíamos marchar, partimos. Nos acompañaron todos con sus mujeres y niños hasta fuera de la ciudad, y llegados a la playa, nos arrodillamos y oramos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Pero cumplidos aquellos días, salimos hasta las afueras de la ciudad acompañados por todos, con sus mujeres e hijos, y después de orar puestos de rodillas en la playa,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Y cuando cumplimos aquellos días, partimos, y nos encaminaron todos, con sus esposas e hijos, hasta fuera de la ciudad; y puestos de rodillas en la ribera, oramos.

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Hechos 21:5
15 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Dicho esto, dobló sus rodillas con todos ellos y se puso a orar.


Pedro hizo salir fuera a todos. Luego, puesto de rodillas, oró y, vuelto al cadáver, dijo: 'Tabitá, levántate'. Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó.


sumamente entristecidos, sobre todo por lo que había dicho de que ya no volverían a ver su rostro. Y le fueron acompañando hasta el barco.


Ellos, pues, provistos por la iglesia de lo necesario para el viaje, atravesaron Fenicia y Samaría, refiriendo la conversión de los gentiles y proporcionando una gran alegría a todos los hermanos.


Venid y saludémoslo, postrados, doblemos la rodilla ante el Señor, nuestro hacedor.


En seguida, los hermanos, por la noche, despidieron a Pablo y a Silas hacia Berea. Ellos, apenas llegaron, se fueron derechos a la sinagoga de los judíos.


Llégase a él un leproso que, suplicándole y puesto de rodillas, le dice: 'Si quieres, puedes dejarme limpio'.


Habían comido unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.


Todo Judá estaba en pie ante Yahveh con sus pequeñuelos, sus mujeres y sus hijos.


Cuando Salomón terminó de dirigir a Yahveh esta plegaria y esta súplica, se levantó de delante del altar de Yahveh, donde había estado arrodillado con las manos extendidas hacia el cielo,


Aquel día se ofrecieron grandes sacrificios y hubo gran regocijo, porque Dios les había deparado una gran alegría. También las mujeres y los niños se regocijaron y el alborozo de Jerusalén se oía desde lejos.


Pero si os parece mal servir a Yahveh, escoged a quién habéis de servir: a los dioses a los que sirvieron vuestros antepasados al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis. Yo y mi casa serviremos a Yahveh'.


Entonces él, como a la fuerza, se arrancó de su lado como a un tiro de piedra, y, puesto de rodillas, oraba


No quedó disposición de cuantas había ordenado Moisés que no leyera Josué delante de toda la asamblea de Israel, incluidos mujeres y niños, y los extranjeros que moraban entre ellos.


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