Hechos 2:25 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁵ Porque David dice a propósito de él: Yo veía al Señor delante de mí continuamente, porque está a mi derecha para que yo no vacile.

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Biblia Reina Valera 1960

²⁵ Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁵ El rey David dijo lo siguiente acerca de él: “Veo que el Señor siempre está conmigo. No seré sacudido, porque él está aquí a mi lado.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁵ Escuchen lo que David decía a su respecto: Veo constantemente al Señor delante de mí; está a mi derecha para que no vacile.

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁵ Porque David dice respecto a Él: Veía al Señor continuamente delante de mí, Pues está a mi diestra para que no sea conmovido.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

²⁵ Porque David dice de Él: Veía al Señor siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido.

Hechos 2:25 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Isaías 41:13

Pues yo soy Yahveh, tu Dios, que toma tu diestra y te dice: 'No temas; yo te ayudo'.

Salmos 62:6

Busca sólo en Dios reposo, alma mía: él es en quien yo espero;

Salmos 109:31

él se eleva a la diestra del humilde para salvarle de sus acusadores.

Salmos 62:2

Tan sólo en el Señor mi alma halla reposo, de él viene mi victoria,

Salmos 110:5

A tu diestra el Señor destruye reyes el día de su ira,

Salmos 73:23

Mas yo estoy siempre contigo, tú cogiendo mi diestra.

Salmos 30:6

Su ira es de un instante, su favor, de por vida; si por la noche llanto, a la aurora, alegría.

Salmos 21:7

Tú lo afirmas bendito para siempre y lo colmas de gozo en tu presencia.

Juan 16:32

Mirad: llega la hora -o mejor: ya ha llegado- en que seréis dispersados cada uno por su lado y me dejaréis solo; aunque no estoy solo, porque el Padre está conmigo.

Lucas 1:6

Ambos eran realmente rectos ante Dios y llevaban una conducta intachable en conformidad con todos los mandamientos y órdenes del Señor.

Hechos 2:26

Por ello se alegró mi corazón y estalló en cánticos mi lengua. Y hasta mi carne reposa en la esperanza