Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Hechos 16:9 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Durante la noche tuvo Pablo una visión: un macedonio, puesto en pie, le rogaba: 'Pasa a Macedonia y ayúdanos'.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

9 Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Esa noche Pablo tuvo una visión. Puesto de pie, un hombre de Macedonia —al norte de Grecia— le rogaba: «¡Ven aquí a Macedonia y ayúdanos!».

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Por la noche Pablo tuvo una visión. Ante él estaba de Pie un macedonio que le suplicaba: 'Ven a Macedonia y ayúdanos.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y se mostró a Pablo una visión de noche: Cierto° varón macedonio estaba en pie y le rogaba, diciendo: ¡Pasa a Macedonia y ayúdanos!

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Y de noche apareció a Pablo una visión: Un varón macedonio estaba en pie, y le rogaba, diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Hechos 16:9
32 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Tras estos sucesos, se propuso Pablo atravesar Macedonia y Acaya y dirigirse a Jerusalén; porque se decía: 'Después de estar allí, conviene que visite también Roma'.


Cuando llegaron de Macedonia Silas y Timoteo, Pablo se consagró de lleno a la predicación, testificando a los judíos que Jesús era el Cristo.


Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una colecta en beneficio de los pobres que hay entre los hermanos de Jerusalén.


Una vez calmado el alboroto, Pablo hizo buscar a los discípulos, los exhortó, se despidió de ellos y emprendió viaje hacia a Macedonia.


y así lo practicáis con todos los hermanos [dispersos] por toda Macedonia. Sólo nos queda exhortaros, hermanos, a que sigáis progresando más y más,


o sea, a causa de tan grandes revelaciones. Por eso, para que no me arrastre la soberbia, se me clavó un aguijón en la carne: un enviado de Satanás, para que me abofetee, a fin de que no me envanezca.


Pero una vez presente entre vosotros, ni siquiera falto de recursos fui carga para nadie; porque los hermanos procedentes de Macedonia remediaron con abundancia mi escasez. Y en todo me guardé y me guardaré de seros gravoso.


porque conozco vuestra buena voluntad, de la que me glorío, para honra vuestra, ante los macedonios, asegurándoles que Acaya está preparada desde el año pasado; y vuestro celo ha actuado como acicate de la mayoría.


Queremos que conozcáis, hermanos, la gracia que Dios ha otorgado a las iglesias de Macedonia:


Pues la verdad es que, cuando llegamos a Macedonia, no hubo reposo para nosotros; al contrario, todo fueron tribulaciones: por fuera, luchas; por dentro, temores.


Tres meses llevaba allí; y ante las insidias tramadas por los judíos contra él cuando se disponía a navegar a Siria, tomó la determinación de volver por Macedonia.


Díjole Cornelio: 'Hace cuatro días a esta misma hora me encontraba haciendo la oración de nona en mi casa, cuando un hombre, con radiantes vestidos, se puso delante de mí


Este hombre vio claramente en una visión cómo, alrededor de la hora nona del día, un ángel de Dios entraba en su casa y le decía: 'Cornelio'.


Dada la proximidad entre Lida y Jope, y habiendo oído los discípulos que Pedro estaba en aquella ciudad, le despacharon dos hombres con este ruego: 'No tardes en venir hasta nosotros'.


En cuanto vio la visión, tratamos de salir para Macedonia, convencidos de que Dios nos había llamado a evangelizarlos.


y, de allí, a Filipos, colonia romana y ciudad del primer distrito de Macedonia. Llevábamos ya varios días en esta ciudad,


Envió, pues, a Macedonia a dos de sus colaboradores, Timoteo y Erasto, mientras él permaneció algún tiempo en Asia.


Se llenó de confusión la ciudad y todos en masa precipitaron en el teatro, arrastrando consigo a los macedonios Gayo y Aristarco, compañeros de viaje de Pablo.


Subidos a bordo de un barco de Adramicio que se disponía a navegar hacia las costas de Asia, levamos anclas, acompañados de Aristarco, macedonio de Tesalónica.


Tampoco están en la otra punta del mar, para que se diga: '¿Quién pasará por nosotros al otro lado del mar para que nos los traiga y nos los dé a conocer y los pongamos por obra?'.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម