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Hechos 15:22 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Les pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir entre ellos, para enviar a Antioquía con Pablo y Bernabé, a Judas, llamado Barsabás, y a Silas, hombres principales entre los hermanos,

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Biblia Reina Valera 1960

22 Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Entonces los apóstoles y los ancianos, junto con toda la iglesia de Jerusalén, escogieron delegados y los enviaron a Antioquía de Siria con Pablo y Bernabé para que informaran acerca de esta decisión. Los delegados escogidos eran dos de los líderes de la iglesia: Judas (también llamado Barsabás) y Silas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Entonces los apóstoles y los presbíteros, de acuerdo con toda la Iglesia, decidieron elegir algunos hombres de entre ellos para enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Fueron elegidos Judas, llamado Barsabás, y Silas, ambos dirigentes entre los hermanos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, enviar de entre ellos varones escogidos° a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas, el que se llamaba Barsabás, y a Silas, varones prominentes entre los hermanos;

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

22 Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir varones de ellos, y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé; a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos,

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Hechos 15:22
29 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Os enviamos, pues, a Judas y a Silas, que os explicarán de viva voz lo siguiente:


Pablo, por su parte, eligió por compañero a Silas, partió, encomendado por los hermanos a la gracia de Dios,


Os he escrito esta breve carta por medio de Silvano, a quien considero vuestro fiel hermano, para animaros y para testificar que ésta es la verdadera gracia de Dios. Manteneos firmes en ella.


Pablo, Silvano y Timoteo a la iglesia de los tesalonicenses, fundada en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: gracia y paz a vosotros.


Cuando llegaron de Macedonia Silas y Timoteo, Pablo se consagró de lleno a la predicación, testificando a los judíos que Jesús era el Cristo.


Por su parte, Judas y Silas, que también eran profetas, exhortaron y confirmaron a los hermanos con un largo discurso.


Presentaron a dos: a José, de apellido Barsabás, por sobrenombre Justo, y a Matías.


Entonces, los hermanos despidieron a toda prisa a Pablo para que marchara hacia la costa. Silas y Timoteo, mientras tanto, se quedaron allí.


En seguida, los hermanos, por la noche, despidieron a Pablo y a Silas hacia Berea. Ellos, apenas llegaron, se fueron derechos a la sinagoga de los judíos.


Algunos de entre ellos quedaron convencidos y se unieron a Pablo y a Silas, así como una gran muchedumbre de prosélitos griegos y no pocas mujeres principales.


Pidió él una luz, saltó dentro, se arrojó temblando a los pies de Pablo y Silas,


Alrededor de la media noche Pablo y Silas, puestos en oración, cantaban himnos a Dios; los restantes presos les estaban escuchando.


Al ver sus amos desvanecida la esperanza de sus ganancias, prendieron a Pablo y a Silas, los arrastraron al foro ante los magistrados


Por ello, nos ha parecido bien elegir, de común acuerdo, algunos hombres y enviarlos a vosotros, juntamente con nuestros queridos Bernabé y Pablo,


que llevarían en mano el siguiente escrito: 'Los apóstoles y los hermanos ancianos, a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia, provenientes de la gentilidad: salud.


Llegó esta noticia a oídos de la Iglesia de Jerusalén y enviaron a Antioquía a Bernabé,


Enterados los apóstoles en Jerusalén de que había recibido Samaría la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan,


También en Judá se dejó sentir la mano de Dios, que les dio unanimidad de corazón para cumplir la orden del rey y de los jefes, conforme a la palabra de Yahveh.


Esto pareció lo más razonable a los ojos del rey y a toda la asamblea.


Lo oyó todo el pueblo y le complació, pues cuanto hacía David les parecía bien a todos.


Entre tanto, los que se habían dispersado a partir de la persecución que sobrevino cuando lo de Esteban habían llegado hasta Fenicia y Chipre y Antioquía, aunque sólo predicaban la palabra a los judíos.


Había, con todo, entre ellos algunos de Chipre y de Cirene que, al llegar a Antioquía, comenzaron a hablar también a los griegos, anunciándoles el evangelio del Señor Jesús.


Por aquellos mismos días llegaron a Antioquía algunos profetas de Jerusalén.


Ellos, pues, provistos por la iglesia de lo necesario para el viaje, atravesaron Fenicia y Samaría, refiriendo la conversión de los gentiles y proporcionando una gran alegría a todos los hermanos.


Tras la despedida, llegaron a Antioquía y, reunida la comunidad, les entregaron la carta.


Porque el Hijo de Dios, Cristo Jesús, que nosotros, Silvano, Timoteo y yo, proclamamos entre vosotros, no fue sí y no, sino que en él se realizó el sí.


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