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Hechos 12:17 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Él hizo señas con la mano para que se callaran, les refirió cómo el Señor le había sacado de la cárcel y añadió: 'Contádselo a Santiago y a los hermanos'. Salió y se fue a otro lugar.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Pero él, haciéndoles con la mano señal de que callasen, les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Y dijo: Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y salió, y se fue a otro lugar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Él les hizo señas para que se callaran y les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. «Díganles a Santiago y a los demás hermanos lo que pasó», dijo. Y después se fue a otro lugar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Les hizo señas con la mano pidiendo silencio, y les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. En seguida les dijo: 'Comuniquen esto a Santiago y a los hermanos. Luego salió y se fue a otro lugar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Y haciéndoles con la mano señal de que callaran, relató cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. Y dijo: Informad de esto a Jacobo y a los hermanos. Y saliendo, se fue a otro lugar.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Pero él, haciéndoles con la mano señal de que callasen, les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Y dijo: Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y salió, y se fue a otro lugar.

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Hechos 12:17
28 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y se lo permitió. Pablo, de pie sobre las gradas, hizo señas al pueblo con la mano para que callara. Hecho un gran silencio, se puso a hablar en dialecto hebreo y dijo:


De entre el gentío destacaron a un tal Alejandro, al que empujaban los judíos. Alejandro, pues, reclamando atención con la mano, intentaba defenderse ante el pueblo;


Se levantó Pablo y, reclamando atención con la mano, dijo: 'Israelitas y los que teméis a Dios, escuchad:


Al día siguiente, fue Pablo con nosotros a ver a Santiago. Se habían reunido todos los ancianos.


Cuando acabaron su informe, tomó la palabra Santiago y dijo: 'Oídme, hermanos.


Pues, antes de que vinieran algunos de parte de Santiago, comía en compañía de los gentiles; pero cuando llegaron aquéllos, se retraía y apartaba por temor a los circuncisos.


y reconociendo la gracia que se me había dado, Santiago y Cefas y Juan, los considerados como columnas, nos dieron la mano en señal de comunión a mí y a Bernabé, para que nosotros fuéramos a los gentiles, y ellos a los circuncisos.


pero no vi a ningún otro apóstol, sino solamente a Santiago, el hermano del Señor.


Después se apareció a Santiago; más tarde a todos los apóstoles.


Por eso Jesús ya no andaba en público entre los judíos, sino que se fue de allí a la región cercana al desierto, a una ciudad llamada Efraín, donde permaneció en compañía de sus discípulos.


Entonces tomaron piedras para lapidarle; pero Jesús se escondió y salió del templo.


Cuando os persigan en una ciudad huid a otra; porque os aseguro: antes de que acabéis de recorrer las ciudades de Israel vendrá el Hijo del hombre.


Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus en la diáspora: salud.


Salieron, pues, de la cárcel, entraron en casa de Lidia, vieron a los hermanos, los exhortaron y partieron.


Simón Pedro le dice por señas: 'Pregúntale de quién está hablando'.


De nuevo se fue al otro lado del Jordán, al lugar donde antes había estado bautizando Juan, y se quedó allí.


Después de esto, andaba Jesús por Galilea. No quería andar por Judea, porque los judíos trataban de matarlo.


Cuando, por fin, salió, no podía hablarles; y entonces comprendieron que había tenido en el santuario alguna visión. Él intentaba explicarse por señas, pues seguía mudo.


el que cumple su promesa por los siglos, el que hace justicia al oprimido y da pan al hambriento. El Señor es el que libra al prisionero,


Venid a oír y os contaré, fieles todos del Señor, lo que él hizo por mí.


¿No es éste el carpintero, el hijo de María, y hermano de Santiago y de José, de Judas y de Simón? ¿Y no viven sus hermanas aquí entre nosotros?'. Y les parecía escandaloso.


Uno de aquellos días se levantó Pedro en medio de los hermanos -un grupo de unas ciento veinte personas personas en total- y dijo:


Pedro, entre tanto, seguía llamando. Por fin abrieron y, al verlo, se maravillaron.


Al hacerse de día, hubo alboroto no pequeño entre los soldados sobre qué habría sido de Pedro.


Los hermanos de allí, que habían tenido noticias nuestras, salieron a nuestro encuentro hasta el Foro Apio y Tres Tabernas. Al verlos Pablo, dio gracias a Dios y cobró ánimo.


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