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Hechos 10:4 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Fijó su vista en él y, atemorizado, le dijo: '¿Qué pasa, Señor?'. Le respondió: 'Tus oraciones y tus limosnas han subido como memorial ante la presencia de Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Él, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Cornelio lo miró fijamente, aterrorizado. —¿Qué quieres, señor? —le preguntó al ángel. Y el ángel contestó: —¡Dios ha recibido tus oraciones y tus donativos a los pobres como una ofrenda!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 El lo miró frente a frente y se llenó de miedo. Le dijo: '¿Qué pasa, señor?' El ángel respondió: 'Tus oraciones y tus limosnas han subido hasta Dios y acaban de ser recordadas ante él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y él, mirándolo fijamente, y aterrorizado, dijo: ¿Qué pasa, Señor? Le dijo: Tus oraciones y tus limosnas subieron por memorial delante de Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Y mirándole, tuvo miedo, y dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido como un memorial delante de Dios.

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Hechos 10:4
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

No os afanéis por nada, sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean públicamente presentadas a Dios.


Porque Dios no es injusto como para olvidarse de vuestra obra y del amor que habéis mostrado por su nombre, cuando ya antes servisteis al pueblo santo y lo seguís sirviendo ahora.


Hablaron también entre sí los que temen a Yahveh y Yahveh escuchó con atención. Se escribió un memorial en su presencia en favor de los que temen a Yahveh y respetan su nombre.


y me dijo: 'Cornelio, ha sido escuchada tu oración, y de tus limosnas se ha hecho memoria en la presencia de Dios;


El humo del incienso, junto con las oraciones del pueblo santo, subió de la mano del ángel hasta la presencia de Dios.


que ante ti se haga valer como el incienso mi plegaria, mi manos levantadas como la ofrenda de la tarde.


De todo acuso recibo y estoy en la abundancia; lleno estoy, después de haber recibido de manos de Epafrodito lo que me habéis mandado: calmante aroma, sacrificio aceptable que agrada a Dios.


No os olvidéis de practicar la beneficiencia y de compartir los bienes; porque éstos son los sacrificios que agradan a Dios.


Al oír tales palabras, ella se turbó, preguntándose qué querría significar este saludo.


Os lo aseguro: dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, se hablará también, para recuerdo suyo, de lo que ella ha hecho'.


y me dijo: 'Daniel, hombre apreciado, fíjate en las palabras que voy a decirte y ponte de pie en el lugar en que estás, pues ahora he sido enviado a ti'. Mientras me decía estas palabras, me puse de pie, temblando.


Avísame, vayamos juntos a juicio, declara tú mismo para justificarte.


Por aquel tiempo, Ezequías enfermó de muerte. Oró a Yahveh, que le escuchó y le concedió una señal milagrosa.


escúchalo tú desde el cielo, desde el lugar de tu morada, y haz todo cuanto este extranjero te pida, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre y te teman, lo mismo que te teme tu pueblo Israel, y sepan que tu nombre es invocado en este templo que acabo de edificar.


Entró Yahveh, se le puso delante y lo llamó como las otras veces: '¡Samuel, Samuel!'. Y Samuel respondió: 'Habla, que tu siervo escucha'.


Dije, pues: '¿Qué debo hacer, Señor?'. Y el Señor me dijo: 'Levántate y ve a Damasco, y allí se te dirá todo lo que está determinado que debes hacer'.


Ellas se asustaron y bajaron la vista hacia el suelo; pero ellos les dijeron: '¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?


No hablé en lo escondido, ni en lugar tenebroso de la tierra. No dije a la estirpe de Jacob: 'Buscadme en el caos'. Yo soy Yahveh, que digo verdad y declaro lo que es justo.


La llevará a los sacerdotes, a los hijos de Aarón, y el sacerdote tomará un puñado lleno de flor de harina, con su aceite y con todo su incienso, y lo quemará sobre el altar como memorial. Es manjar pasado por el fuego de calmante aroma para Yahveh.


que él te envíe el socorro desde su santuario, que desde Sión te asista.


Pedro, acompañado por Juan, fijó en él la vista y le dijo: 'Míranos'.


Este hombre escuchaba a Pablo, quien, fijándose en él y viendo que tenía fe para ser curado,


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