Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Hebreos 7:19 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 pues realmente la ley no ha llevado nada a la perfección; y por otra parte, la introducción de una esperanza mejor, por la que nos vamos acercando a Dios.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

19 (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Pues la ley nunca perfeccionó nada, pero ahora confiamos en una mejor esperanza por la cual nos acercamos a Dios.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

19 pues la Ley no trajo nada definitivo, y al mismo tiempo se nos abre una esperanza mucho mejor: la de tener acceso a Dios.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

19 porque la ley nada perfeccionó, sino que fue introducción a una mejor esperanza, por medio de la cual nos acercamos a Dios.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 Porque la ley nada perfeccionó; mas lo hizo la introducción de mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Hebreos 7:19
29 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

es justificado por él todo el que cree.


Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia, para que obtengamos misericordia y hallemos gracia para ser socorridos en el momento oportuno.


Y esto es símbolo dela situación actual, en la que se ofrecen dones y sacrificios que no pueden perfeccionar la conciencia del que oficia en el culto,


En efecto, lo que era imposible a la ley, por cuanto que estaba incapacitada por causa de la carne, Dios, enviando a su propio Hijo en carne semejante a la del pecado y como víctima por el pecado, condenó al pecado en la carne,


porque Dios tenía previsto, con respecto a nosotros, algo aún mejor, de suerte que ellos no llegaran sin nosotros a la consumación.


Conteniendo, en efecto, la ley sólo una sombra de los bienes futuros, no la reproducción exacta de las realidades, nunca puede, con los sacrificios, siempre los mismos, ofrecidos sin cesar, año tras año, perfeccionar a los que se acercan a ellos.


para que por estas dos cosas irrevocables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos poderoso aliento los que nos acogemos a él, para asirnos a la esperanza que se nos presenta.


mediante el cual hemos obtenido [por la fe] incluso el acceso a esta gracia, en la que nos mantenemos firmes, nos sentimos gozosamente seguros en la esperanza de la gloria de Dios.


Pero ahora, él ha obtenido un ministerio tanto más excelente cuanto que es también mediador de una alianza superior, legalmente instituida en virtud de promesas superiores.


De ahí que definitivamente pueda salvar a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder a favor de ellos.


Pero sabiendo que el hombre no se justifica por las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe en Cristo y no por las obras de la ley, ya que por las obras de la ley nadie será justificado.


Respóndele Jesús: 'Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie llega al Padre, sino por mí.


Por mi parte, mi bien es la divina cercanía. En el Señor yo pongo mi refugio, para poder contar todas sus obras.


Ahora bien, si se obtuviera la perfección por el sacerdocio levítico, porque en él se basaban las leyes dadas al pueblo, ¿qué necesidad habría de que surgiera un sacerdote distinto, según el rito de Melquisedec, y no según el rito de Aarón?


Pablo, apóstol de Cristo Jesús por encargo de Dios nuestro Salvador, y de Cristo Jesús, nuestra esperanza,


al que Dios ha querido dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo entre vosotros, la esperanza de la gloria.


en el cual tenemos la confiada libertad y el acceso seguro por medio de la fe en él.


Así, pues, la ley nos sirvió de ayo hasta llevarnos a Cristo, para que fuéramos justificados por la fe.


Porque la ley fue dada por medio de Moisés y por Jesucristo vino la gracia y la verdad.


Te acercaste el día que te invoqué; me dijiste: '¡No temas!'.


¿Qué diremos, pues? ¿Que la ley es pecado? ¡Ni pensarlo! Pero lo cierto es yo no he conocido el pecado sino por medio de la ley. Porque yo no habría sabido lo que era la codicia si la ley no me hubiera dicho: No codiciarás.


¿Es, pues, la ley contraria a las promesas [de Dios]? ¡Ni pensarlo! Pues si hubiera sido dada una ley capaz de dar vida, entonces sí que la justicia vendría de la ley.


Cristo, por el contrario, en su calidad de Hijo, está al frente de su propia casa: casa que somos nosotros, con tal de que mantengamos [firme hasta el final] la confianza y la gozosa satisfacción de la esperanza.


El hecho es que aquí no falta un juramento. En efecto, aquéllos fueron instituidos sacerdotes sin juramento,


Y sin fe es imposible agradarle, pues el que se acerca a Dios debe creer que existe y que recompensa a los que lo buscan.


Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; los que obráis con doblez, purificad los corazones.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម