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Hebreos 3:8 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 no endurezcáis vuestros corazones como en la rebelión, el día de la tentación en el desierto,

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Biblia Reina Valera 1960

8 No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 no endurezcan el corazón como lo hicieron los israelitas cuando se rebelaron, aquel día que me pusieron a prueba en el desierto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 no endurezcan su corazón, como ocurrió en el día amargo, el día de la tentación en el desierto,

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 No endurezcáis vuestros corazones Como en la rebelión, en el día de la tentación, en el desierto,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto,

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Hebreos 3:8
28 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Feliz el hombre que siempre abriga temor; quien endurece su corazón caerá en la desgracia.


Y dio al lugar el nombre de Masá y Meribá, por la querella de los israelitas, y porque habían puesto a Yahveh a prueba, diciendo: '¿Está Yahveh en medio de nosotros o no?'.


Pero cuando su corazón se ensoberbeció y su espíritu se obstinó en el orgullo, fue derribado de su trono real y despojado de su gloria.


pero no me han escuchado ni aplicado su oído, sino que han endurecido su cerviz y se han portado peor que sus padres.


Mas ellos lo tentaron, rebeldes al Altísimo, no observaron sus preceptos.


provocaron a Dios en su interior, reclamando el manjar de su apetencia.


Porque el corazón de este pueblo se ha embotado, con sus oídos pesadamente oyeron, y cerraron sus ojos; no sea que vean con sus ojos y oigan con sus oídos y entiendan con su corazón y se conviertan, y que yo los sane.


Quien ante los reproches se rebela será aniquilado de repente y sin remedio.


¿Quién, por fuerte y sabio que sea, puede provocarle impunemente?


Dijeron los magos al Faraón: 'El dedo de Dios está aquí'. Pero el corazón del Faraón se endureció y, como lo había predicho Yahveh, no los escuchó.


Cedieron a su antojo en las estepas y tentaron a Dios en el desierto.


Se rebeló también contra el rey Nabucodonosor, que le había exigido juramento de fidelidad por Dios. Endureció su cerviz y se obstinó en su corazón para no convertirse a Yahveh, Dios de Israel.


No tentaréis a Yahveh, vuestro Dios, como le tentasteis en Masá.


Ni tentemos al Señor, como lo tentaron algunos de ellos, que perecieron por causa de las serpientes.


Pero como algunos se endurecieron, rechazaron el Camino y lo denigraron delante de la concurrencia, se apartó de ellos, formó un grupo aparte con los discípulos y conversaba con ellos todos los días en la escuela de Tirano.


Pero ellos, nuestros padres, fueron insolentes: endurecieron su cerviz, desoyeron tus mandatos.


¿Por qué vais a endurecer vuestro corazón, como lo endurecieron los egipcios y el Faraón? ¿No tuvieron que dejarlos partir después que Dios los castigó?


Y Yahveh dijo a Moisés: '¿Hasta cuándo me va a menospreciar este pueblo? ¿Hasta cuándo va a desconfiar de mí, a pesar de todos los prodigios que he obrado en medio de ellos?


Ahora, pues, no endurezcáis vuestra cerviz como vuestros padres. Tended la mano a Yahveh y venid a su santuario, que él ha santificado para siempre. Servid a Yahveh, vuestro Dios, para que él aparte de vosotros el ardor de su cólera.


Pero ellos no les prestaron atención, sino que endurecieron su cerviz como habían hecho sus antepasados, que no quisieron creer en Yahveh, su Dios.


No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá, en el desierto,


Fue éste quien los sacó, obrando prodigios y señales en la tierra de Egipto y en el mar Rojo y en el desierto, por espacio de cuarenta años.


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