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Hebreos 10:39 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

39 Y nosotros no somos de los que se vuelven atrás, para su perdición; sino de los que permanecen en la fe, para salvación del alma.

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Biblia Reina Valera 1960

39 Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

39 Pero nosotros no somos de los que se apartan de Dios hacia su propia destrucción. Somos los fieles, y nuestras almas serán salvas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

39 Nosotros no somos de los que se retiran y pierden, sino que somos hombres de fe que salvan sus almas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

39 Pero nosotros no somos de los que retrocedemos para destrucción, sino de los que tenemos fe para preservación del alma.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

39 Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que creen para salvación del alma.

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Hebreos 10:39
28 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¿Y quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?


que por el poder de Dios habéis sido custodiados, mediante la fe, para la salvación, dispuesta ya a manifestarse en el momento final.


El que crea y se bautice, se salvará; pero el que se niegue a creer, se condenará.


Si alguno ve que su hermano comete un pecado que no lleva a la muerte, que pida y Dios le dará vida. -Se trata de los que cometen pecados que no llevan a la muerte. Hay pecado que lleva a la muerte, por el cual no pido oraciones.-


'Me arrepiento de haber constituido rey a Saúl, porque se ha apartado de mí y no ha ejecutado mis órdenes'. Afligióse Samuel y pasó toda la noche clamando a Yahveh.


Pero el cielo y la tierra de ahora están guardados por la misma palabra, reservados para el fuego en el día del juicio y de la destrucción de los impíos.


La fe es anticipo de las realidades que se esperan y prueba de las que no se ven.


Porque Dios no nos destinó a la ira, sino a que alcancemos la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo,


Mientras yo estaba con ellos, los guardaba en tu nombre, en ese nombre que me has dado, y velé por ellos; ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición. Y así se cumplió la Escritura.


Porque ésta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y que yo lo resucite en el último día'.


Entonces va, toma consigo otros siete espíritus peores que él, entran en la casa y se instalan allí; y resulta que la situación final de aquel hombre es peor que la de antes'.


Y todo esto nos viene sin haberte olvidado, sin que hayamos mentido a tu alianza,


Que nadie os engañe en modo alguno. Porque si primero no viene la apostasía y aparece el hombre impío, el hijo de la perdición,


Éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.


El rebelde se complace en sus caminos; el hombre bueno, en su trabajo.


La rebeldía de los simples es su muerte y la indolencia de los necios su perdición.


La bestia que era y no es, aunque hace el número ocho, es también de los siete, y camina a la perdición.


Porque si después de haber aceptado el conocimiento de la verdad volvemos a pecar deliberadamente, ya no queda más sacrificio expiatorio por los pecados,


Pues los que intentan enriquecerse, caen por ello mismo en tentación y trampa, o sea, en múltiples afanes locos y nocivos, que hunden a los hombres en ruina y perdición.


De verdad os aseguro: quien escucha mi palabra y cree a aquel que me envió, tiene vida eterna y no va a juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida.


La bestia que has visto era y ya no es. Está a punto de subir del abismo, pero camina a la perdición. Los moradores de la tierra, aquellos cuyo nombre no está escrito en el libro de la vida desde la creación del mundo, quedarán atónitos, cuando vean la bestia, pues era, ya no es y vuelve a aparecer.


Mi justo vivirá por la fe; pero, si vuelve atrás, no pondré yo en él mi complacencia.


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