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Génesis 43:11 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Les dijo Israel, su padre: 'Si no hay más remedio, haced lo siguiente: Meted algunos de los productos del país en vuestros sacos, y llevad al hombre aquel como presente un poco de resina y un poco de miel, tragacanto y láudano, pistachos y almendras.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Entonces Israel su padre les respondió: Pues que así es, hacedlo; tomad de lo mejor de la tierra en vuestros sacos, y llevad a aquel varón un presente, un poco de bálsamo, un poco de miel, aromas y mirra, nueces y almendras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Entonces su padre Jacob finalmente les dijo: —Si no queda otro remedio, entonces al menos hagan esto: carguen sus costales con los mejores productos de esta tierra —bálsamo, miel, resinas aromáticas, pistachos y almendras—; llévenselos al hombre como regalo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Israel, su padre, les dijo: 'Ya que no queda más remedio, hagan lo siguiente. Echen en sus bolsas algo de los productos del país: tragacanto, miel, goma, láudano, pistacho y almendras, y llévenselo como regalo a ese hombre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Respondió su padre Israel: Si tiene que ser así, hacedlo. Tomad de lo mejor de la tierra en vuestras bolsas y llevad obsequios a aquel hombre, un poco de bálsamo, y un poco de miel, especias y mirra, nueces y almendras.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 Entonces Israel su padre les respondió: Pues que así es, hacedlo; tomad de lo mejor de la tierra en vuestros sacos, y llevad a aquel varón un presente, un poco de bálsamo, y un poco de miel, aromas y mirra, nueces y almendras.

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Génesis 43:11
37 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Sentáronse a comer. Al alzar la vista, vieron una caravana de ismaelitas que iban desde Galaad a Egipto con sus camellos cargados de goma, resina y láudano.


¿No hay bálsamo en Galaad, o no hay allí un médico? ¿Por qué, entonces, no se cierra la herida de la hija de mi pueblo?


Judá y el país de Israel traficaban contigo; abastecían tu comercio de trigo de Minit, mijo, miel, aceite y bálsamo.


Las dádivas abren al hombre las puertas, le procuran acceso a los grandes.


Respondió Saúl a su criado: 'Bien. Iremos, pero ¿qué le llevaremos a ese hombre? Porque se han agotado ya las provisiones de nuestras alforjas, y no tenemos ningún regalo que podamos ofrecer al hombre de Dios. ¿Qué nos queda?'.


Al ver que no podíamos convencerle, dejamos de insistir diciendo: 'Hágase la voluntad del Señor'.


La gente de Dedán traficaba contigo; muchas islas comerciaban a tu servicio, devolviéndote como tributo colmillos de marfil y madera de ébano.


Date prisa, amado mío, y sé cual la gacela o como el cervatillo por los montes de los bálsamos.


de nardo y de azafrán, canela y cinamomo, con los árboles todos del incienso, de la mirra y de áloe, y las especies mejores de los bálsamos.


¡Qué exquisitos tus amores, hermana y novia mía! Tus amores son más sabrosos que el vino; el olor de tus perfumes, más que todos los bálsamos.


Dádiva en secreto mitiga la cólera; regalo a escondidas, la ira violenta.


Muchos lisonjean al poderoso, todos son amigos del hombre pródigo.


Carece de juicio quien estrecha la mano, quien sale fiador de su prójimo.


El furor del humano te da gloria, del salvado a la ira tú te ciñes.


Los monarcas de Tarsis y las islas le pagarán tributo, y los reyes de Sabá y de Seba le traerán presentes.


Ordena, oh Dios, conforme a tu potencia -la potencia, Señor, con que has obrado por nosotros,


'Ve y reúne a todos los judíos que se encuentran en Susa y ayunad por mí. No comáis ni bebáis durante tres días, ni de día ni de noche. También yo y mis doncellas ayunaremos. Y así, aun en contra de la ley, me presentaré al rey. Si tengo que morir, moriré'.


Por aquel tiempo, Merodac Baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y un presente a Ezequías, porque se habían enterado de que Ezequías había estado enfermo.


Tomó el oro y la plata que había en el templo de Yahveh y en el tesoro del palacio real y lo envió como regalo al rey de Asiria.


Dijo entonces el rey a Jazael: 'Toma contigo un regalo, vete al encuentro del varón de Dios, y consulta por medio de él a Yahveh lo siguiente: '¿Lograré sobrevivir a esta enfermedad?''.


'Pactemos una alianza entre tú y yo, como la hubo entre mi padre y el tuyo. Ahí te mando un regalo de plata y de oro. Anda, rompe tu alianza con Basá, rey de Israel, para que se aleje de mí'.


Todos le llevaban presentes: objetos de plata y de oro, vestidos, armas, perfumes, caballos y mulos. Y así año tras año.


sin contar los impuestos de los mercaderes y del tráfico de mercancías y las contribuciones de todos los reyes de Arabia y de los gobernadores del país.


Y ahora, este presente que te ofrece tu sierva a ti, mi señor, sea distribuido entre los jóvenes que siguen a mi señor.


con lo mejor de los frutos del sol, y con lo mejor de cuanto germina en cada luna;


Que El Sadday os conceda la benevolencia de aquel hombre para que él os devuelva al otro hermano vuestro y a Benjamín. En cuanto a mí, pues que he de quedar sin mis hijos, sin ellos quedaré'.


Contestó Jacob: 'No; te lo suplico. Si gozo de tu favor, tú tomarás este don de mis manos, pues he visto tu rostro como quien ve el rostro de Dios, y me has acogido bien.


Yo os he dicho: 'Vosotros poseeréis su tierra, y os la doy para que toméis posesión de ella. Es una tierra que mana leche y miel'. Yo soy Yahveh, vuestro Dios, el que os he separado de los otros pueblos.


Si no lo hubiéramos aplazado tanto, a estas horas ya estaríamos de vuelta'.


Ellos, pues, tomaron los regalos. Tomaron también doble cantidad de dinero en sus manos, y a Benjamín. Se pusieron en camino, bajaron a Egipto y se presentaron ante José.


Ellos prepararon los regalos para cuando llegara José al mediodía, pues le habían oído decir que comería con ellos.


Cuando llegó José a casa, le presentaron el obsequio que tenían en sus manos y se postraron ante él rostro en tierra.


Los traficantes de Sebá y Ramá también traficaban contigo; abastecían tus mercados de toda clase de bálsamos de primera calidad, de toda clase de piedras preciosas y de oro.


He bajado para liberarlo de la mano de los egipcios y subirlo de ese país a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel, al lugar donde viven los cananeos, los hititas, los amorreos, los perizeos, los jiveos y los jebuseos.


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