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Génesis 29:17 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Lía tenía la mirada apagada, Raquel, en cambio, era apuesta y de bello aspecto.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Y los ojos de Lea eran delicados, pero Raquel era de lindo semblante y de hermoso parecer.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 No había brillo en los ojos de Lea, pero Raquel tenía una hermosa figura y una cara bonita.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Lía no tenía brillo en sus ojos, mientras Raquel tenía buena presencia y era linda.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Y los ojos de Lea eran alicaídos,° en tanto que Raquel era de hermosa apariencia y bello semblante.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Y los ojos de Lea eran tiernos, pero Raquel era de lindo semblante y de hermoso parecer.

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Génesis 29:17
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

A punto de entrar en Egipto, dijo a Saray, su mujer: 'Mira, sé que eres una mujer muy hermosa.


Una voz se oyó en Ramá, alaridos y grandes lamentos: Raquel está llorando a sus hijos, y no quiere que la consuelen, porque ya no existen.


Así dice Yahveh: '¡Escuchad! En Ramá se oye un lamento, un llanto muy amargo: Raquel llora por sus hijos, inconsolable, por sus hijos, porque ya no existen'.


Sin. Engañosa es la gracia, vana la belleza; la mujer que teme a Yahveh, ésa es de alabar.


cuando hoy te alejes de mí, encontrarás dos hombres junto al sepulcro de Raquel, en los confines de Benjamín, en Selsaj, los cuales te dirán: 'Ya han aparecido las asnas que fuiste a buscar. Tu padre ya no se preocupa del asunto de las asnas; pero está intranquilo por vosotros, y se pregunta: ¿Qué haré yo por saber de mi hijo?'.


En cuanto a mí, cuando volvía yo de Padán, durante el viaje se me murió Raquel, cerca de Éfrata, en la tierra de Canaán, y allí la sepulté, en Éfrata, es decir, Belén'.


Dejó, pues, en manos de José todo lo suyo, de manera que sólo se preocupaba del pan que comía. Era José un hombre guapo y apuesto.


Acordóse Dios de Raquel, la escuchó y la hizo fecunda.


Jacob estaba enamorado de Raquel, y dijo: 'Te serviré siete años por Raquel, tu hija pequeña'.


Era la joven de muy buen parecer y virgen, pues ningún varón la había conocido. Descendió a la fuente, llenó su cántaro y subió de nuevo.


Sucedió que, cuando entró Abrán en Egipto, vieron los egipcios que la mujer era muy hermosa.


Cuando los hombres del lugar le preguntaban por su mujer, él respondía: 'Es mi hermana'. No se atrevía a decir: 'Es mi mujer', pues pensaba: 'Es de tan buen parecer que temo que los habitantes del lugar me maten a causa de ella'.


Labán tenía dos hijas: la mayor se llamaba Lía, y la pequeña Raquel.


Jacob se unió también con Raquel, y amó a Raquel más que a Lía. Y sirvió a Labán los otros siete años.


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