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Gálatas 4:5 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 para que rescatara a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiéramos la adopción filial.

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Biblia Reina Valera 1960

5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Dios lo envió para que comprara la libertad de los que éramos esclavos de la ley, a fin de poder adoptarnos como sus propios hijos;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 con el fin de rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que así recibiéramos nuestros derechos como hijos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 para que redimiera a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.

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Gálatas 4:5
26 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Por eso, él es mediador de una nueva alianza, para que, habiendo intervenido una muerte que redime de los pecados cometidos durante la primera alianza, los que han sido llamados reciban la promesa de la herencia eterna.


nos había predestinado a ser hijos adoptivos suyos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad,


En él tenemos la redención por medio de su sangre, el perdón de los pecados según la riqueza de su gracia,


Y cantan un cántico nuevo, diciendo: 'Digno eres de tomar el rollo y de abrir sus sellos, porque fuiste degollado, y rescataste para Dios con tu sangre a hombres de toda tribu y lengua y pueblo y nación.


Entró en el 'lugar santísimo', de una vez por siempre, no por medio de sangre de machos cabríos ni de becerros, sino de la suya propia, consiguiendo la redención eterna.


Cristo nos rescató de la maldición de la ley haciéndose maldición por nosotros, pues está escrito: Maldito todo el que es colgado de un madero.


Y no es esto sólo; sino que también nosotros mismos, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos igualmente en nuestro propio interior, aguardando con ansiedad una adopción filial, la redención de nuestro cuerpo.


Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero por voluntad de Dios.


Todos, en efecto, sois hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús.


Ellos son israelitas; a ellos pertenecen la adopción filial y la gloria y las alianzas y la legislación y el culto y las promesas;


Pero a todos los que la recibieron, a aquellos que creen en su nombre, les dio potestad de llegar a ser hijos de Dios;


el cual se entregó por nosotros, para rescatarnos de toda iniquidad y para purificarnos, haciendo de nosotros un pueblo que fuera su patrimonio, dedicado a buenas obras.


Porque la creación, en anhelante espera, aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios.


Caminad en amor, como también Cristo os amó y se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y víctima a Dios de calmante aroma.


Decidme, los que os empeñáis en estar bajo la ley: ¿es que no comprendéis la ley?


' Bendito el Señor Dios de Israel, porque ha venido a ver a su pueblo y a traerle el rescate,


Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y después de realizar la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en las alturas,


de la misma manera que el Hijo del hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por todos'.


Tened cuidado de vosotros mismos y de toda la grey, en la cual el Espíritu Santo os ha constituido inspectores para pastorear la Iglesia de Dios que él se adquirió con su propia sangre.


Porque también Cristo murió de una vez para siempre por los pecados, el justo por los injustos, para llevaros a Dios. Entregado a la muerte según la carne, fue vivificado según el espíritu,


Cantan un cántico nuevo ante el trono y ante los cuatro seres vivientes y los ancianos y nadie podía aprender el cántico, sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que habían sido rescatados de la tierra.


Todos los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios ésos son hijos de Dios.


Vosotros no habéis recibido un Espíritu que os haga esclavos y os lleve de nuevo al temor, sino que habéis recibido un Espíritu que os hace hijos adoptivos, en virtud del cual clamamos: '¡Abbá! ¡Padre!'


Porque la finalidad de la ley es Cristo, para justificar a todo el que cree.


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