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Ezequiel 8:17 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Me dijo: '¡Ya ves, hijo de hombre! ¿Le basta, acaso, a la casa de Israel cometer las abominaciones que cometen aquí? Al contrario, han llenado el país de violencia y continúan irritándome. ¡Míralos llevándose el ramo a las narices!

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Biblia Reina Valera 1960

17 Y me dijo: ¿No has visto, hijo de hombre? ¿Es cosa liviana para la casa de Judá hacer las abominaciones que hacen aquí? Después que han llenado de maldad la tierra, se volvieron a mí para irritarme; he aquí que aplican el ramo a sus narices.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 «¿Ves esto, hijo de hombre? —me preguntó—. ¿No le importa nada al pueblo de Judá cometer estos pecados detestables con los cuales llevan a la nación a la violencia y se burlan de mí y provocan mi enojo?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Entonces me dijo: 'Viste, hijo de hombre, ¿no les basta a la casa de Judá con hacer aquí tantas cosas escandalosas? ( ) ¿Van a seguir enojándome? Pero esta vez se les pasó la medida,

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Y me dijo: ¿Has visto hijo de hombre? ¿Le parece poco a la casa de Judá cometer las abominaciones que cometen aquí? Porque después de llenar el país de violencia, se vuelven para irritarme más y más, ¡y hasta ponen la rama ante mis narices!°

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Y me dijo: ¿Has visto esto, oh hijo de hombre? ¿Es cosa liviana para la casa de Judá hacer las abominaciones que hacen aquí? Después que han llenado la tierra de violencia, y han vuelto a provocarme a ira, y he aquí que se llevan el ramo a su nariz.

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Ezequiel 8:17
25 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Me dijo: 'La iniquidad de la casa de Israel y de Judá es grande, muy grande; el país está lleno de sangre y la ciudad llena de injusticia, porque dice: 'Yahveh ha abandonado el país, Yahveh no ve nada'.


Prepara las cadenas, porque el país está lleno de crímenes, la ciudad está repleta de violencia.


Si codician campos, los roban; si casas, se apoderan de ellas. Hacen violencia al dueño y a su casa, al hombre y a su propiedad.


No saben administrar justicia -oráculo de Yahveh- ellos, que amontonan violencias y atropellos en sus palacios.


Como en un pozo mana el agua, así en ella mana la maldad: violencia y ruina se escuchan en ella, ante mí hay siempre dolores y llagas.


Castigaré también aquel día a los que traspasan el umbral, a los que llenan la casa de su señor de violencia y fraude.


Sus ricos rezuman violencia, sus habitantes dicen mentiras y tienen en su boca una lengua mendaz.


Creéis lejano el día de la desgracia y provocáis una situación de violencia.


Te prostituiste a los egipcios, tus vecinos de grandes miembros, y multiplicaste tu prostitución, irritándome.


Habéis multiplicado vuestras víctimas en esta ciudad y habéis llenado sus calles de víctimas.


La violencia reemplaza al cetro impío, nada quedará de ellos, llegará sin tardanza y sin tumulto.


Siempre que hablo, tengo que gritar: ¡violencia y opresión! Esto es lo que proclamo. La palabra de Yahveh me resulta oprobio y escarnio todo el día.


Porque me han abandonado, han enajenado este lugar, han incensado en él a otros dioses que no conocieron ni ellos ni sus padres ni los reyes de Judá, han llenado este lugar de sangre inocente


también por la sangre inocente que había derramado, hasta llenar de ella a Jerusalén. Por eso Yahveh no quiso perdonar.


Además, Manasés derramó muchísima sangre inocente, hasta inundar Jerusalén de un extremo a otro, aparte del pecado de haber inducido a Judá a que hiciera lo que es malo a los ojos de Yahveh.


Dijo entonces Dios a Noé: 'He determinado acabar con todos, ya que por su culpa la tierra está llena de violencia, y voy a exterminarlos a ellos con la tierra.


La tierra se pervirtió ante Dios y estaba llena de violencia.


por el mal que cometieron ofendiéndome, yendo a incensar y servir a otros dioses que no habían conocido ni ellos ni vosotros ni vuestros padres.


He. Sus opresores prevalecen, sus enemigos son felices; porque Yahveh la ha afligido por sus muchos pecados. Sus niños marcharon cautivos delante del opresor.


Me dijo: 'Hijo de hombre. ¡Ya ves lo que hacen éstos, las grandes abominaciones que comete aquí la casa de Israel para alejarme de mi santuario! Pero todavía verás otras abominaciones mayores'.


oprime al pobre y al indigente, roba, no devuelve la prenda, alza sus ojos a los ídolos, comete abominación,


Haré de ti el blanco de mi celo, y te tratarán con furor; te arrancarán la nariz y las orejas, y tu prole caerá a espada; tomarán a tus hijos y a tus hijas y tu prole será devorada por el fuego.


La gran amplitud de tu comercio llenó tu interior de pecado y violencia; te arrojé entonces de la montaña de Dios y te arranqué, querubín protector, de entre las piedras de fuego.


'Así dice el Señor Yahveh: ¡basta ya, príncipes de Israel! Apartaos de la violencia y la opresión; practicad el derecho y la justicia; acabad de una vez con las extorsiones que hacéis a mi pueblo -oráculo del Señor Yahveh.


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