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Ezequiel 39:23 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Las naciones sabrán que la casa de Israel fue deportada por su iniquidad, puesto que me fueron infieles y, en consecuencia, les oculté mi rostro, los entregué en mano de sus enemigos y cayeron todos ellos a espada.

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Biblia Reina Valera 1960

23 Y sabrán las naciones que la casa de Israel fue llevada cautiva por su pecado, por cuanto se rebelaron contra mí, y yo escondí de ellos mi rostro, y los entregué en manos de sus enemigos, y cayeron todos a espada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 Luego las naciones sabrán por qué los israelitas fueron enviados al destierro: fue el castigo por su pecado, porque fueron infieles a su Dios. Por lo tanto, les di la espalda y dejé que sus enemigos los destruyeran.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Las naciones comprenderán que si el pueblo de Israel estuvo en el exilio, fue porque pecó contra mí; le oculté mi rostro porque me fue infiel; lo entregué en manos de sus enemigos, y todos murieron a espada.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Y las naciones sabrán que la casa de Israel fue llevada cautiva por su pecado, por cuanto se rebelaron contra mí, y Yo les oculté mi rostro, y los entregué en manos de sus enemigos, y todos ellos cayeron a espada.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

23 Y sabrán las naciones que la casa de Israel fue llevada cautiva por su pecado; por cuanto se rebelaron contra mí, y yo escondí de ellos mi rostro, y los entregué en mano de sus enemigos, y cayeron todos a espada.

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Ezequiel 39:23
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que son vuestras culpas las que os separan de vuestro Dios, y son vuestros pecados los que ocultan su rostro de vosotros para que él no oiga.


Cuando extendáis vuestras palmas, me taparé los ojos; aunque multipliquéis las oraciones, no os escucharé. Vuestras manos están llenas de sangre:


No les ocultaré más mi rostro, porque habré derramado mi espíritu sobre la casa de Israel -oráculo del Señor Yahveh.'


¿Quién entregó a Jacob al saqueo, y a Israel a los ladrones? ¿No fue Yahveh contra quien pecamos? Pues no quisieron ir por sus caminos ni prestaron atención a su ley.


¿Cómo un solo hombre puede perseguir a un millar, y dos poner en fuga a diez millares, si no es porque su Roca se los ha vendido, porque Yahveh se los ha entregado?


Y ha dicho: les ocultaré mi rostro, veré cuál es su fin. Porque raza pervertida son ellos, hijos que no tienen lealtad.


Traeré sobre vosotros la espada, la espada que vengará mi alianza. Buscaréis refugio en vuestras ciudades, pero yo enviaré la peste en medio de vosotros y os entregaréis a vuestros enemigos.


Y las naciones que han quedado en torno vuestro sabrán que yo, Yahveh, he reedificado las cosas destruidas y he replantado lo devastado. Yo, Yahveh, lo he dicho y lo haré.'


Jet. Jerusalén pecó mucho, por eso quedó impura. Cuantos la honraban, la desprecian porque vieron su desnudez. También ella gime y se vuelve de espaldas.


se traba combate contra los caldeos para que quede llena con los cadáveres de los hombres que maté a causa de mi ira y de mi furor, puesto que había ocultado mi rostro de esta ciudad a causa de toda su maldad.


Pero ahora, Yahveh, tú eres nuestro padre. Nosotros somos la arcilla y tú el alfarero, obra de tus manos todos nosotros.


Aguardaré a Yahveh, que oculta su rostro a la casa de Jacob, y en él esperaré.


Los entregó a las manos de gentiles, y sobre ellos dominó quien los odiaba.


Lámed. ¿Por qué, Señor, te tienes a distancia, te inhibes en los momentos del aprieto?


La ira de Yahveh se encendió contra Israel, y los entregó en manos de Cusán Risatáin, rey de Aram Naharáin. Los israelitas estuvieron sometidos a Cusán Risatáin durante ocho años.


La cólera de Yahveh se encendió contra Israel y los entregó en manos de salteadores, que los saquearon, y los dejó vendidos a sus enemigos de alrededor, sin que pudieran ellos resistir a sus enemigos.


Yahveh no podía soportar más ante la maldad de vuestras obras, ante las abominaciones que cometíais, y por eso, vuestro país se ha convertido en desierto, horror y maldición, sin que haya un solo habitante, como sucede hoy.


Apartaré de ellos mi rostro y profanarán mi tesoro; entrarán en él bandidos y lo profanarán.


'Por lo tanto, hijo de hombre, habla a la casa de Israel y diles: así dice el Señor Yahveh: 'Aún en esto me han ultrajado vuestros padres, obrando deslealmente conmigo'.


Desde los días de nuestros padres hasta hoy hemos cometido muy graves faltas; y por nuestras iniquidades, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes fuimos entregados al poder de los reyes de otras naciones, a la espada, al cautiverio, al saqueo y a la afrenta que cubre nuestro rostro, como en este día.


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