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Ezequiel 37:28 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 Y cuando mi santuario esté en medio de ellos para siempre, sabrán las naciones que yo soy Yahveh, que santifico a Israel.'

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Biblia Reina Valera 1960

28 Y sabrán las naciones que yo Jehová santifico a Israel, estando mi santuario en medio de ellos para siempre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

28 Y cuando mi templo esté en medio de ellos para siempre, las naciones sabrán que yo soy el Señor, quien hace santo a Israel”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

28 Cuando mi santuario esté en medio de ellos para siempre, las naciones sabrán que yo soy Yavé quien santifica a Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

28 Y las naciones sabrán que Yo, YHVH, soy el que santifico a Israel, cuando mi Santuario esté en medio de ellos para siempre.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

28 Y sabrán las naciones que yo Jehová santifico a Israel, estando mi santuario en medio de ellos para siempre.

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Ezequiel 37:28
26 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Les di, además, mis sábados, para que fueran una señal entre ellos y yo, y supieran que yo, Yahveh, soy quien los santifico.


'Di a los israelitas: guardaréis mis sábados, porque es una señal entre yo y vosotros, por todas vuestras generaciones, para que se sepa que soy yo, Yahveh, el que os santifica.


Voy a mostrar la santidad de mi gran nombre, profanado en las naciones en donde vosotros lo habéis profanado; y así sabrán las naciones que yo soy Yahveh -oráculo del Señor Yahveh-, cuando muestre en vosotros mi santidad ante sus ojos.


para santificarla, purificándola con el baño de agua por la palabra,


De Dios viene el que vosotros estéis en Cristo Jesús, el cual, por iniciativa de Dios, se hizo nuestra sabiduría, como también justicia, santificación y redención.


Le tratarás como a un consagrado, porque es él quien ofrece el pan de tu Dios; será santo para ti, porque santo soy yo, Yahveh, que os santifico.


Que Él, Dios de la paz os santifique totalmente; y que todo vuestro ser, el espíritu, el alma y el cuerpo, se mantenga irreprochable para la parusía de nuestro Señor Jesucristo.


Porque, si su exclusión es reconciliación del mundo, ¿qué no será su reintegración, sino un volver de la muerte a la vida?


Daré a conocer mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel y no permitiré que vuelva a ser profanado mi santo nombre; y así sabrán las naciones que yo soy Yahveh, el Santo de Israel.


Entonces manifestaré mi grandeza, mostraré mi santidad, me daré a conocer a los ojos de muchas naciones y sabrán que yo soy Yahveh.'


Y las naciones que han quedado en torno vuestro sabrán que yo, Yahveh, he reedificado las cosas destruidas y he replantado lo devastado. Yo, Yahveh, lo he dicho y lo haré.'


Nuestra boca será entonces alegría, nuestros labios, canciones. Entonces se dirá entre los pueblos: 'Yahveh hace con ellos cosas grandes'.


Tus siervos se complacen en sus piedras, tienen cariño hasta a su polvo.


¿Por qué habrían las gentes de decir: 'Dónde está su Dios?'. Que se deje sentir entre los pueblos, viéndolo nosotros, la venganza de la sangre derramada de siervos.


Observad mis leyes y ponedlas en práctica. Yo soy Yahveh, el que os santifica.


Las naciones sabrán que la casa de Israel fue deportada por su iniquidad, puesto que me fueron infieles y, en consecuencia, les oculté mi rostro, los entregué en mano de sus enemigos y cayeron todos ellos a espada.


¡Insensatos y ciegos! ¿Pues qué es más importante: el oro, o el santuario que da al oro carácter sagrado?


Y tú, pueblo mío, que estás en Sión, que habitas en Jerusalén, ya no llorarás más; porque tendrá piedad de ti cuando escuche tu gemido, apenas lo oiga, te responderá.


Me fue dirigida la palabra de Yahveh en estos términos:


y me decía: 'Hijo de hombre, éste es el lugar de mi trono y el lugar de las plantas de mis pies, donde voy a residir en medio de los hijos de Israel para siempre. La casa de Israel no volverá a contaminar mi santo nombre, ni ellos ni sus reyes, con sus prostituciones ni con los cadáveres de sus reyes cuando mueran,


Tú lo harás entrar y tú lo plantarás en el monte de tu herencia, lugar del que hiciste tu morada, ¡oh Yahveh!, santuario que tus manos prepararon, ¡oh Adonay!


Harán para mí un santuario, a fin de que habite en medio de ellos.


Pondré mi morada en medio de vosotros y no sentiré hastío de vosotros.


Perímetro: dieciocho mil codos. Desde aquel día, el nombre de la ciudad será 'Yahveh está allí'.'


Yahveh ha retirado la sentencia contra ti, ha expulsado a tus enemigos. Yahveh, rey de Israel, está contigo, ya no tienes que temer mal alguno.


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