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Ezequiel 33:27 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 Replícales de este modo: 'Así dice el Señor Yahveh: por mi vida, que quienes estén en las ruinas caerán a espada; a quien esté en pleno campo lo entregaré a las fieras para que lo devoren; quienes estén en los refugios o en las cuevas, morirán de peste'.

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Biblia Reina Valera 1960

27 Les dirás así: Así ha dicho Jehová el Señor: Vivo yo, que los que están en aquellos lugares asolados caerán a espada, y al que está sobre la faz del campo entregaré a las fieras para que lo devoren; y los que están en las fortalezas y en las cuevas, de pestilencia morirán.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 »Diles: “Esto dice el Señor Soberano: ‘Tan cierto como que yo vivo, los que vivan en las ruinas morirán a filo de espada y enviaré animales salvajes para que devoren a los que vivan en campo abierto. Los que se escondan en fuertes y en cuevas morirán de enfermedades.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 Añadirás: Esto dice Yavé: 'Tan cierto como que vivo que los que viven entre ruinas caerán a espada, los que viven en el campo serán devorados por las fieras salvajes y los que viven en guaridas y en cavernas morirán de peste.

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 Les dirás así: Esto dice Adonay YHVH: Vivo Yo, que los que están en aquellas ruinas de seguro caerán a espada, y al que está en campo abierto lo entregaré a las fieras para que lo devoren, y los que están en las fortalezas y en las cuevas morirán de peste.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

27 Les dirás así: Así dice el Señor Jehová: Vivo yo, que los que están en aquellos asolamientos caerán a espada, y al que está sobre la faz del campo entregaré a las fieras para que lo devoren; y los que están en las fortalezas y en las cuevas, de pestilencia morirán.

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Ezequiel 33:27
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Ahora, pues, fijaos bien: moriréis a espada, de hambre o de peste en el lugar adonde queréis ir a residir.


Cuando los israelitas se vieron en peligro, pues estaban cercados, se escondieron en las cuevas y en la maleza, en las rocas, en las fosas y en las cisternas.


Caerás en los montes de Israel, tú, todas tus hordas y los pueblos que están contigo. Te entregaré a las aves de rapiña de toda especie y a las fieras salvajes, para que te devoren.


'Hijo de hombre, los que habitan aquellas ruinas en el país de Israel, dicen: 'Abrahán era uno solo y tomó posesión del país; nosotros, en cambio, somos muchos; a nosotros, pues, se nos da el país en posesión''.


Voy a quitar de en medio al resto de Judá, a aquellos que decidieron entrar en el país de Egipto y residir en él. Perecerán todos; caerán en el país de Egipto; desde el más pequeño hasta el más grande serán consumidos por la espada y por el hambre; morirán a espada y de hambre, y se convertirán en execración, horror, maldición y oprobio.


La cisterna donde Ismael arrojó todos los cadáveres de los hombres que había matado por el asunto de Godolías era la que había hecho el rey Asá para prevenirse contra Basá, rey de Israel. Ésa fue la que Ismael, hijo de Netanías, llenó de cadáveres.


Entrarán en las cavernas de las rocas y en los antros de la tierra ante el terror de Yahveh, ante el esplendor de su majestad, cuando se levante para hacer temblar la tierra.


Saúl tomó entonces tres mil hombres escogidos de todo Israel y se fue en busca de David y de sus hombres hasta las Peñas de los Rebecos.


David vivía en el desierto, en los refugios, y se estableció en las colinas del desierto de Zif. Y aunque Saúl lo buscaba sin pausa, Dios no lo entregó en sus manos.


Se fue de allí David y se refugió en la caverna de Adulán. Se enteraron de ello sus hermanos y todos los de su familia y bajaron allí junto a él.


Como la mano de Madián pesaba demasiado duramente sobre Israel, los israelitas, por librarse de ella, tuvieron que refugiarse en las hendiduras de los montes, en cuevas y lugares de difícil acceso.


'Pues así dice el Señor Yahveh: 'Ciertamente si yo envío contra Jerusalén mis cuatro peores castigos: espada, hambre, fieras y peste, para exterminar de ella a hombres y animales;


Voy a aniquilarlo todo de la superficie de la tierra -oráculo de Yahveh.


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