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Ezequiel 31:3 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 He aquí un cedro del Líbano de hermoso ramaje, un bosque de sombra de elevada talla; hasta las nubes se elevaba su copa.

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Biblia Reina Valera 1960

3 He aquí era el asirio cedro en el Líbano, de hermosas ramas, de frondoso ramaje y de grande altura, y su copa estaba entre densas ramas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Eres como la poderosa Asiria, que alguna vez fue como un cedro del Líbano, con hermosas ramas que daban una intensa sombra al bosque y su copa llegaba hasta las nubes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Tú eras un cedro del Líbano de magníficas ramas y de abundante follaje, de altura tan grande que alcanzabas las nubes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 He aquí el cedro del Líbano,° De hermosas ramas, frondoso ramaje y elevada altura, Cuya copa se destaca entre las nubes.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 He aquí era el asirio cedro en el Líbano, hermoso en ramas, y de frondoso ramaje y de grande altura, y su copa estaba entre densas ramas.

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Ezequiel 31:3
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Estaba contemplando yo en mi lecho las visiones de mi mente, cuando de pronto vi un vigilante, un santo que bajaba del cielo.


'Así dice el Señor Yahveh: yo mismo tomaré de la copa del cedro lo más alto y lo pondré; de la cima de sus brotes arrancaré uno tierno y yo mismo lo plantaré en un monte alto y elevado,


Y la zarza respondió a los árboles: 'Si de verdad me queréis ungir para que reine sobre vosotros, venid a refugiaros bajo mi sombra; de lo contrario, saldrá fuego de la zarza y devorará los cedros del Líbano''.


Gime, ciprés, porque ha caído el cedro: los árboles majestuosos han sido abatidos. Gemid, encinas de Basán, porque la selva impenetrable ha sucumbido.


Extenderá su mano contra el norte y acabará con Asiria. Hará de Nínive una desolación, un sequedal como el desierto.


Dejad sólo en la tierra el tocón y las raíces, atado con cadenas de hierro y de bronce, entre la hierba de los campos; que se empape del rocío del cielo, y comparta con las bestias el forraje.


Hice que todas las naciones temblaran ante el estrépito de su caída, cuando lo hice bajar al seol con los que bajan a la fosa; y en el país del abismo se consolaron todos los árboles de Edén, lo más selecto y lo mejor del Líbano, todos los bien regados por las aguas.


En sus ramas anidaban todas las aves del cielo; bajo sus ramajes parían todas las fieras del campo; a su sombra se cobijaban todas las grandes naciones.


Por boca de tus mensajeros has escarnecido a mi Señor y has dicho: con la multitud de mis carros he subido a las cumbres de los montes, a las cimas del Líbano. He talado sus más altos cedros, sus más escogidos cipreses. Penetré en sus lugares más remotos, en sus más frondosos bosques.


Mis ojos podrán ver a mis espías y mi oído escuchar a mis injustos agresores.


Es como árbol plantado junto al agua, que tiende a la corriente sus raíces; no teme que llegue el calor, pues su follaje es frondoso; en año de sequía no se inquieta, no deja de producir fruto.


Por eso, así dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: 'Mirad: voy a castigar al rey de Babel y a su país como castigué al rey de Asiria.


Echó robustos vástagos para cetros soberanos, su estatura alcanzaba hasta las nubes, descollaba por su altura y su abundante ramaje.


Por eso su talla era más alta que la de todos los árboles del campo; se multiplicaban sus ramas, se expandía su ramaje por las aguas caudalosas que le llegaban.


No lo igualaban los cedros. en el vergel de Dios; los cipreses no podían compararse con sus ramas; los plátanos no podían competir con su ramaje; en el vergel de Dios, ningún árbol le igualaba en hermosura.


Por eso, así dice el Señor Yahveh: 'Puesto que se elevó en altura, levantó su copa hasta las nubes y se ufanó en su corazón a causa de su gran estatura,


También ellos bajaron al seol, con los que murieron a espada, sus auxiliares, los que habían morado a su sombra en medio de las naciones'.


'Allí está Asiria y toda su gente, con sus tumbas alrededor: todos ellos muertos, caídos a espada.


Abre, Líbano, tus puertas y que el fuego devore tus cedros.


'Estaba contemplando en mi lecho las visiones de mi mente, cuando de pronto vi un árbol, de enorme altura, en el centro de la tierra.


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