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Ezequiel 31:11 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 por eso lo entregué en manos de un conductor de naciones, para que lo tratara a su gusto: lo hice desaparecer según su maldad.

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Biblia Reina Valera 1960

11 yo lo entregaré en manos del poderoso de las naciones, que de cierto le tratará según su maldad. Yo lo he desechado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 lo entregaré en manos de una nación poderosa para que lo destruya como merece su perversidad. Ya lo he desechado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Por eso, lo entregué en manos del príncipe de las naciones para que lo trate como merece su falta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 lo entregaré a merced del príncipe de las naciones, para que lo trate según su maldad. Lo he desechado,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 por eso yo lo he entregado en mano del poderoso de las naciones, que de cierto tratará con él. Yo lo he desechado por su impiedad.

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Ezequiel 31:11
21 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Duermen tus pastores, ¡oh rey de Asiria! Descansan tus oficiales. Tu pueblo anda disperso por los montes y no hay quien lo congregue.


Es una abominación ante Yahveh cualquiera que haga esto; por tales abominaciones arroja Yahveh, tu Dios, a esas naciones de delante de ti.


Tendrá un juicio sin misericordia quien no tuvo misericordia. La misericordia prevalece sobre el juicio.


entre ellos Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás, para que aprendan a no blasfemar.


'Porque así dice el Señor Yahveh: mira: yo voy a entregarte en manos de aquellos que has dejado de amar, en manos de quienes tú misma te has hastiado.


así dice el Señor Yahveh: 'Quítate el turbante, despójate de la corona'. Se va a producir un cambio: lo humilde será ensalzado, y lo ensalzado será humillado.


Os sacaré de la ciudad, os entregaré en mano de extranjeros y os aplicaré el castigo.


Sin. Oye cómo gimo: no tengo quien me consuele. Todos mis enemigos supieron mi desgracia, se alegraron por lo que tú hiciste. ¡Haz venir el día que anunciaste, y entonces serán como yo!


mirad que yo mando a buscar a todas las tribus del norte -oráculo de Yahveh- y a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo, y las traeré contra este país y sus habitantes y contra todas estas naciones de su entorno, los entregaré al exterminio y haré de ellos horror, rechifla y ruinas perpetuas.


Los príncipes de los filisteos se reunieron para ofrecer un gran sacrificio a Dagón, su dios, y regocijarse; pues ellos se decían: -'Nuestro dios ha entregado en nuestras manos a Sansón, nuestro enemigo'.


Exclamó entonces Adoni Bézec: 'Setenta reyes, a quienes se les amputaron los pulgares de manos y pies, recogían migajas bajo mi mesa. Dios me paga mi merecido'. Le llevaron a Jerusalén y allí murió.


Echó, pues, fuera al hombre, y apostó al oriente del jardín de Edén querubines y la llama de la vibrante espada para cerrar el paso al árbol de la vida.


Es el tiempo de obrar para el Señor: se ha conculcado tu ley.


Por eso, así dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: 'Mirad: voy a castigar al rey de Babel y a su país como castigué al rey de Asiria.


Así dice el Señor Yahveh: 'Acabaré con la riqueza de Egipto por medio de Nabucodonosor, rey de Babel.


Él y su pueblo, terror de las naciones, serán traídos para devastar el país; desenvainarán sus espadas contra Egipto y llenarán el país de muertos.


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