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Ezequiel 26:16 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Todos los príncipes del mar descenderán de sus tronos, se quitarán sus mantos, se despojarán de sus vestiduras recamadas, se vestirán de espanto, se sentarán en tierra, se estremecerán sin descanso y estarán consternados por ti.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Entonces todos los príncipes del mar descenderán de sus tronos, y se quitarán sus mantos, y desnudarán sus ropas bordadas; de espanto se vestirán, se sentarán sobre la tierra, y temblarán a cada momento, y estarán atónitos sobre ti.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Los gobernantes de las ciudades portuarias dejarán sus tronos y se quitarán las vestiduras reales y su hermosa ropa. Se sentarán en el suelo, temblando de terror a causa de tu destrucción.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Entonces descenderán de sus tronos todos los príncipes, se quitarán su manto y dejarán su traje de fiesta. Se pondrán ropa de luto y se sentarán en el suelo. Se sentirán impactados por el estupor al pensar en ti y se quedarán temblando.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Bajarán de sus tronos todos los príncipes marinos, se despojarán sus mantos, y se quitarán sus ropas bordadas; se vestirán de espanto y, sentados en el suelo, se estremecerán consternados, horrorizados a causa de ti.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 Entonces todos los príncipes del mar descenderán de sus tronos, y se quitarán sus mantos, y desnudarán sus ropas bordadas; se vestirán de espanto, se sentarán sobre la tierra, y temblarán a cada momento y estarán ante ti atónitos.

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Ezequiel 26:16
32 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Provocaré la consternación de muchos pueblos por tu causa, y sus reyes se estremecerán de espanto por ti, cuando yo blanda mi espada ante ellos; todos temblarán sin pausa, temiendo por su propia vida el día de tu caída.


La noticia llegó al rey de Nínive, quien se levantó de su trono, se quitó el manto, se vistió de saco y se sentó en la ceniza.


En pos de Yahveh marcharán; él rugirá como un león; a su rugido, acudirán temerosos los hijos desde el occidente.


Serán tus enemigos cubiertos de vergüenza, y la tienda de los perversos dejará de existir'.


De igual modo, vosotros, jóvenes, someteos a los presbíteros. Revestíos todos de humildad en servicio mutuo, porque Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes.


Se lamentarán y gemirán sus puertas, y tú, desolada, te sentarás en tierra.


Confundidos se vean y burlados cuantos gozan de mi mal; que se cubran de afrenta y confusión los que se engríen contra mí.


Entonces al rey se le mudó el color del rostro, sus pensamientos le aterraron, se le relajaron las articulaciones de las caderas y sus rodillas chocaban una contra otra.


Ahora, en seguida, volcaré mi furor sobre ti, desahogaré del todo mi ira contra ti, te juzgaré según tu conducta y haré recaer sobre ti todas tus abominaciones.


Yod. En tierra están, sentados y mudos, los ancianos de la hija de Sión; echaron ceniza sobre sus cabezas, se ciñeron de saco; bajaron la cabeza hasta el suelo las doncellas de Jerusalén.


Sacúdete el polvo, levántate, siéntate, Jerusalén; desata las correas de tu cuello, cautiva, hija de Sión;


Baja, siéntate en el polvo, virgen, hija de Babel; siéntate en el suelo, sin trono, hija de los caldeos; que ya no te llamarán la mimada, la delicada.


Cubriré a sus enemigos de ignominia, mientras brilla sobre él la diadema'.


Que de oprobio se vistan los que acusan, que su infamia los cubra como un manto.


tomó la maldición como vestido, que como agua penetre en su interior, como aceite en sus huesos;


los jefes de Edom se estremecieron, de los jefes de Moab se apoderó el espanto; todas las gentes de Canaán se desmoronan.


Llorarán y plañirán por ella los reyes de la tierra, los que con ella fornicaron y se entregaron al lujo, cuando vean la humareda de su incendio,


Lo ven las islas y temen, tiemblan los confines de la tierra. Se acercaron y vinieron.


¡Ay cómo ha sido destrozado! ¡Ay cómo ha vuelto vergonzosamente la espalda Moab! Moab será la irrisión y el horror de todos los que le rodean.


El rey hará duelo, el príncipe se vestirá de espanto, temblarán las manos del pueblo del país. Según su conducta los trataré, y según sus juicios los juzgaré; y sabrán que yo soy Yahveh.


Te puse vestidos bordados, te calcé con cuero fino, te ceñí de lino y te cubrí de seda.


Te convertiré en objeto de espanto y no existirás más; te buscarán, pero nunca jamás serás hallada -oráculo del Señor Yahveh'.


Se envaneció tu corazón por tu belleza, viciaste tu sabiduría por tu esplendor; en tierra te he arrojado, delante de los reyes te he puesto para que se fijen en ti.


derribaré los tronos de los reinos y destruiré el poder de los reinos de las naciones; volcaré el carro y a quien le monta: caerán por tierra los caballos y sus jinetes, cada uno por la espada de su hermano.


Así dice el Señor Yahveh: 'El día en que bajó al seol, como duelo cerré el abismo, detuve sus ríos, se estancaron las aguas caudalosas. Por él oscurecí el Líbano y por su causa se marchitaron todos los árboles del campo.


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