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Ezequiel 20:6 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Aquel día, con la mano en alto les juré sacarlos del país de Egipto hacia una tierra que yo mismo había explorado, un país que mana leche y miel, el más espléndido de todos los países.

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Biblia Reina Valera 1960

6 aquel día que les alcé mi mano, jurando así que los sacaría de la tierra de Egipto a la tierra que les había provisto, que fluye leche y miel, la cual es la más hermosa de todas las tierras;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Ese día juré solemnemente que los sacaría de Egipto y los llevaría a una tierra que yo había explorado para ellos: una buena tierra donde fluyen la leche y la miel, la mejor tierra de todas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Ese día, mano en alto, juré que los haría salir de Egipto a un país que había seleccionado para ellos, un país que mana leche y miel, el más bello de todos los países.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Aquel día les juré con la mano en alto sacarlos de Egipto y llevarlos a una tierra que Yo mismo les había escogido, que fluye leche y miel, la más hermosa de todas las tierras,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Aquel día que les alcé mi mano, jurando así que los sacaría de la tierra de Egipto a la tierra que les había provisto, que fluye leche y miel, la cual es la más hermosa de todas las tierras;

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Ezequiel 20:6
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Les juré, además, en el desierto, con la mano en alto, que no los llevaría a la tierra que les había dado, al país que mana leche y miel, el más espléndido de todos los países,


y les diste este país, que habías jurado dar a sus padres, país que mana leche y miel.


Grande es el Señor y digno de alabanzas en la ciudad de nuestro Dios, su monte santo.


He bajado para liberarlo de la mano de los egipcios y subirlo de ese país a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel, al lugar donde viven los cananeos, los hititas, los amorreos, los perizeos, los jiveos y los jebuseos.


Los he dispersado entre todas las naciones que no conocían. y la tierra quedó desolada cuando se fueron, sin que nadie transitara por ella. Así han convertido en desierto un país delicioso'.


De uno de ellos salió un cuerno pequeño, que creció mucho hacia el sur, hacia el oriente y hacia el país de la Magnificencia.


y te introduciré en la tierra que mana leche y miel. Pero no subiré contigo, no sea que acabe contigo en el camino, pues eres un pueblo de dura cerviz'.


Entrará en la tierra de la Magnificencia y caerán a miriadas; pero escaparán de sus manos Edom, Moab y los principales amonitas.


'El que avanza contra él actuará a su capricho, y no habrá quien se le oponga. Se establecerá en la tierra de la Magnificencia llevando la destrucción en su mano.


Sabréis que yo soy Yahveh cuando os lleve a la tierra de Israel, al país que con la mano en alto juré dar a vuestros padres.


Con la mano en alto les juré también en el desierto que los dispersaría por las naciones y los diseminaría por los países,


y diles: 'Así dice el Señor Yahveh: el día en que elegí a Israel, con la mano en alto juré a la descendencia de Jacob, me di a conocer a ellos en el país de Egipto y con la mano en alto les juré en estos términos: yo soy Yahveh, vuestro Dios.


para cumplir el juramento que hice a vuestros padres de darles un país que mana leche y miel, como sucede hoy'. Yo respondí y dije: '¡Amén, Yahveh!'.


Los israelitas habían estado caminando por el desierto durante cuarenta años, hasta que se extinguió toda la generación, la de los hombres aptos para la guerra salidos de Egipto, que no habían obedecido la voz de Yahveh, a los que Yahveh juró que no habían de ver la tierra que, según había prometido a sus antepasados, Yahveh nos iba a dar, la tierra que mana leche y miel.


Cuando el Altísimo entregaba a cada nación su heredad, cuando diseminaba a los hijos de Adán, fijó los confines de los pueblos según el número de los hijos de Dios,


cuando los haya introducido en la tierra que prometí bajo juramento a sus padres, tierra que mana leche y miel. Cuando, después de haber comido, de haberse saciado y de haber engordado, se vuelva a otros dioses y los sirvan y a mí me desprecien, rompiendo mi alianza;


y escribirás en ellas todas las disposiciones de esta ley tan pronto como hayas pasado para llegar a la tierra que Yahveh, tu Dios, te va a dar, país que mana leche y miel, conforme te lo prometió Yahveh, el Dios de tus padres.


Desde el cielo, desde tu santa morada, contempla y bendice a Israel, tu pueblo, y a la tierra que nos has dado, conforme juraste a nuestros padres: un país que mana leche y miel'.


y nos introdujo en este lugar, dándonos este país, tierra que mana leche y miel.


y para que prolonguéis vuestros días sobre el suelo que Yahveh juró dar a vuestros padres y a su posteridad, tierra que mana leche y miel.


Escucha, Israel y pon en práctica lo que te hará feliz y te multiplicará abundantemente en la tierra que mana leche y miel, como te dijo Yahveh, el Dios de tus padres.


Si Yahveh nos es favorable, él nos conducirá a esa tierra y nos la entregará; es tierra que mana leche y miel.


Éste fue su relato: 'Llegamos a la tierra adonde nos mandaste; realmente mana leche y miel, y éstos son sus frutos.


Yo os he dicho: 'Vosotros poseeréis su tierra, y os la doy para que toméis posesión de ella. Es una tierra que mana leche y miel'. Yo soy Yahveh, vuestro Dios, el que os he separado de los otros pueblos.


Cuando Yahveh te introduzca en la tierra de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los jiveos y de los jebuseos, la tierra que mana leche y miel que juró a tus padres que había de darte, guardarás en este mes el siguiente rito:


y he dicho: yo os subiré de la humillación de Egipto a la tierra de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los perizeos, de los jiveos y de los jebuseos, a un país que mana leche y miel'.


Después os introduciré en la tierra que, con la mano en alto, juré dar a Abrahán, Isaac y a Jacob, y que os daré en posesión. Yo, Yahveh''.


Sí; yo alzo mis manos al cielo y digo: tan cierto como que vivo eternamente,


Desdeñaron la tierra de delicias y no creyeron su palabra;


Recibiréis en posesión cada uno en igual proporción que su hermano, porque juré con la mano en alto darlo a vuestros padres. Por eso este país os tocará en concepto de herencia'.


Déjame, te pido, pasar y ver esa buena tierra del lado de allá del Jordán, esa bella montaña y el Líbano'.


Tú viste la aflicción de nuestros padres en Egipto y escuchaste su clamor junto al mar de los Juncos.


De día los guiabas con columna de humo; con columna de fuego por la noche, para iluminarles el camino que habían de seguir.


Él nos elige nuestra herencia, el orgullo de Jacob a quien él ama.


Yo había pensado: Te pondré entre los hijos y te daré un país delicioso, la herencia más preciosa de las naciones. Y me decía: me llamarás 'Padre mío', y de mi seguimiento no te apartarás.


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