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Ezequiel 2:3 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Me dijo: 'Hijo de hombre, voy a enviarte a los israelitas, a una nación de rebeldes que se han rebelado contra mí. Ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a gentes rebeldes que se rebelaron contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 «Hijo de hombre —me dijo—, te envío a la nación de Israel, un pueblo desobediente que se ha rebelado contra mí. Ellos y sus antepasados se han puesto en mi contra hasta el día de hoy.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 entonces oigo que me dice: 'Hijo de hombre, te envío donde los Israelitas, a un pueblo de rebeldes que se han rebelado contra mí; ellos y sus padres me han sido infieles hasta el día de hoy.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 que me decía: Hijo de hombre, Yo te envío a los hijos de Israel, a esos paganos rebeldes que se rebelaron contra mí. Tanto ellos como sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a una nación rebelde que se ha rebelado contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día.

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Ezequiel 2:3
42 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Acostémonos sobre nuestra vergüenza, y nuestra ignominia nos cubra; pues contra Yahveh, nuestro Dios, hemos pecado, nosotros y nuestros padres, desde nuestra juventud hasta hoy, y no hemos escuchado la voz de Yahveh, nuestro Dios.


Habéis sido rebeldes a Yahveh desde el día en que os conocí.


? ¿Y cómo podrán proclamarlo, sin haber sido enviados? Como está escrito: ¡Qué hermosos son los pies de los que anuncian cosas buenas!


¡Gente de dura cerviz e incircuncisos de corazón y de oídos! Siempre estáis resistiendo al Espíritu Santo. Como vuestros padres, igual vosotros.


'El incienso que habéis quemado en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, vosotros y vuestros padres, vuestros reyes y vuestros príncipes y la población del país, ¿no lo ha recordado Yahveh y no ha pensado en ello?


'Procúrate un rollo y escribe en él todas las palabras que te he dicho acerca de Israel, acerca de Judá y acerca de todas las naciones, desde el día en que comencé a hablarte en tiempo de Josías hasta hoy.


'Ponte en la puerta del templo de Yahveh y anuncia allí esta palabra y di: escuchad la palabra de Yahveh, todos los de Judá, que entráis por estas puertas para adorar a Yahveh.


Yahveh me dijo: No digas: 'Soy un niño', pues irás a todos a quienes yo te envíe, y todo lo que yo te mande dirás.


Cobraron devoción a Baal-Peor y comieron ofrendas de los muertos.


Pero se rebelaron, se volvieron contra ti, echaron tu ley a sus espaldas, mataron a tus profetas, porque los exhortaban a convertirse a ti; grandes desprecios te hicieron.


Desde los días de nuestros padres hasta hoy hemos cometido muy graves faltas; y por nuestras iniquidades, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes fuimos entregados al poder de los reyes de otras naciones, a la espada, al cautiverio, al saqueo y a la afrenta que cubre nuestro rostro, como en este día.


Acuérdate de tus siervos, de Abrahán, de Isaac y de Jacob; no tengas en cuenta la indocilidad de este pueblo, ni su perversidad ni su pecado;


Moisés y Aarón reunieron la asamblea delante de la roca y Moisés les dijo: '¡Oíd, rebeldes! ¿Podremos nosotros, acaso, hacer brotar agua de esta roca para vosotros?'.


'Di a la casa rebelde: ¿no sabéis lo que significan estas cosas? Di: Mirad que el rey de Babilonia vino a Jerusalén y tomó a su rey y a sus príncipes, y los llevó con él a Babilonia.


'Propondrás, pues, una parábola a la casa de Israel y les dirás: así dice el Señor Yahveh: 'Arrima la olla al fuego, arrímala y échale agua también.


Aquel hombre me dijo: 'Hijo de hombre, mira y escucha atentamente y fíjate bien en todo lo que te voy a mostrar, porque para hacértelo ver has sido traído aquí. Comunica a la casa de Israel todo lo que veas'.


Pero Yahveh me tomó de detrás del rebaño, y Yahveh me dijo: 'Vete, profetiza a mi pueblo Israel'.


Pero ellos no les prestaron atención, sino que endurecieron su cerviz como habían hecho sus antepasados, que no quisieron creer en Yahveh, su Dios.


Rechazaron sus preceptos, la alianza que había él pactado con sus antepasados y las amonestaciones que les había hecho. Se fueron tras las vanidades, haciéndose vanos ellos mismos, y tras los pueblos de alrededor, a pesar de que Yahveh les había mandado que no los imitaran.


¡Ay de los hijos rebeldes -oráculo de Yahveh-, que hacen un plan pero no de mi parte, que firman un pacto pero no de mi agrado, añadiendo así pecado a pecado!


Jeremías respondió a todo el pueblo, a los hombres, a las mujeres y a toda la gente que le había respondido de esa manera, y les dijo:


Desde los días de vuestros padres os apartáis de mis preceptos y no los observáis. Volved a mí, y yo volveré a vosotros -dice Yahveh Sebaot-. Vosotros preguntáis: '¿Cómo volveremos?'.


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