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Ezequiel 16:46 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

46 Tu hermana mayor fue Samaría, que habitaba con sus hijas a tu izquierda; y tu hermana menor fue Sodoma, que habitaba a tu derecha con sus hijas.

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Biblia Reina Valera 1960

46 Y tu hermana mayor es Samaria, ella y sus hijas, que habitan al norte de ti; y tu hermana menor es Sodoma con sus hijas, la cual habita al sur de ti.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

46 »”Tu hermana mayor fue Samaria, que vivía con sus hijas en el norte. Tu hermana menor fue Sodoma, que vivía con sus hijas en el sur.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

46 Tu hermana mayor es Samaría que vive con sus hijas al lado norte tuyo, tu hermana menor es Sodoma que vive con sus hijas hacia el sur.

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La Biblia Textual 3a Edicion

46 Tu hermana mayor es Samaria con sus villas, que mora a tu izquierda, y tu hermana menor que mora a tu diestra es Sodoma y sus villas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

46 Y tu hermana mayor es Samaria con sus hijas, la cual habita a tu mano izquierda; y tu hermana menor es Sodoma con sus hijas, la cual habita a tu mano derecha.

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Ezequiel 16:46
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Sus nombres eran Oholá, la mayor, y Oholibá, su hermana. Luego fueron mías y engendraron hijos e hijas. Oholá es Samaría y Oholibá Jerusalén'.


Recordarás entonces tu conducta y sentirás vergüenza, cuando recibas a tus hermanas mayores junto con las pequeñas, pues te las daré por hijas, pero no en virtud de la alianza contigo.


Samaría no cometió ni la mitad de tus pecados. Tú has cometido muchas más abominaciones que ellas, hasta el punto de que, comparadas contigo, ellas parecen buenas, tantas han sido tus abominaciones.


Sus cadáveres quedarán tendidos en la plaza de la gran ciudad que simbólicamente se llaman Sodoma y Egipto, donde también su Señor fue crucificado.


Y de igual modo, también Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas sirven de escarmiento y sufren el castigo de un fuego eterno, porque, lo mismo que ellos, se entregaron a la prostitución y a los vicios contra la naturaleza.


Condenó a la destrucción a las ciudades de Sodoma y Gomorra, reduciéndolas a ceniza y ofreciendo un ejemplo para impíos venideros.


Todo esto, por la rebeldía de Jacob, por el pecado de la casa de Israel. ¿Cuál es la rebeldía de Jacob? ¿No es, acaso, Samaría? ¿Y cuál es el pecado de Judá? ¿No es, acaso, Jerusalén?


¿Cómo podré yo abandonarte, Efraín; cómo entregarte, Israel? ¿Cómo podré yo dejarte como a Admá, ni hacerte semejante a Seboín? Mi corazón se remueve dentro de mí, a la vez que se conmueven mis entrañas.


Sus hijas de tierra adentro serán pasadas a cuchillo; y sabrán que yo soy Yahveh'.


'Su hermana Oholibá lo vio, pero sus amoríos fueron aún más depravados y sus prostituciones sobrepasaron las prostituciones de su hermana.


Pero entonces yo extendí mi mano contra ti, disminuí tu ración y te entregué a la hostilidad de tus enemigas, las hijas de los filisteos, que se avergonzaban de tu infame conducta.


Váu. Superaba la culpa de la hija de Sión al pecado de Sodoma, que fue destruida en un instante sin que nadie pusiera las manos en ella.


Pero en los profetas de Jerusalén observé algo monstruoso: cometer adulterio y proceder con mentira, fortalecer las manos de los malvados, sin que nadie se convierta de su maldad. Para mí, todos ellos son como Sodoma, y sus habitantes, como Gomorra.


Porque de las viñas de Sodoma es su viña, y de los bancales de Gomorra; sus uvas son uvas ponzoñosas, sus racimos son racimos amargos;


Y todas las naciones exclamarán: '¿Por qué Yahveh ha tratado así a esta tierra? ¿Qué significa el ardor de esta gran cólera?'.


Cuando destruyó Dios las ciudades de la llanura, se acordó de Abrahán y mientras destruía las ciudades donde había habitado Lot, a Lot le libró de la catástrofe.


Salieron entonces el rey de Sodoma, el de Gomorra, el de Admá, el de Seboín, el de Bela (es decir, Sóar) y presentaron batalla, en el valle de Sidín:


Mientras estaban reconfortando su corazón, unos hombres, hijos de Belial, rodearon la casa y, golpeando la puerta, decían al anciano, dueño de la casa: 'Saca al hombre que entró en tu casa, para que lo conozcamos'.


'Hijo de hombre, hubo una vez dos mujeres, hijas de una misma madre,


¿no es cierto que como hice a Samaría y a sus ídolos, así haré a Jerusalén y a sus simulacros?'.


Tendrá que expiar Samaría, porque fue rebelde a su Dios. A espada caerán, sus niños serán estrellados, abiertas en canal las mujeres encintas.


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