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Ezequiel 10:1 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Miré y vi que, sobre la plataforma situada por encima de la cabeza de los querubines, había una piedra como de zafiro, que tenía la apariencia de un trono que sobresalía.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Miré, y he aquí en la expansión que había sobre la cabeza de los querubines como una piedra de zafiro, que parecía como semejanza de un trono que se mostró sobre ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 En mi visión, vi que, por encima de la superficie de cristal que estaba sobre las cabezas de los querubines, había algo que parecía un trono de lapislázuli.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 En ese momento vi que en la plataforma, por encima de los querubines, había una piedra de zafiro en forma de trono.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Entonces miré, y he aquí, encima del firmamento que había sobre la cabeza de los querubines, aparecía como una piedra de zafiro, que tenía la semejanza de un trono.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Entonces miré, y he aquí, en el firmamento que había sobre las cabezas de los querubines, apareció sobre ellos como una piedra de zafiro, de apariencia semejante a un trono.

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Ezequiel 10:1
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y vieron al Dios de Israel. Bajo sus pies había como un pavimento de zafiro, tan puro como el mismo cielo.


y, en medio de los candelabros, a uno semejante al Hijo del hombre, vestido de túnica talar y ceñido a la altura del pecho con un ceñidor de oro.


que, después de subir al cielo, está a la diestra de Dios y le están sometidos ya ángeles, potestades y virtudes.


que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo,


A Dios nadie lo ha visto jamás; el Hijo único, Dios, el que está en el seno del Padre, él es quien lo dio a conocer.


Yo estaré de centinela en mi puesto, a pie firme en mi torre, estaré atento a ver lo que me dice, a ver qué responde a mi querella.


Entonces los querubines alzaron sus alas, las ruedas iban con ellos y la gloria del Dios de Israel estaba encima de ellos.


Era el ser viviente que yo había visto debajo del Dios de Israel junto al río Quebar; entonces supe que eran querubines.


Entonces, la palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:


Al cabo de muchos días, Yahveh me dijo: 'Levántate, vete al Éufrates y retira el cinturón que te mandé esconder allí'.


Luego inclina los cielos y desciende, las nubes debajo de sus pies.


Yahveh dijo entonces a Josué: 'Mira: yo entrego en tus manos a Jericó y a su rey con sus valerosos guerreros.


Jacob le preguntó: 'Revélame ahora tu nombre'. Contestó él: '¿Para qué preguntas por mi nombre?'. Y le bendijo allí mismo.


Los tomó, pues, y les hizo pasar el torrente. Luego hizo pasar todo cuanto poseía.


Prosiguió: 'Mira: he resuelto insistir todavía ante mi Señor. Quizá se hallen allí veinte'. Respondió: 'Por consideración a los veinte no la destruiría'.


Partieron de allí los hombres, camino de Sodoma. Pero Abrahán permanecía en pie delante de Yahveh.


y Yahveh se decía: '¿Puedo, acaso, ocultar a Abrahán lo que voy a hacer,


Alzó los ojos y vio a tres hombres de pie delante de él. En cuanto los vio, corrió a su encuentro desde la entrada de la tienda, se postró en tierra,


Echó, pues, fuera al hombre, y apostó al oriente del jardín de Edén querubines y la llama de la vibrante espada para cerrar el paso al árbol de la vida.


Y entonces el hombre vestido de lino que tenía la cartera a la cintura informó diciendo: 'He cumplido lo que me has mandado'.


El año treinta, el día cinco del cuarto mes, estando yo entre los deportados, junto al río Quebar, se abrieron los cielos y tuve visiones divinas.


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