Ezequiel 1:8 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁸ Tenían manos humanas por debajo de las alas, a sus cuatro lados. Los cuatro tenían rostros y alas.

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Biblia Reina Valera 1960

⁸ Debajo de sus alas, a sus cuatro lados, tenían manos de hombre; y sus caras y sus alas por los cuatro lados.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁸ Pude ver que, debajo de cada una de las cuatro alas, tenían manos humanas. Así que cada uno de los cuatro seres tenía cuatro caras y cuatro alas.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁸ Bajo sus alas (en los cuatro costados) tenían manos de hombre. Las alas de los cuatro

La Biblia Textual 3a Edicion

⁸ Por debajo de sus alas tenían brazos humanos a los cuatro lados, y los cuatro tenían sus caras y sus alas.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

⁸ Y debajo de sus alas, a sus cuatro lados, tenían manos de hombre; y sus caras y sus alas por los cuatro lados.

Ezequiel 1:8 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Ezequiel 10:21

Cada uno tenía cuatro caras, y cuatro alas cada uno; debajo de sus alas había una especie de manos humanas.

Ezequiel 10:18

La gloria de Yahveh traspasó el umbral y se colocó sobre los querubines.

Ezequiel 10:11

Cuando andaban, andaban hacia las cuatro direcciones; no giraban al andar, porque caminaban hacia el lugar adonde estaba orientada su cabeza, sin girar al andar.

Ezequiel 10:2

Y dijo al hombre vestido de lino: 'Métete entre las ruedas, por debajo de los querubines, llena el hueco de tus manos de carbones encendidos de entre los querubines y espárcelos por la ciudad'. Él se metió ante mis propios ojos.

Ezequiel 8:3

Alargó una especie de mano y me asió por un mechón de los pelos de la cabeza; entonces el espíritu me elevó entre la tierra y el cielo y me llevó, en visiones divinas, a Jerusalén, a la entrada de la puerta interior que mira al norte, donde estaba el emplazamiento del ídolo del celo que provoca los celos.

Ezequiel 1:17

Cuando andaban, marchaban hacia sus cuatro lados; no se volvían al andar.

Isaías 6:6

Voló entonces hacia mí uno de los serafines, con una brasa encendida en su mano, que había tomado de encima del altar con unas tenazas;