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Esdras 7:28 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 y que inclinó hacia mí la benevolencia del rey, de sus consejeros y de todos los altos oficiales del rey! Yo me sentí fortalecido, porque estaba conmigo la mano de Yahveh, mi Dios, y por eso reuní a los jefes de Israel para que subieran conmigo.

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Biblia Reina Valera 1960

28 e inclinó hacia mí su misericordia delante del rey y de sus consejeros, y de todos los príncipes poderosos del rey. Y yo, fortalecido por la mano de mi Dios sobre mí, reuní a los principales de Israel para que subiesen conmigo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

28 ¡Y alábenlo, porque me demostró tal amor inagotable al honrarme delante del rey, sus consejeros y todos sus poderosos nobles! Me sentí alentado, porque la bondadosa mano del Señor mi Dios estuvo sobre mí. Así que reuní a algunos de los líderes de Israel para que regresaran conmigo a Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

28 El hizo que el rey, sus consejeros y todos los altos funcionarios del rey estuvieran a favor de mis proyectos. Luego, lleno de entusiasmo, porque Yavé mi Dios estaba conmigo, reuní a los jefes de Israel para que partieran conmigo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

28 y extendió sobre mí su misericordia ante el rey y sus consejeros, y ante los poderosos gobernadores del rey! Y yo, fortalecido por la mano de YHVH mi Dios sobre mí, reuní a los jefes de Israel para que subieran conmigo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

28 e inclinó hacia mí su misericordia delante del rey y de sus consejeros, y de todos los príncipes poderosos del rey. Y yo, fortalecido según la mano de Jehová mi Dios sobre mí, reuní a los principales de Israel para que subiesen conmigo.

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Esdras 7:28
15 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Esclavos fuimos. Pero nuestro Dios no nos abandonó en nuestra esclavitud, sino que inclinó hacia nosotros la benevolencia de los reyes de Persia y nos reanimó para levantar el templo de nuestro Dios, reparar sus ruinas y construirnos una muralla de defensa en Judá y en Jerusalén.


y asimismo otra carta para Asaf, guarda del bosque real, a fin de que me proporcione maderas con que construir las puertas de la ciudadela que está junto al templo, las murallas de la ciudad y la casa en la que yo voy a habitar'. Y me lo concedió el rey, pues la mano bondadosa de Dios estaba conmigo.


Y como la mano bondadosa de nuestro Dios estaba con nosotros, trajeron a un hombre prudente de los hijos de Majlí, hijo de Leví, hijo de Israel, a saber, a Serebías, y con él a sus hijos y hermanos, en número de dieciocho;


Pero la mirada de Dios velaba sobre los ancianos de los judíos, y no les obligaron a paralizar las obras mientras se consultaba a Darío y se esperaba respuesta escrita sobre el asunto.


Le preguntó: '¿Cuál es tu nombre?'. Él respondió: 'Jacob'.


Luego hizo repetir esta proclama en Nínive: 'Por orden del rey y de sus magnates, que ni hombres ni animales, ni ganado mayor ni menor prueben bocado, ni pasten ni beban.


Ahora, oh Señor, esté atento tu oído a la oración de tu siervo, a la oración de tus siervos, que se complacen en reverenciar tu nombre. Concede a tu siervo que hoy tenga éxito y que halle clemencia ante ese hombre'. Yo era entonces copero del rey.


porque tú eres enviado del rey y de sus siete consejeros para visitar Judá y Jerusalén en lo referente a la ley de tu Dios que tienes en tus manos


Se había puesto en camino desde Babilonia el día primero del mes primero, y entró en Jerusalén el día primero del mes quinto. La mano bondadosa de su Dios estaba con él,


subió de Babilonia. Esdras era un escriba versado en la ley que Yahveh, Dios de Israel, había dado a Moisés. Y como la mano de Yahveh, su Dios, estaba con él, el rey le concedió todo cuanto le había pedido.


Que El Sadday os conceda la benevolencia de aquel hombre para que él os devuelva al otro hermano vuestro y a Benjamín. En cuanto a mí, pues que he de quedar sin mis hijos, sin ellos quedaré'.


Éstos son, por sus genealogías, los jefes de familia que subieron conmigo de Babilonia durante el reinado del rey Artajerjes:


nadie le tenga compasión, y nadie se apiade de sus huérfanos;


Los reuní a la orilla del río que corre hacia Ahavá, y allí acampamos tres días. Observé que había gente del pueblo y sacerdotes, pero no levitas.


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