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Esdras 4:10 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 y los demás pueblos que el grande e ilustre Asurbanipal deportó y asentó en la ciudad de Samaría y en el resto de la Transeufratina, etc. '.

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Biblia Reina Valera 1960

10 y los demás pueblos que el grande y glorioso Asnapar transportó e hizo habitar en las ciudades de Samaria y las demás provincias del otro lado del río.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 También enviaron saludos de parte del resto del pueblo que el gran y noble Asurbanipal había deportado y reubicado en Samaria y en todas las tierras vecinas de la provincia situada al occidente del río Éufrates.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 y los demás pueblos que el gran y célebre Asurbanipal desterró e instaló en las ciudades de Samaría y en las de la provincia que está más allá del Eufrates, escriben esto'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 y los demás pueblos que el grande y noble Asnapar° había hecho deportar y establecer en las ciudades de Samaria y en otras de la región de Más Allá del Río,°

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 y los demás pueblos que el grande y glorioso Asnapar trasportó, e hizo habitar en las ciudades de Samaria, y los demás del otro lado del río. Y ahora:

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Esdras 4:10
8 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El rey envió esta respuesta: 'Al gobernador Rejún, al secretario Sinsay y a los otros colegas, residentes en Samaría y en los demás lugares de la provincia Transeufratina: paz, etc.


'Artajerjes, rey de reyes, a Esdras, sacerdote y escriba de la ley del Dios del cielo, paz perfecta, etc.


Sigue la copia de la carta que le enviaron: 'Al rey Artajerjes: tus servidores, los habitantes de la Transeufratina, etc.


Dad a cada uno lo debido: a quien el tributo, el tributo; a quien el impuesto, el impuesto; a quien el respeto, el respeto; a quien el honor, el honor.


Cuando los enemigos de Judá y de Benjamín oyeron que los que habían vuelto de la cautividad estaban construyendo el templo en honor de Yahveh, Dios de Israel,


y todos a una se conjuraron para lanzar un ataque contra Jerusalén y causarle la ruina.


Ahora pues, oh Dios nuestro, Dios grande, poderoso y terrible, que guardas la alianza y la misericordia, no tengas en poco las calamidades que nos han sobrevenido; a nuestro reyes y jefes, a nuestros sacerdotes y profetas, a nuestros padres y a todo tu pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta el día de hoy.


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