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Eclesiastés 10:19 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Para divertirse se preparan los banquetes: el vino alegra la vida y el dinero sirve para todo.

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Biblia Reina Valera 1960

19 Por el placer se hace el banquete, y el vino alegra a los vivos; y el dinero sirve para todo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Una fiesta da alegría; un buen vino, felicidad; ¡y el dinero lo da todo!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 hacen banquetes para divertirse; se dan sus pasatiempos con el vino: ¡ el dinero lo resolverá todo!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Por placer se hace el banquete, Y el vino alegra la vida, Y el dinero sirve para todo.°

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 Por el placer se hace el banquete, y el vino alegra a los vivos; y el dinero responde a todo.

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Eclesiastés 10:19
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y el vino que hace alegre el corazón humano: a fin de hacer brillar su rostro con el óleo y que el pan los sustente.


Ya basta con el tiempo que habéis dedicado a hacer la voluntad de los gentiles, viviendo en desenfrenos, pasiones, libertinajes, orgías, borracheras y abominables idolatrías.


Y diré a mi alma: alma mía, ya tienes muchos bienes almacenados para muchos años; ahora descansa, come, bebe y pásalo bien'.


Claman por el vino en las calles, todo contento está ensombrecido, ha emigrado la alegría de la tierra.


Pe. Generoso, hace dones a los pobres Sade. y su prosperidad permanece para siempre: Qof. su frente habrá de erguirse con honor.


Entonces los discípulos, cada uno conforme a sus facultades, decidieron enviar ayuda a los hermanos que habitaban en Judea.


vendían sus posesiones y sus bienes y los repartían entre todos según las necesidades de cada uno.


Ahora yo os digo: procuraos amigos mediante la riqueza injusta, para que, cuando ésta se acabe, os reciban en las moradas eternas.


Juana, la mujer de Cusa, administrador de Herodes; Susana y otras muchas, que les ayudaban con sus propios bienes.


Jesús le dijo: 'Si quieres ser perfecto, anda, vende todos tus bienes y dáselos a los pobres, que así tendrás un tesoro en los cielos; ven luego y sígueme'.


Sin embargo, para no darles motivo de escándalo, vete al mar, echa el anzuelo y el primer pez que pique, sácalo, le abres la boca, y hallarás un estater. Tómalo y dáselo a ellos por ti y por mí'.


Su ganancia y su lucro serán consagrados a Yahveh, no serán almacenados ni guardados, sino que su tráfico será para los que moran ante Yahveh, para que coman a saciedad y se vistan espléndidamente.


y les dije: 'Nosotros hemos rescatado, en la medida de nuestras posibilidades, a nuestros hermanos judíos vendidos a los gentiles. Y ahora vosotros, ¿vais a vender a vuestros hermanos, para que nos los vendan a su vez?'. Ellos se callaron, porque no hallaron manera de excusarse.


Y todos sus vecinos les prestaron toda clase de ayuda: objetos de plata y de oro, bienes y ganados y cosas preciosas, aparte de todos los donativos voluntarios.


Pero el rey David replicó a Ornán: 'De ningún modo; te lo compraré por su justo precio, pues no quiero ofrecer a Yahveh lo que es tuyo ni ofrecerle un holocausto de balde'.


y dio a sus criados esta orden: '¡Estad atentos! Cuando el corazón de Amnón se haya alegrado con el vino y yo os diga: 'Herid a Amnón, matadlo', no temáis. ¿No soy yo quien os lo manda? ¡Tened ánimo y sed valientes!'.


Cuando Abigail volvió a casa de Nabal, éste estaba celebrando un festín regio en su casa, y su corazón estaba alegre, pues estaba embriagado en demasía, por lo que nada le dijo ella, ni poco ni mucho, hasta el clarear del alba.


Pero la vid les respondió: '¿Voy a renunciar a mi mosto, que alegra a los dioses y a los hombres, para ir a mecerme sobre los árboles?'.


José hizo que les llevaran porciones de las que tenían delante; pero la porción de Benjamín era cinco veces mayor que la de cada uno de los otros. Ellos bebieron y se regocijaron en compañía de José.


Anda, pues, y come con gozo tu pan y bebe tu vino, porque ya Dios se ha complacido en tu conducta.


Procuré regalar mi cuerpo con el vino, aunque sin apartar mi corazón de la sabiduría, y entregarme a la disipación para saber en qué consiste la dicha de los mortales, lo que hacen bajo el cielo durante los días contados de su vida.


Bajó luego su padre adonde estaba la mujer, y Sansón celebró allí un banquete según la usanza de los jóvenes.


El día séptimo, alegre el corazón del rey por el vino, mandó a Mehumán, a Bizetá, a Jarboná, a Bigtá, a Abagtá, a Zetar y a Carcás, los siete eunucos que estaban al servicio del rey Asuero,


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