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Deuteronomio 9:10 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Yahveh me entregó las dos tablas de piedra, escritas por el dedo de Dios, en las que estaban todas las palabras que Yahveh os había dicho en la montaña, en medio del fuego, el día de la asamblea.

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Biblia Reina Valera 1960

10 y me dio Jehová las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios; y en ellas estaba escrito según todas las palabras que os habló Jehová en el monte, de en medio del fuego, el día de la asamblea.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 El Señor me dio las dos tablas en las que Dios había escrito con su propio dedo todas las palabras que te había hablado desde en medio del fuego cuando estabas reunido al pie del monte.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Entonces me dio Yavé las dos tablas de piedra escritas por el dedo de Dios. Todas sus palabras estaban ahí escritas, todas las palabras que les dijo en el monte, desde en medio del fuego, en el día de la asamblea.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Y YHVH me dio las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios, y sobre ellas estaban todas las palabras que YHVH os había hablado en el monte, de en medio del fuego, el día de la asamblea.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 y Jehová me dio las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios; y en ellas estaba escrito conforme a todas las palabras que os habló Jehová en el monte de en medio del fuego, el día de la asamblea.

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Deuteronomio 9:10
11 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Cuando Yahveh terminó de hablar con Moisés en el monte Sinaí, le entregó las dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas por el dedo de Dios.


Ésta será la alianza que yo sellaré con la casa de Israel, después de aquellos días -dice el Señor-: mis leyes pondré en su conciencia y las escribiré en su corazón; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.


Es lo que pediste a Yahveh, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea, diciendo: 'No vuelva yo a oír la voz de Yahveh, mi Dios, ni a ver más ese gran fuego, para no morir'.


Él escribió sobre las tablas lo mismo que había escrito en las primeras: los diez mandamientos que Yahveh os había dicho en el monte, de en medio del fuego, el día de la asamblea, y Yahveh me las entregó.


Es evidente que sois una carta de Cristo, redactada por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en las tablas de carne de los corazones.


Pero si yo expulso los demonios por el dedo de Dios, es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.


Pero si yo expulso los demonios en virtud del Espíritu de Dios, es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.


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