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Deuteronomio 7:9 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Reconoce, pues, que sólo Yahveh, tu Dios, es Dios: el Dios fiel que guarda la alianza y la benevolencia hasta mil generaciones para con los que le aman y guardan sus mandamientos;

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Biblia Reina Valera 1960

9 Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Reconoce, por lo tanto, que el Señor tu Dios es verdaderamente Dios. Él es Dios fiel, quien cumple su pacto por mil generaciones y derrama su amor inagotable sobre quienes lo aman y obedecen sus mandatos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Reconoce, pues, que Yavé, tu Dios, es 'el' Dios. Es el Dios fiel, que guarda su Alianza y su misericordia hasta mil generaciones a los que lo aman y cumplen sus mandamientos,

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Reconoce que YHVH tu Dios es ’Elohim, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia para con los que le aman y guardan sus mandamientos hasta mil generaciones,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta las mil generaciones;

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Deuteronomio 7:9
41 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Mantengamos firme la profesión de la esperanza, porque el que prometió es fiel;


si le somos infieles, él sigue siendo fiel, pues no puede negarse a sí mismo.


Pero el Señor es fiel. Él os fortalecerá y os guardará del Malvado.


Oré a Yahveh, mi Dios, e hice mi confesión: '¡Ah, Señor, el Dios grande y terrible que guarda la alianza y la misericordia con los que le aman y cumplen sus mandamientos!


Fiel es Dios, que os ha llamado a la comunión con su Hijo Jesucristo, Señor nuestro.


Y dije: '¡Ay, Yahveh, Dios del cielo, Dios grande y terrible, que eres fiel a la alianza y a la misericordia para con los que te aman y observan tus mandamientos!


Sabemos, además, que en todas las cosas interviene Dios para el bien de quienes le aman, de quienes son llamados según su designio.


pero extiendo mi misericordia por mil generaciones sobre aquellos que me aman y guardan mis mandamientos.


Si confesamos nuestros pecados, fiel es y justo para perdonarnos los pecados y para purificarnos de toda iniquidad.


Así dice Yahveh, redentor de Israel, su Santo, al despreciado en el alma, al aborrecido de las gentes, al siervo de los tiranos: Reyes lo verán y se pondrán de pie; príncipes, y se postrarán, por amor de Yahveh, que es fiel, del Santo de Israel, que te eligió.


Bienaventurado el que soporta la prueba; porque, una vez probado, recibirá la corona de la vida que Dios prometió a los que lo aman.


Dios me es fiador de que la palabra que os dirigimos no es sí y no.


pero extiendo mi misericordia por mil generaciones sobre aquellos que me aman y guardan mis mandamientos.


Estableceré mi alianza contigo, y con tu posteridad después de ti, de generación en generación: una alianza perpetua, para ser yo tu Dios, y el de tu descendencia después de ti.


para que por estas dos cosas irrevocables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos poderoso aliento los que nos acogemos a él, para asirnos a la esperanza que se nos presenta.


Yo sé, Señor, que tu juicio es justo y que tienes razón al afligirme.


Por la fe también Sara recibió poder para concebir, aunque se le había pasado la edad; pues tuvo por fiel al que se lo había prometido.


Te ha sido concedido ver todo esto, para que sepas que Yahveh es, en verdad, Dios, y que no hay otro fuera de Él.


con la esperanza de una vida eterna, prometida desde antes de los siglos por el Dios que nunca miente


Todos también comieron el mismo alimento sobrenatural;


Cuando uno ama a Dios, este tal es conocido por Él.


Él recuerda por siempre su alianza, -palabra que ordenó por mil generaciones-,


nuevas son cada mañana. ¡Grande es tu fidelidad!


hacedor de los cielos y la tierra, del mar y cuanto encierran;


recordaré la alianza, que existe entre yo y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y las aguas no se convertirán ya más en un diluvio que destruya toda carne.


Yo estoy contigo: te guardaré dondequiera que vayas, y te haré regresar a esta tierra. Porque no te dejaré hasta que haya realizado lo que te he dicho'.


'Yahveh es tardo a la ira y rico en misericordia; soporta la falta y la transgresión, aunque no la deja impune, sino que castiga la falta de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación'.


Tú debes saber hoy, por lo tanto, y recordarlo en tu corazón, que Yahveh es el único Dios en lo alto del cielo y aquí abajo en la tierra, y que no existe ningún otro.


Él es la Roca; sus obras son perfectas, y justos todos sus caminos. Es Dios de lealtad y no de iniquidad; es justo y recto.


Subió el ángel de Yahveh de Guilgal a Bojín, y dijo: 'Yo os saqué de Egipto y os introduje en la tierra que había prometido bajo juramento a vuestros padres'. Yo dije: 'Jamás quebrantaré mi alianza con vosotros;


exclamó: '¡Yahveh, Dios de Israel! No hay Dios semejante a ti, ni arriba en el cielo ni abajo en la tierra. Tú, que guardas la alianza y la benignidad para con aquellos siervos tuyos que de todo corazón andan en tu presencia;


exclamó: '¡Yahveh, Dios de Israel! No hay Dios semejante a ti ni arriba en el cielo ni abajo en la tierra. Tú, que guardas la alianza y la benignidad para con aquellos siervos tuyos que de todo corazón andan en tu presencia;


para los que guardan su alianza: los que tienen su ley en la memoria y la ponen por obra.


Él recuerda por siempre su alianza -palabra que ordenó por mil generaciones-,


concedes misericordia a millares, pero haces pagar la culpa de los padres a cuenta de los hijos que vienen después de ellos, tú, Dios grande, fuerte, cuyo nombre es Yahveh Sebaot,


Ved, pues, ahora que yo, yo soy, y que no hay otro dios a mi lado. Yo doy muerte y doy vida, yo hiero y yo curo, no hay quien libre de mi mano.


Perezcan así todos tus enemigos, oh Yahveh! ¡Y sean sus amigos como el salir del sol con todo su esplendor!'. Y el país quedó tranquilo durante cuarenta años.


Ahora pues, oh Dios nuestro, Dios grande, poderoso y terrible, que guardas la alianza y la misericordia, no tengas en poco las calamidades que nos han sobrevenido; a nuestro reyes y jefes, a nuestros sacerdotes y profetas, a nuestros padres y a todo tu pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta el día de hoy.


Tus favores, Señor, alcanzan hasta el cielo y tu fidelidad hasta las nubes,


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