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Deuteronomio 4:10 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 El día en que estuviste ante Yahveh, tu Dios, en el Horeb, me dijo Yahveh: 'Congrégame al pueblo para que oiga mis palabras, a fin de que aprendan por ellas a tenerme temor todos los días de su vida sobre la tierra y se las enseñen a sus hijos'.

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Biblia Reina Valera 1960

10 El día que estuviste delante de Jehová tu Dios en Horeb, cuando Jehová me dijo: Reúneme el pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán, para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra, y las enseñarán a sus hijos;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Jamás te olvides del día que estuviste ante el Señor tu Dios en el monte Sinaí, donde él me dijo: “Convoca al pueblo para que se presente ante mí, y yo mismo lo instruiré. Entonces ellos aprenderán a temerme toda su vida y les enseñarán a sus hijos que también me teman”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Me refiero al día en que ustedes estuvieron en presencia de Yavé en el monte Horeb y él me dijo: 'Reúneme al pueblo para que oiga mis palabras. Así me temerán mientras vivan en esa tierra y enseñarán estas palabras a sus hijos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 El día que estuviste delante de YHVH tu Dios en Horeb, cuando YHVH me dijo: Congrégame al pueblo y haré que oigan mis palabras para que aprendan a temerme todos los días que vivan sobre esta tierra, y las enseñen a sus hijos,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 El día que estuviste delante de Jehová tu Dios en Horeb, cuando Jehová me dijo: Reúneme el pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán, para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra: y las enseñarán a sus hijos;

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Deuteronomio 4:10
25 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Yahveh dijo a Moisés: 'Mira, yo vendré a ti en una densa nube, para que el pueblo oiga cuando yo hable contigo, y tenga siempre fe en ti'. Y Moisés refirió a Yahveh las palabras del pueblo.


La tendrá consigo y leerá en ella todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Yahveh, su Dios, a guardar todas las palabras de esta ley y a practicar estos preceptos,


Yahveh, nuestro Dios, concluyó con nosotros una alianza en el Horeb.


Respondió Moisés al pueblo: 'No temáis, que Dios ha venido para poneros a prueba y para que tengáis ante vuestros ojos su temor y no pequéis'.


Todo el pueblo percibía los truenos y relámpagos, el sonido del cuerno y la montaña humeante; y viendo todo esto, el pueblo estaba atemorizado y se mantenía a distancia.


Al tercer día, cuando llegó la mañana, hubo truenos y relámpagos y una espesa nube sobre el monte, y un sonido de cuerno muy fuerte. Se echó a temblar todo el pueblo que estaba en el campamento.


Fin del discurso. Una vez oído todo, teme a Dios y guarda sus mandamientos: eso es lo que al hombre corresponde.


Y salió del trono una voz que decía: 'Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, los que le teméis, pequeños y grandes'.


Cuidad de no eludir al que os habla, pues si aquellos que eludían al que daba órdenes sobre la tierra no escaparon al castigo, menos escaparemos nosotros si volvemos la espalda al que da órdenes desde el cielo.


y su misericordia se extiende de generación en generación para aquellos que le temen.


Así, pues, temed a Yahveh y servidle fielmente de corazón, pues habéis visto el grandioso prodigio que en medio de vosotros ha realizado.


y delante de Yahveh, tu Dios, en el lugar que él haya escogido para que more allí su nombre, comerás el diezmo de tu trigo, de tu mosto y de tu aceite, y los primogénitos de tu ganado mayor o menor, para que aprendas a temer siempre a Yahveh, tu Dios.


¡Ojalá que su corazón estuviera siempre dispuesto a temerme y a guardar todos mis mandamientos, a fin de que fuesen eternamente felices, ellos y sus hijos!


Al tercer mes de la salida de Egipto, ese mismo día, llegaron los israelitas al desierto del Sinaí.


Por tanto, guárdate y cuídate mucho de no olvidar las cosas que han visto tus ojos, ni dejes que se aparten de tu corazón en todos los días de tu vida y se las enseñarás a tus hijos y a los hijos de tus hijos.


Enseñadlas a vuestros hijos y habladles de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas de camino, cuando estés acostado y cuando estés levantado.


Éstos son los preceptos y las normas que cuidaréis de poner en práctica en la tierra que Yahveh, Dios de tus padres, te va a entregar para que la poseas todo el tiempo que viváis en aquel suelo.


Porque yo lo he escogido para que mande a sus hijos, y a su casa después de él, que guarden el camino de Yahveh, haciendo lo que es justo y recto, para que Yahveh realice en Abrahán cuanto le ha prometido'.


y estén preparados para el día tercero, pues al tercer día descenderá Yahveh, a la vista de todo el pueblo, sobre la montaña del Sinaí.


a fin de que temas a Yahveh, tu Dios, tú, tu hijo y el hijo de tu hijo, guardando todos los días de tu vida todos sus preceptos y mandamientos que yo te prescribo, y así prolongues tus días.


Las inculcarás a tus hijos y se las recitarás cuando estés en tu casa y cuando vayas de camino, cuando estés acostado y cuando estés levantado.


Una edad loa sus obras a otra edad y cuenta sus proezas.


Los vivos, los vivos te alaban como yo hago hoy. El padre a los hijos dará a conocer tu fidelidad.


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