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Deuteronomio 33:2 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Dijo así: 'Yahveh partió del Sinaí, desde Seír amaneció para ellos; resplandeció desde el monte Parán, llegó a Meribá en Cades con rayos de luz fulgurante en su diestra.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Dijo: Jehová vino de Sinaí, Y de Seir les esclareció; Resplandeció desde el monte de Parán, Y vino de entre diez millares de santos, Con la ley de fuego a su mano derecha.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 «El Señor vino desde el monte Sinaí y se nos apareció en el monte Seir; resplandeció desde el monte Parán y llegó desde Meriba-cades con llamas de fuego en la mano derecha.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Yavé ha salido del Sinaí; para ellos se ha levantado sobre el horizonte de Seír; resplandeció desde el monte Parán; para ellos llegó a Meriba de Cadés acompañado de sus ángeles.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Dijo: YHVH vino de Sinay, Y desde Seir les esclareció, Resplandeció desde el monte Parán, Avanza° entre diez millares de santos,° Con una Ley de fuego en su diestra para ellos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Y dijo: Jehová vino de Sinaí, y de Seir les esclareció; resplandeció del monte de Parán, y vino con diez mil santos; a su diestra la ley de fuego para ellos.

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Deuteronomio 33:2
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Miré y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono y de los seres vivientes y de los ancianos. Su número era miríadas de miríadas y millares de millares,


Dios viene de Temán, el Santo del monte Parán. Selah Su majestad cubre los cielos, de su gloria se llena la tierra.


También sobre ellos profetizó Henoc, el séptimo después de Adán, diciendo: 'Mirad, ha venido el Señor con sus santas miríadas


vosotros que recibisteis la ley por ministerio de los ángeles, y no la habéis observado'.


¿por qué miráis con ojos rudos, montañas de altos picos, al monte que el Señor eligió por su morada? ¡El Señor se estará en ella eternamente!


Porque, si la palabra pronunciada por medio de ángeles resultó válida, hasta el punto de que toda transgresión y desobediencia recibió su justo merecido,


Porque no podían aguantar la orden recibida: Incluso el animal que toque el monte será lapidado.


mientras que vosotros, los atribulados, encontraréis, junto con nosotros, el debido reposo, cuando el Señor Jesús aparezca bajando del cielo con sus poderosos ángeles,


Entonces, ¿a qué viene la ley? Fue añadida por razón de las transgresiones, hasta que viniera la descendencia a la que se hizo la promesa. Esta ley fue promulgada por medio de ángeles, por mano de un mediador.


En efecto, todos los que proceden de las obras de la ley están bajo maldición, pues está escrito: Maldito todo el que no mantenga en vigor las palabras de esta ley, y no lo lleva a la práctica.


Pues si el ministerio de la condenación fue gloria, ¡con cuánta más razón abundará en gloria el ministerio de la justificación!


Si aquel ministerio de muerte, grabado con letras sobre piedras, fue tan glorioso que los hijos de Israel no podían fijar la vista en el rostro de Moisés a causa del resplandor -aunque pasajero- de su rostro,


Éstas son las palabras que dirigió Yahveh a toda vuestra asamblea, en la montaña, en medio del fuego, y de la nube y de la densa obscuridad, con voz potente, y no añadió más. Luego las escribió sobre dos tablas de piedra y me las entregó.


Esto tiene un sentido alegórico. Estas mujeres son dos alianzas: una, procedente del monte Sinaí, engendra para un estado de esclavitud: es Agar.


Enviaré un ángel delante ti, para que te guarde en el camino y te conduzca al lugar que te he preparado.


Entonces los israelitas partieron, por etapas, del desierto del Sinaí; y la nube se paró en el desierto de Parán.


Desde Sión, corona de beldad, se manifiesta,


Su corazón de hombre le será cambiado y le será dado un corazón de bestia; siete tiempos pasarán sobre él'.


Partieron de Madián y llegaron a Farán, donde tomaron consigo algunos hombres, y desde aquí se dirigieron a Egipto. Se presentaron al Faraón, rey de Egipto, quien le dio casa, le proporcionó sustento y le concedió terrenos.


Los carros del Señor son mil millares, del Sinaí viene el Señor en santidad.


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