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Deuteronomio 31:20 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 cuando los haya introducido en la tierra que prometí bajo juramento a sus padres, tierra que mana leche y miel. Cuando, después de haber comido, de haberse saciado y de haber engordado, se vuelva a otros dioses y los sirvan y a mí me desprecien, rompiendo mi alianza;

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Biblia Reina Valera 1960

20 Porque yo les introduciré en la tierra que juré a sus padres, la cual fluye leche y miel; y comerán y se saciarán, y engordarán; y se volverán a dioses ajenos y les servirán, y me enojarán, e invalidarán mi pacto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Pues los haré entrar en la tierra que juré dar a sus antepasados, una tierra donde fluyen la leche y la miel. Allí llegarán a ser prósperos, comerán todo lo que quieran y engordarán. Pero comenzarán a rendir culto a otros dioses; me despreciarán y romperán mi pacto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Pues los estoy llevando a la tierra que bajo mi juramento prometí a sus padres, tierra que mana leche y miel, y ellos, después de comer hasta saciarse y engordar bien, se volverán hacia otros dioses, les darán culto y a mí me despreciarán y romperán mi Alianza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Porque cuando lo introduzca en la tierra que con juramento prometí a sus padres, la cual mana leche y miel, y él haya comido y se haya hartado y engordado, se volverá a otros dioses y los servirá, y me tratará con desprecio, y quebrantará mi pacto.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 Porque cuando yo los introduzca en la tierra que juré a sus padres, la cual fluye leche y miel, comerán, y se saciarán, y engordarán; y luego se volverán a dioses ajenos y les servirán, y me provocarán y quebrantarán mi pacto.

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Deuteronomio 31:20
26 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Cuando los apacenté, se saciaron se saciaron, se jactaron en su corazón, y así se olvidaron de mí.


He bajado para liberarlo de la mano de los egipcios y subirlo de ese país a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel, al lugar donde viven los cananeos, los hititas, los amorreos, los perizeos, los jiveos y los jebuseos.


Por eso, así dice el Señor Yahveh: 'Aquí estoy para juzgar por mí mismo entre las ovejas gordas y las ovejas flacas.


Yo mismo buscaré las perdidas, traeré las descarriadas, vendaré a las heridas, curaré a las enfermas, vigilaré a las gordas y robustas y las apacentaré como es debido'.


engordan y se ponen rollizos; hasta se hinchan con malas palabras. No defienden la causa, la causa del huérfano para que prospere, ni fallan el pleito de los pobres.


Exultad, pues; sí, regocijaos, expoliadores de mi heredad; brincad como becerros en la otoñada, relinchad como los sementales.


su corazón es craso como el sebo, mas para mí tu ley son mis delicias.


De su grasa transpira la malicia, trasmitiendo su interna presunción.


Ellos tienen cerradas las entrañas y hablan arrogantemente con su boca.


Ellos, en su reino, en medio de la gran prosperidad que les diste en el fértil y extenso país que les entregaste, no te sirvieron, no se apartaron de sus malas acciones.


Ahora Yahveh, tu Dios, te conduce hacia una tierra buena, tierra de torrentes de agua, de fuentes y manantiales que brotan en la llanura y en la montaña;


Cuando Yahveh, tu Dios, te haya introducido en la tierra en la que vas a entrar para tomar posesión de ella y haya arrojado delante de ti a muchas naciones: a los hititas, los guirgaseos, los amorreos, los cananeos, los perizeos, los jiveos y los jebuseos, siete naciones más numerosas y poderosas que tú,


y he dicho: yo os subiré de la humillación de Egipto a la tierra de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los perizeos, de los jiveos y de los jebuseos, a un país que mana leche y miel'.


Si te olvidas de Yahveh, tu Dios, y vas tras otros dioses, les rindes culto y te postras ante ellos, yo os hago saber ya desde hoy que ciertamente pereceréis.


Pero guardaos de que vuestro corazón se deje seducir y apostatéis sirviendo a dioses extraños y postrándoos ante ellos;


porque la cólera de Yahveh se encendería contra vosotros, cerraría los cielos, no habría más lluvia, la tierra no daría sus frutos y desapareceríais rápidamente de la buena tierra que Yahveh os da.


no sea que, saciado, me desvíe y diga: '¿Quién es Yahveh?'. O que, por la indigencia, robe y profane el nombre de mi Dios.


Embrutece el corazón de este pueblo, endurece sus oídos, ciega sus oídos, para que sus ojos no vean, ni oigan sus oídos, ni entienda su corazón y no se convierta y se cure'.


Escucha, Israel y pon en práctica lo que te hará feliz y te multiplicará abundantemente en la tierra que mana leche y miel, como te dijo Yahveh, el Dios de tus padres.


No como la alianza que sellé con sus padres el día en que los tomé de la mano para sacarlos del país de Egipto. Ellos rompieron mi alianza, y yo los traté como señor -oráculo de Yahveh-.


Pero ellos en Adam violaron la alianza, allí me traicionaron.


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