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Deuteronomio 3:5 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Todas estas ciudades, fortificadas con altas murallas, con puertas y cerrojos, sin contar el gran número de ciudades abiertas,

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Biblia Reina Valera 1960

5 Todas estas eran ciudades fortificadas con muros altos, con puertas y barras, sin contar otras muchas ciudades sin muro.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Esas ciudades estaban fortificadas con murallas altas y portones con rejas. Al mismo tiempo, también conquistamos muchas ciudades que no estaban amuralladas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Todas eran ciudades fortificadas con muros altos, con puertas y trancas, sin contar los pueblos del campo, que eran innumerables.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Todas estas eran ciudades fortificadas: alta muralla, puertas y barras, sin contar otras muchas ciudades sin muro.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Todas estas eran ciudades fortificadas con muros altos, con puertas y cerrojos; además de muchas otras ciudades sin muros.

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Deuteronomio 3:5
8 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Por la fe cayeron las murallas de Jericó después de un cerco de siete días.


¿Adónde vamos a subir? Nuestros hermanos han hecho desfallecer nuestro corazón al decir: es un pueblo más grande y de mayor estatura que nosotros; las ciudades son grandes y fortificadas hasta el cielo; hemos visto también allí descendientes de los anaquitas'.


Pero el pueblo que habita el país es fuerte; y las ciudades están fortificadas y son muy grandes. Incluso vimos allí a descendientes de Anac.


En aquel entonces nos apoderamos de todas sus ciudades. No hubo ninguna que no les arrebatásemos: sesenta ciudades, todo el territorio de Argob, los dominios de Og en Basán.


las dimos al anatema, como hicimos con Sijón, rey de Jesbón. Consagramos al anatema ciudades enteras, con hombres, mujeres y niños,


Y las ratas de oro correspondían al número de todas las ciudades filisteas de los cinco príncipes, incluidas ciudades fortificadas y aldeas abiertas. Queda como testimonio, hasta el día de hoy, la gran piedra sobre la que se depositó el arca de Yahveh, en el campo de Josué, el de Bet Semes.


Dueños se hicieron de ciudades fortificadas y de una tierra fértil; ocuparon casas llenas de toda suerte de bienes, cisternas ya excavadas, viñedos y olivares, multitud de árboles frutales. Comieron, se saciaron, engordaron, disfrutaron las delicias de tu inmensa bondad.


Por eso, los judíos que habitan en lugares abiertos, los que residen en ciudades no fortificadas, hacen del día catorce del mes de Adar día de regocijo, de banquete y de fiesta, y se envían regalos los unos a los otros.


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