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Deuteronomio 29:20 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Yahveh lo separará de todas las tribus de Israel para desgracia suya, según todas las maldiciones de la alianza escrita en este libro de la Ley.

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Biblia Reina Valera 1960

20 No querrá Jehová perdonarlo, sino que entonces humeará la ira de Jehová y su celo sobre el tal hombre, y se asentará sobre él toda maldición escrita en este libro, y Jehová borrará su nombre de debajo del cielo;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Y el Señor jamás perdonará a los que piensan así. Por el contrario, su enojo y su celo arderán contra ellos. Les caerán encima todas las maldiciones escritas en este libro, y el Señor borrará sus nombres de la faz de la tierra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 y lo separará de todas las tribus de Israel para su desgracia, conforme a todas las maldiciones de la Alianza expresadas en este libro de la Ley.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 YHVH no querrá perdonarlo, sino que la ira de YHVH y su celo arderán contra aquel hombre, y todas las maldiciones escritas en este libro caerán sobre él, y YHVH borrará su nombre de debajo de los cielos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 Jehová no querrá perdonarle; sino que entonces humeará el furor de Jehová y su celo sobre el tal hombre, y se asentará sobre él toda maldición escrita en este libro, y Jehová borrará su nombre de debajo del cielo:

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Deuteronomio 29:20
41 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Maskil. De Asaf. ¿Por qué Señor, desechas para siempre y humea tu furor contra el rebaño de tus pastos?


¿Hasta cuándo, Señor, será tu enojo? ¿Para siempre? ¿Arderá tu furor igual que el fuego?


Déjame que los destruya y que borre su nombre de debajo del cielo, y haré de ti una nación más fuerte y numerosa que él'.


Haré de ti el blanco de mi celo, y te tratarán con furor; te arrancarán la nariz y las orejas, y tu prole caerá a espada; tomarán a tus hijos y a tus hijas y tu prole será devorada por el fuego.


Álef. Dios celoso y vengador es Yahveh, vengador es Yahveh y furibundo, Yahveh se venga de sus adversarios, es implacable con sus enemigos.


No te postres delante de otro dios porque Yahveh se llama Celoso. Es un Dios celoso.


No te postrarás ante ellas, ni las servirás; porque yo, Yahveh, tu Dios, soy un Dios celoso que castigo en los hijos la falta de los padres hasta la tercera y cuarta generación de aquellos que me odian,


El que venza será vestido así, con vestiduras blancas. No borraré jamás su nombre del libro de la vida, y proclamaré su nombre ante mi Padre y ante sus ángeles'.


pues ciertamente nuestro Dios es un fuego devorador.


¿O es que vamos a provocar a celos al Señor? ¿Somos acaso más fuertes que Él?


Pues, si Dios no perdonó las ramas naturales, tal vez tampoco a ti te perdonará.


El que ni siquiera escatimó darnos a su propio Hijo, sino que por todos nosotros lo entregó, ¿cómo no nos dará gratuitamente también todas las cosas con él?


Ni su plata ni su oro podrán salvarlos en el día de la ira de Yahveh. Por el fuego de su celo será devorada toda la tierra, porque él aniquilará de modo repentino y terrible a todos los habitantes de la tierra.


Por eso, así dice el Señor Yahveh: 'Sí, hablo en mi ardiente celo contra las demás naciones y contra Edom entero, porque se han apropiado mi país con pleno regocijo de corazón y con desprecio en el alma para depredar sus pastizales'.


Yo, Yahveh, he hablado; está para llegar y lo haré. No cejaré, no sentiré pena ni me arrepentiré. Te juzgarán según tu conducta y según tus acciones -oráculo del Señor Yahveh.'


Pues bien, en cuanto a mí, tampoco yo me apiadaré ni tendré compasión; hago recaer su conducta sobre su cabeza'.


Pues bien, también yo obraré con furor; no se apiadará mi vista ni tendré compasión. Clamarán ante mis oídos a grandes gritos, pero no los escucharé'.


Y me dijo: 'Hijo de hombre, alza tus ojos hacia el norte'. Alcé los ojos hacia el norte, y allí, al norte de la puerta del altar, a la entrada, estaba aquel ídolo del celo.


Alargó una especie de mano y me asió por un mechón de los pelos de la cabeza; entonces el espíritu me elevó entre la tierra y el cielo y me llevó, en visiones divinas, a Jerusalén, a la entrada de la puerta interior que mira al norte, donde estaba el emplazamiento del ídolo del celo que provoca los celos.


No me apiadaré ni tendré compasión; te trataré según tu conducta, y tus abominaciones estarán presentes ante ti; y sabréis que soy yo, Yahveh, el que hiere''.


No me apiadaré ni tendré compasión, sino que haré recaer sobre ti tu conducta, todas tus abominaciones estarán presentes ante ti; y sabréis que yo soy Yahveh'.


Por eso -por mi vida; oráculo del Señor Yahveh-, puesto que has contaminado mi santuario con todos tus ídolos y todas tus abominaciones, también yo te voy a cortar de raíz, sin que se apiaden mis ojos de ti; no tendré compasión''.


y voy a estrellarlos unos contra otros, a los padres junto con los hijos -oráculo de Yahveh-. No me apiadaré ni me afligiré ni me compadeceré de aniquilarlos'.


Al secarse, se romperá su ramaje; vendrán las mujeres y lo quemarán. Porque no es un pueblo inteligente, por eso su hacedor no le tendrá compasión, y su creador no le concederá gracia.


Ponme de sello sobre tu corazón, como sello en tu brazo, pues fuerte es el amor como la muerte, y fiera la pasión como el seol. Sus ardores son rayos de una hoguera, una llama divina.


Porque los celos enfurecen al marido: no tendrá piedad el día de la venganza,


Con sus altos sagrados lo irritaron y le dieron celos con sus ídolos.


Dio a su enojo rienda suelta, no ocultó a la muerte sus personas, destinó sus vidas a la peste.


acumúlales maldad sobre maldades y que no tengan lugar en tu justicia.


La tierra treme toda y se perturba, las bases de los montes se estremecen y palpitan, a causa de su ira.


Cuando Yahveh, tu Dios, te haya dado reposo, al abrigo de todos tus enemigos de alrededor, en la tierra que Yahveh, tu Dios, te va a dar en herencia para que la poseas, borrarás el recuerdo de Amalec de debajo del cielo. ¡No lo olvides!


y dijo: 'Voy a barrer de la faz de la tierra al hombre que he creado, desde el hombre hasta los animales domésticos, y hasta los reptiles, y las aves del cielo, pues me pesa de haberlos hecho'.


Yahveh no querrá perdonarle, sino que se encenderá contra él la cólera y el celo de Yahveh; descargará sobre él todas las maldiciones escritas en este libro y Yahveh borrará su nombre de debajo del cielo.


Pero Yahveh no había decidido aún borrar el nombre de Israel de debajo del cielo. Por eso los salvó por medio de Jeroboán, hijo de Joás.


Restáuranos, oh Dios: haz esplender tu rostro y seremos liberados.


mientras los perversos serán expulsados y los impíos arrancados de ella.


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