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Deuteronomio 28:62 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

62 Y quedaréis pocos, vosotros que erais tan numerosos como las estrellas del cielo, por no haber escuchado la voz de Yahveh, tu Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

62 Y quedaréis pocos en número, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en multitud, por cuanto no obedecisteis a la voz de Jehová tu Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

62 Aunque te multipliques tanto como las estrellas del cielo, quedarás reducido a unos cuantos, porque no quisiste escuchar al Señor tu Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

62 Por no haber obedecido a la voz de Yavé, tu Dios, no quedarán más que unos pocos de ustedes, que eran tan numerosos como las estrellas del cielo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

62 Y así, habiendo sido como las estrellas de los cielos en multitud, resultaréis pocos en número, por cuanto no obedeciste la voz de YHVH tu Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

62 Y quedaréis pocos en número, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en multitud; por cuanto no obedeciste a la voz de Jehová tu Dios.

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Deuteronomio 28:62
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Multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo, y los introdujiste en el país del que habías prometido a sus padres que de él tomarían posesión.


Cuando tus padres bajaron a Egipto eran setenta personas, y ahora Yahveh, tu Dios, te ha hecho tan numeroso como las estrellas del cielo.


Yahveh os dispersará entre los pueblos, y sólo quedaréis unos pocos en medio de los pueblos a los que os lleve Yahveh.


Y si el Señor no abreviara aquellos días, nadie se salvaría; pero, en atención a los elegidos que él eligió para sí, abrevió esos días.


y dijeron al profeta Jeremías: '¡Ojalá llegue ante ti nuestra súplica! Ruega a Yahveh, tu Dios, por nosotros, por todo este resto, pues de muchos que éramos quedamos unos pocos, como estás viendo con tus propios ojos,


Por eso la maldición devora la tierra, y expían la culpa los que la habitan; por eso disminuyen los habitantes y quedan hombres contados.


La ciudad era espaciosa y grande, pero estaba poco poblada, porque no estaban reedificadas las casas.


Se llevó al cautiverio a toda Jerusalén: a todos los jefes y personajes importantes, en número de diez mil, así como a todos los herreros y cerrajeros. No dejó más que la gente pobre del país.


Si Yahveh Sebaot no nos hubiera dejado un resto, seríamos como Sodoma, semejantes a Gomorra.


Por eso no le quedó a Joacaz más ejército que cincuenta jinetes, diez carros y diez mil infantes, porque el rey de Aram los había destruido y los había dejado como polvo de trilla.


Soltaré contra vosotros bestias salvajes, que os arrebatarán vuestros hijos, despedazarán vuestro ganado y os diezmarán, de modo que vuestros caminos quedarán desiertos.


Yahveh, vuestro Dios, os ha multiplicado y ahora sois tan numerosos como las estrellas del cielo.


Yahveh, el Dios de vuestros padres, os multiplique mil veces más de cuantos sois y os bendiga, como él os lo ha prometido.


'¿Hasta cuándo, Señor?' -pregunté-. Y él me respondió: 'Hasta que queden las ciudades asoladas y sin habitantes, las casas sin hombres, el campo desolado como un desierto.


Y si aún queda en él una décima parte, volverá a ser consumida. Como el terebinto y la encina, que, talados, conservan un tocón: semilla santa será su tocón'.


Porque así dice el Señor Yahveh a la casa de Israel: 'La ciudad que sacó mil guerreros quedará con cien, y la que sacó cien quedará con diez'.


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