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Deuteronomio 27:15 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Maldito el que haga una escultura tallada o una imagen de metal fundido, abominación para Yahveh, obra de las manos de un artesano, aunque la ponga en lugar secreto. Todo el pueblo responderá y dirá: Amén.

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Biblia Reina Valera 1960

15 Maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación a Jehová, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 “Maldito todo el que talle o funda un ídolo y lo erija en secreto. Esos ídolos, productos de artesanos, son detestables al Señor”. Y todo el pueblo responderá: “¡Amén!”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Maldito sea el que hace un ídolo de metal, cosa odiosa a Yavé, obra de manos de artífice, y lo coloca en un lugar oculto. Todo el pueblo responderá: ¡Amén!

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 ¡Maldito el hombre que haga ídolo o imagen de fundición,° abominación a YHVH, obra de mano de artesano, y la ponga en oculto! Y responderá todo el pueblo y dirá: ¡Amén!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

15 Maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación a Jehová, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén.

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Deuteronomio 27:15
44 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

No te harás ninguna imagen esculpida, ni figura de lo que hay arriba en el cielo, o abajo en la tierra, o en las aguas debajo de la tierra.


No te harás ninguna imagen esculpida, ni figura de lo que hay arriba en el cielo, o abajo en la tierra, o en las aguas debajo la tierra.


'No os haréis ídolos, ni erigiréis estatuas ni estelas, ni pondréis en vuestro país piedras grabadas para postraros ante ellas, pues yo soy Yahveh, vuestro Dios.


No os volváis a los ídolos ni os hagáis dioses de metal fundido. Yo, Yahveh, vuestro Dios.


Pues, si pronuncias alabanzas en Espíritu, ¿cómo podrá decir 'Amén' a tu acción de gracias el que ocupa el lugar de los no iniciados, si no entiende lo que dices?


No hagáis junto a mí dioses de plata ni dioses de oro. No los fabriquéis''.


Hizo lo que es malo a los ojos de Yahveh, pues siguió las abominaciones de las naciones que Yahveh arrojó de delante de los israelitas.


Profanó también el rey los lugares altos que había frente a Jerusalén al sur del monte de los Olivos, los que había erigido Salomón, rey de Israel, en honor de Astarté, abominación de los sidonios, de Camós, abominación de los moabitas, y de Milcón, abominación de los amonitas.


Pero tampoco Judá guardó los preceptos de Yahveh, su Dios, sino que siguió las costumbres practicadas por Israel.


Ahora, pues, que mi señor, el rey, se digne escuchar las palabras de su siervo. Si es Yahveh quien te excita contra mí, que acepte el olor de una ofrenda; pero si son los hombres, malditos sean ellos ante Yahveh, porque me expulsan hoy para que no tenga parte en la heredad de Yahveh, como si me dijeran: 'Vete a servir a dioses extranjeros'.


No haya entre vosotros hombre ni mujer, familia ni tribu, cuyo corazón se desvíe hoy de Yahveh, nuestro Dios, para ir a servir a los dioses de esos pueblos; no haya entre vosotros raíz de la que brote veneno y ajenjo.


Que este agua portadora de maldición penetre en tus entrañas, a fin de que hinchen tu vientre y hagan languidecer tus caderas'. Entonces dirá la mujer: 'Amén, amén'.


Pero Raquel había tomado los terafim, los había colocado en la albarda del camello y se había sentado encima. Labán rebuscó por toda la tienda, pero no halló nada.


Mientras Labán estaba en el esquileo de su rebaño, Raquel hurtó los terafim de su padre.


dijo: '¡Maldito sea Canaán! Sea el esclavo de esclavos de sus hermanos'.


De sus bellas alhajas hicieron alarde y fabricaron con ellas sus imágenes, sus ídolos abominables; por eso se las convertiré en estiércol.


dijo así el profeta Jeremías: '¡Así sea! ¡Que Yahveh lo haga así! ¡Que cumpla Yahveh las palabras que has profetizado, haciendo que vuelvan de Babilonia a este lugar los objetos del templo de Yahveh y todos los deportados!


Se esconde uno en escondites, ¿y yo no lo veré? -oráculo de Yahveh-. El cielo y la tierra, ¿no los lleno yo? -oráculo de Yahveh-.


para cumplir el juramento que hice a vuestros padres de darles un país que mana leche y miel, como sucede hoy'. Yo respondí y dije: '¡Amén, Yahveh!'.


y diles: así dice Yahveh, Dios de Israel: maldito el hombre que no atienda a las cláusulas de esta alianza


No reflexiona, ni tiene conocimiento ni inteligencia para decir: 'Una mitad la quemé en el fuego y luego cocí pan sobre sus brasas. Aso la carne y la como, y el resto lo convierto en abominación. Ante un trozo de madera me inclino'.


El resto lo convierte en un dios, en su ídolo que luego venera, que lo adora y le ruega diciendo: 'Sálvame, que eres mi dios'.


Cuando veáis, pues, la abominación de la desolación, la anunciada por el profeta Daniel, instalada en el lugar santo -entiéndalo bien el que lee-,


y no permitas que seamos tentados, sino líbranos del mal.


'Tropas enviadas por él profanarán el santuario y la ciudadela, abolirán el sacrificio perpetuo y pondrán allí la abominación de la desolación.


Háblales, pues, y diles: 'Así dice el Señor Yahveh: a cualquier hombre de la casa de Israel que erija sus ídolos en su propio corazón y ponga la ocasión de su pecado delante de sí mismo, y luego venga al profeta, yo, Yahveh, le responderé por sí mismo a causa de la multitud de sus ídolos,


Los levitas tomarán la palabra y en voz alta dirán a todos los hombres de Israel:


Bendito sea el Señor, Dios de Israel, desde una eternidad hasta la otra'. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! Y alabó a Yahveh.


Todo Israel transgredió la ley y se desvió, sin querer escuchar tu voz. Por eso cayeron sobre nosotros las maldiciones y las imprecaciones escritas en la ley de Moisés siervo de Dios, porque pecamos contra Él.


Cuando hayáis engendrado hijos y nietos y hayáis envejecido en aquella tierra, si os corrompéis y os fabricáis imágenes talladas de cualquier clase, practicando así el mal a los ojos de Yahveh, tu Dios, y lo irritáis,


Quemaréis en el fuego las esculturas de sus dioses; no codiciarás la plata y el oro que las recubren, ni te lo apropiarás, no sea que por ello caigas en una trampa, pues es una abominación para Yahveh, tu Dios,


Devolvió él los mil cien siclos de plata a su madre, y ella dijo: 'Yo había consagrado solemnemente y de forma voluntaria este dinero a Yahveh en favor de mi hijo, para fabricar una estatua y una imagen de metal fundido'. Él dijo: 'Ahora te lo devuelvo'.


Cuando devolvió el dinero a su madre, ésta tomó doscientos siclos de plata y se los entregó al fundidor, quien fabricó una estatua y una imagen de metal fundido, que quedaron en casa de Micá.


El maestro carpintero extiende la cuerda, lo esboza con el lápiz, lo labra con las gubias y con el compás lo perfila; lo hace como la figura de un hombre, como un espléndido ejemplar humano, para habitar en una casa.


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