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Deuteronomio 26:15 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Desde el cielo, desde tu santa morada, contempla y bendice a Israel, tu pueblo, y a la tierra que nos has dado, conforme juraste a nuestros padres: un país que mana leche y miel'.

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Biblia Reina Valera 1960

15 Mira desde tu morada santa, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel, y a la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche y miel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Ahora, mira desde tu morada en el cielo y bendice a tu pueblo Israel y a esta tierra que juraste a nuestros antepasados que nos darías, una tierra donde fluyen la leche y la miel”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Desde tu Santuario, desde lo alto de los cielos, mira a tu pueblo Israel y bendícelo, así como a la tierra que nos has dado según lo tenías dicho a nuestros padres, esta tierra que mana leche y miel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Contempla desde tu santa morada, desde los cielos, y bendice a tu pueblo Israel y a la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que mana leche y miel.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

15 Mira desde la morada de tu santidad, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel, y a la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche y miel.

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Deuteronomio 26:15
26 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Mira desde el cielo y observa desde tu santa y gloriosa morada: ¿dónde está tu celo y tu fuerza? ¿La ternura de tus entrañas y tu compasión por mí se han detenido?


Aquí estoy yo para alzar mi mano contra ellas, para que sean el botín de sus mismos esclavos. Así sabréis que Yahveh Sebaot me ha enviado.


El cielo es mi trono, y la tierra el escabel de mis pies. ¿Qué casa me habéis de construir, dice el Señor, o cuál va a ser el lugar de mi descanso?


Así dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: 'Todavía se volverá a decir en el país de Judá y en sus ciudades, cuando cambie su suerte: '¡Que Yahveh te bendiga, morada de justicia, montaña santa!'.


escúchalo tú desde el cielo, lugar de tu morada, y haz todo cuanto ese extranjero te pida, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre y te teman, lo mismo que te teme tu pueblo Israel, y sepan que tu nombre es invocado en este templo que acabo de edificar.


Pero ¿es verdad que Dios habitará en la tierra? Si los cielos y los cielos de los cielos no tienen capacidad para contenerte ¡cuánto menos este templo que te he construido!


Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre;


El espíritu de Yahveh está sobre mí, pues Yahveh me ha ungido. Para dar la buena nueva a los humildes me envió, para vendar los corazones quebrantados, para proclamar a los cautivos libertad, a los prisioneros amnistía,


Que así dice el Excelso, el Sublime, que reside en la eternidad y cuyo nombre es santo: 'En lo alto y en lo santo resido, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para vivificar el espíritu de los humildes, para vivificar el corazón de los quebrantados.


Sobre nosotros vengan las dulzuras del Señor, de nuestro Dios. Consolida en nosotros la acción de nuestras manos, la acción de nuestras manos fortalece.


No está tu complacencia en sacrificios para que yo te ofrezca, ni quieres tú holocaustos.


Libera tú a tu pueblo, bendice a tu heredad, apaciéntalos y guíalos por siempre.


Clamamos entonces a Yahveh, el Dios de nuestros padres, y Yahveh oyó nuestra voz; vio nuestra miseria, nuestra pena y nuestra opresión,


y nos introdujo en este lugar, dándonos este país, tierra que mana leche y miel.


Nada de ello he comido cuando estaba de duelo; no he consumido nada que fuera impuro; no he ofrecido nada al muerto. He obedecido la voz de Yahveh, mi Dios, y me he comportado en todo como tú me has mandado.


Luego se levantaron los sacerdotes y los levitas y bendijeron al pueblo. Su voz fue escuchada y su oración llegó hasta la santa morada, hasta el cielo.


Alabad al Señor y cantad salmos a su nombre, abrid camino al que cabalga en las estepas: Yahveh es su nombre; regocijaos ante él.


que el jabalí del bosque la devaste y sea pasto de las bestias del campo?


Mirad: he puesto ese país delante de vosotros. Id y tomad posesión de la tierra que a vuestros padres Abrahán, Isaac y Jacob juró Yahveh darles, a ellos y a su descendencia después de ellos'.


Escucha, Israel y pon en práctica lo que te hará feliz y te multiplicará abundantemente en la tierra que mana leche y miel, como te dijo Yahveh, el Dios de tus padres.


Vuelve, pues, oh Dios de los ejércitos, observa desde el cielo y considera. Atiende a esta vid,


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