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Deuteronomio 21:23 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 pero no permitirás que su cadáver pase la noche en el árbol, sino que sin falta lo enterrarás ese mismo día; pues un hombre colgado de un árbol es una maldición de Yahveh, y no has de mancillar la tierra que Yahveh, tu Dios te va a dar en herencia.

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Biblia Reina Valera 1960

23 no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 el cuerpo no debe quedar allí colgado toda la noche. Habrá que enterrarlo ese mismo día, porque todo el que es colgado es maldito a los ojos de Dios. De esa manera, evitarás que se contamine la tierra que el Señor tu Dios te da como preciada posesión.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 su cuerpo no pasará la noche colgado, sino que lo enterrarás el mismo día, porque un colgado es maldición de Dios. Así no harás impura la tierra que Yavé, tu Dios, te da por herencia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 su cadáver no pasará la noche en el árbol. Sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por ’Elohim es el colgado,° y no has de contaminar la tierra que YHVH tu Dios te da en posesión.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

23 su cuerpo no ha de permanecer toda la noche en el madero, sino que sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.

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Deuteronomio 21:23
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Cristo nos rescató de la maldición de la ley haciéndose maldición por nosotros, pues está escrito: Maldito todo el que es colgado de un madero.


Entonces los judíos, como era la parasceve, para que los cuerpos no quedaran en la cruz el sábado -pues aquel sábado era día de gran solemnidad-, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran.


Al que no conoció pecado, lo hizo pecado por nosotros, para que en él llegáramos nosotros a ser justicia de Dios.


Esa tierra se ha hecho impura; yo he castigado su maldad, y la tierra vomitó a sus habitantes.


Hasta desearía yo mismo ser anatema, ser separado de Cristo en bien de mis hermanos, los de mi raza según la carne.


Dijo Yahveh a Moisés: 'Reúne a todos los jefes del pueblo y cuélgalos ante Yahveh, frente al sol, para que se aleje de Israel la cólera de Yahveh'.


Al rey de Ay lo colgó de un árbol hasta el atardecer; pero a la puesta del sol mandó Josué que descolgaran del árbol el cadáver. Luego lo arrojaron a la entrada de la puerta de la ciudad y echaron sobre él un gran montón de piedras, que subsiste hasta el día de hoy.


El que no ama al Señor, sea anatema. Marana tha.


No podrán los israelitas hacer frente a sus enemigos, sino que volverán la espalda ante ellos, porque se han convertido en anatema. No volveré a estar con vosotros hasta tanto no exterminéis de entre vosotros lo que es objeto de anatema.


Por eso, que se nos entreguen siete de sus hijos, para colgarlos ante Yahveh, en Gabaón, en el monte de Yahveh'. Respondió el rey: 'Os los entregaré'.


y no has de introducir en tu casa tal abominación, para que no llegues a ser anatema como ella. Las tendrás por inmundas y abominables, por ser cosa dada al anatema.


Rispá, hija de Ayá, tomó un saco y lo extendió para estarse sobre la roca. Y desde el comienzo de la siega hasta que cayeron sobre ellos las lluvias del cielo, no dejó que las aves del cielo se acercaran a ellos de día, ni las fieras del campo de noche.


Durante siete meses los enterrará la casa de Israel, para purificar el país.


Luego se irritó Yahveh contra mí por vuestra culpa y juró que yo no pasaría el Jordán ni entraría en la buena tierra que Yahveh, tu Dios, te da en heredad.


Cuando Yahveh, tu Dios, te haya dado reposo, al abrigo de todos tus enemigos de alrededor, en la tierra que Yahveh, tu Dios, te va a dar en herencia para que la poseas, borrarás el recuerdo de Amalec de debajo del cielo. ¡No lo olvides!


Llegó el mensajero y le avisó a Jehú: 'Han traído las cabezas de los hijos del rey'. Él respondió: 'Ponedlas en dos montones a la entrada de la puerta hasta la mañana'.


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