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Deuteronomio 20:20 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Sólo los árboles que veas que no son frutales podrás talar y derribar, para construir con ellos ingenios de asedio contra esa ciudad que te hace la guerra, hasta que se rinda.

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Biblia Reina Valera 1960

20 Mas el árbol que sepas que no lleva fruto, podrás destruirlo y talarlo, para construir baluarte contra la ciudad que te hace la guerra, hasta sojuzgarla.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Solamente corta los árboles que sabes que no son aptos para comer. Úsalos para la fabricación de todo lo que necesites para atacar la ciudad enemiga hasta que se rinda.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Si hay árboles que no son frutales, córtalos y haz con ellos escaleras e instrumentos que te sirvan para tomar la ciudad que te opone resistencia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Sólo el árbol que tú sabes que no es un árbol frutal, lo podrás destruir y talar para construir con él obras de asedio contra la ciudad que te hace la guerra, hasta que la derribes.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 Solo los árboles que sabes que no son árboles para comer, los destruirás y los talarás, y edificarás baluarte contra la ciudad que hace guerra contra ti, hasta que sea subyugada.

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Deuteronomio 20:20
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Ni con un gran ejército ni con tropa numerosa le ayudará el Faraón cuando se levanten terraplenes y se construyan baluartes para exterminar muchas vidas.


Porque así dice Yahveh, Dios de Israel, acerca de las casas de esta ciudad y acerca de las casas de los reyes de Judá que han sido demolidas. En los terraplenes de asedio


Pues así dice Yahveh Sebaot: Talad sus árboles, alzad contra Jerusalén un terraplén. Es la ciudad que ha de ser castigada; todo en ella es opresión.


Por lo cual, esto dice Yahveh sobre el rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, no lanzará flechas contra ella; no le hará frente con escudos, ni alzará contra ella terraplenes.


Había una pequeña ciudad con pocos habitantes. Marchó contra ella un gran rey, la asedió y levantó frente a ella fuertes baluartes.


Y construyó en Jerusalén máquinas ingeniosamente diseñadas para ponerlas sobre las torres y los ángulos, con el fin de lanzar flechas y grandes piedras. Así su fama se extendió hasta países lejanos, porque fue maravillosamente socorrido hasta llegar a hacerse fuerte.


¿Adónde vamos a subir? Nuestros hermanos han hecho desfallecer nuestro corazón al decir: es un pueblo más grande y de mayor estatura que nosotros; las ciudades son grandes y fortificadas hasta el cielo; hemos visto también allí descendientes de los anaquitas'.


Cuando ataques una ciudad y, para apoderarte de ella, tengas que tenerla sitiada mucho tiempo, no destruirás sus árboles, aplicándoles el hacha, pues has de comer de ellos. No los talarás. Pues ¿acaso los árboles son hombres para que tú los trates como a sitiados?


Si en la tierra que Yahveh, tu Dios, te va a dar para que la poseas, se descubre un muerto tendido en el campo, sin que se sepa quién lo mató,


y destruiréis todas sus plazas fuertes y todas las ciudades principales, talaréis todos los árboles frutales, cegaréis todos los manantiales de agua y sembraréis de piedras todos los campos más fértiles''.


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