Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Deuteronomio 20:16 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Pero en las ciudades de estos pueblos cercanos que Yahveh, tu Dios, te va a dar en posesión, no dejarás nada con vida.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

16 Pero de las ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida,

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Nueva Traducción Viviente

16 En las ciudades que el Señor tu Dios te da como preciada posesión, destruye a todo ser viviente.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

16 En cambio, no dejarás a nadie con vida en las ciudades que Yavé te da en herencia,

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

16 Pero de las ciudades de estos pueblos que YHVH tu Dios te da por herencia, no dejarás con vida a ninguna persona.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 Pero de las ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios te da por heredad, no dejarás con vida nada que respire;

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Deuteronomio 20:16
25 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Se apoderaron los israelitas de todos los despojos de estas ciudades y de sus ganados; pero pasaron a filo de espada a todas las personas, hasta exterminarlas, sin dejar supervivientes.


debéis arrojar de delante de vosotros a todos los habitantes del país, destruir todas sus imágenes, todas sus estatuas de metal fundido, y demoler todos sus lugares altos.


Así fue dominando Josué todo el país: la montaña, el Negueb, la llanura, las vertientes, con todos sus reyes, sin dejar supervivientes. Y entregó al anatema a todos los seres vivientes, según había dispuesto Yahveh, Dios de Israel.


Aquel día Josué conquistó Maquedá y la pasó al filo de espada, como a su rey; y los entregó al anatema con todas las personas que en ella había, sin dejar supervivientes. Trató al rey de Maquedá como había tratado al de Jericó.


Exterminarás, pues, a todos los pueblos que Yahveh, tu Dios, te va a entregar; no se apiaden tus ojos de ellos. Y no rendirás culto a sus dioses, porque eso sería un lazo para ti.


Lo derrotaron a él, a sus hijos y a todo su pueblo, sin que nadie se salvara, y se apoderaron de su tierra.


Pero aquel mismo día los destinó Josué para que fueran, hasta hoy, leñadores y aguadores de la comunidad y del altar de Yahveh, en el lugar que Yahveh había de elegir.


Respondieron ellos a Josué en los siguientes términos: 'Había llegado a conocimiento de tus siervos lo que Yahveh, tu Dios, había ordenado a Moisés, su siervo, a saber, entregaros todo este país y exterminar ante vosotros a todos los habitantes de esta tierra. Hemos temido mucho por nuestras vidas ante vosotros, y por eso hemos hecho esto.


Ahora pues, matad a todos los niños varones y a toda mujer que ha conocido varón, que haya cohabitado con él.


Así harás con todas las ciudades que estén muy distantes de ti, que no sean ciudades de tus naciones vecinas.


Entregarás al anatema a esos pueblos: los hititas, los amorreos, los cananeos, los perizeos, los jiveos y los jebuseos, como Yahveh, tu Dios, te ha ordenado,


Luego prendieron fuego a la ciudad con cuanto en ella había; pero la plata y el oro y los objetos de bronce y de hierro fueron entregados al tesoro de la casa de Yahveh.


Cuando hayáis tomado la ciudad, prendedle fuego. Actuaréis conforme a la orden de Yahveh. Mirad que os lo mando yo'.


El total de los que cayeron en aquel día, hombres y mujeres, fueron doce mil: todos ellos habitantes de Ay.


Josué y los israelitas acabaron de infligirles una completa derrota, hasta exterminarlos, aunque algunos fugitivos consiguieron escapar y se refugiaron en las ciudades fortificadas.


Ahora, pues, vete a derrotar a Amalec y condénalo al anatema con cuanto le pertenezca, sin sentir compasión de él. Darás muerte a todos, hombres y mujeres, adolescentes y niños de pecho, bueyes y ovejas, camellos y asnos'.


Luego se irritó Yahveh contra mí por vuestra culpa y juró que yo no pasaría el Jordán ni entraría en la buena tierra que Yahveh, tu Dios, te da en heredad.


su primer marido, el que se divorció de ella, no podrá volver a tomarla por esposa, después de haberse ella mancillado; porque esto es una abominación ante Yahveh, y no has de profanar la tierra que Yahveh, tu Dios, te va a dar en herencia.


Yahveh os los entregará y vosotros haréis con ellos exactamente conforme al mandato que yo os he dado.


Replicaron los israelitas a los jiveos: 'Quizá vosotros habitáis cerca de nosotros. ¿Cómo podemos pactar una alianza con vosotros?'.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម