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Deuteronomio 17:8 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Si has de juzgar casos que te sean demasiado difíciles: casos de homicidio, de colisión de derechos, de heridas, de asuntos controvertidos en tus ciudades, te levantarás, subirás al lugar que haya escogido Yahveh, tu Dios,

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Biblia Reina Valera 1960

8 Cuando alguna cosa te fuere difícil en el juicio, entre una clase de homicidio y otra, entre una clase de derecho legal y otra, y entre una clase de herida y otra, en negocios de litigio en tus ciudades; entonces te levantarás y recurrirás al lugar que Jehová tu Dios escogiere;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 »Supongamos que a un juez local le llega un caso demasiado difícil de resolver; por ejemplo, si alguien es culpable de asesinato o de homicidio no premeditado, o bien podría ser una demanda complicada o un caso que involucra distintos tipos de agresión. Esos casos legales llévalos al lugar que el Señor tu Dios elija

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Si se te presenta un caso demasiado difícil, ya sea un asunto de sangre, un litigio o una querella por heridas, o una disensión entre las autoridades de la ciudad, subirás al lugar elegido por Yavé, tu Dios,

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Si te resulta demasiado difícil juzgar algún asunto en tus ciudades, entre sangre y sangre, entre causa y causa, entre lesión y lesión, o en asuntos de pleitos, entonces te dispondrás y subirás al lugar que YHVH tu Dios haya escogido.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Cuando alguna cosa te fuere oculta en juicio entre sangre y sangre, entre causa y causa, y entre llaga y llaga, en negocios de litigio en tus ciudades; entonces te levantarás y recurrirás al lugar que Jehová tu Dios escogiere;

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Deuteronomio 17:8
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sino que frecuentaréis el lugar que Yahveh, vuestro Dios, elija entre todas vuestras tribus para poner en él su nombre y su morada; es allí adonde habrás de ir.


'Así habla Yahveh Sebaot: pide a los sacerdotes una aclaración sobre este caso:


En el juicio no consideraréis las personas, sino que escucharéis lo mismo al pequeño que al grande, no temeréis a nadie, porque el juicio es de Dios. La causa que os parezca demasiado difícil, traédmela a mí y yo la resolveré'.


Los labios del sacerdote deben guardar la instrucción, y en su boca se busca la enseñanza, porque él es el mensajero de Yahveh Sebaot.


los dos litigantes se presentarán ante Yahveh, delante de los sacerdotes y de los jueces en funciones en aquellos días.


Éstos son los casos de homicidas que pueden salvar su vida refugiándose allí: si alguien hiere mortalmente, pero de forma involuntaria, a su prójimo, sin que hubiera habido antes enemistad entre ellos;


Pero si uno hirió a otro con instrumento de hierro, causándole la muerte, aquél es un homicida; y el homicida debe morir.


escogeréis las ciudades que os servirán de asilo, donde pueda refugiarse el homicida que, sin querer, haya herido de muerte a alguno.


Pero si ya ha salido el sol, sí hay delito. En cualquier caso, el ladrón debe restituir; si no tiene con qué, será vendido para restituir lo robado.


Si un buey acornea a un hombre o a una mujer, y le causa la muerte, el buey será lapidado y no se comerá su carne, pero el dueño del buey queda absuelto.


Si en el curso de una riña entre hombres uno de ellos golpea a una mujer encinta y acelera el parto, pero sin otras consecuencias, pagará la multa que el marido de esta mujer le imponga, según estimación de los jueces.


Si alguien apalea a su esclavo o a su esclava hasta causarle la muerte, tendrá que someterse a castigo.


Resolvían los asuntos del pueblo en todo momento. Llevaban a Moisés los asuntos más arduos y solucionaban por sí mismos los de menor importancia.


Moisés respondió a su suegro: 'El pueblo acude a mí para consultar a Dios.


En toda acusación de hurto, sea de buey, de asno, de cabeza de ganado menor, de un vestido, o de cualquier cosa desaparecida, de la que se diga: 'Es mío', debe presentarse el pleito ante Dios. Y aquel a quien Dios declare culpable, restituirá a su prójimo el doble.


entonces, llevaréis al lugar elegido por Yahveh, vuestro Dios, para que en él more su nombre, todo lo que ahora yo os prescribo: vuestros holocaustos y vuestros sacrificios, vuestros diezmos y las ofrendas balanceadas de vuestras manos, y todo lo más selecto de cuanto hayáis prometido con voto a Yahveh.


Si dos hombres pleitean, se presentarán a juicio y se emitirá sentencia; se absolverá al inocente y se condenará al culpable.


En los pleitos actuarán de jueces, emitiendo sentencia según mis normas. Observarán mis leyes y mis normas en todas mis solemnidades y santificarán mis sábados.


antes bien, los ofrecerás en el lugar que Yahveh haya elegido en una de tus tribus, y allí harás todo lo que yo te mando.


Se acercarán luego los sacerdotes, hijos de Leví, pues a ellos los escogió Yahveh, tu Dios, para que le sirvan y para bendecir en nombre de Yahveh, y según su decisión se resolverá todo litigio y todo crimen.


Absalón madrugaba y se ponía junto al camino de acceso a la puerta. Conversaba con cuantos acudían a jucio ante el rey para pleitear y les decía: '¿De qué ciudad eres tú?'. Éste respondía: 'De tal tribu de Israel es tu servidor'.


De los yisaritas, Quenanías y sus hijos estaban encargados en Israel de los asuntos externos como escribas y jueces.


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