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Deuteronomio 17:20 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 a fin de que su corazón no se engría creyéndose superior a sus hermanos, ni se aparte de los mandamientos a la derecha o a la izquierda, y así prolongue los días de su reinado, él y sus hijos, en medio de Israel.

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Biblia Reina Valera 1960

20 para que no se eleve su corazón sobre sus hermanos, ni se aparte del mandamiento a diestra ni a siniestra; a fin de que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 La lectura diaria impedirá que se vuelva orgulloso y actúe como si fuera superior al resto de sus compatriotas, y también impedirá que se aparte de los mandatos en lo más mínimo. Además, será una garantía de que él y sus descendientes reinarán por muchas generaciones en Israel.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Así no mirará en menos a sus hermanos, y no se apartará de estos mandamientos ni a la derecha ni a la izquierda, y él y sus hijos prolongarán los días de su reinado en medio de Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 A fin de que su corazón no se eleve sobre sus hermanos, y no se aparte del mandamiento ni a derecha ni a izquierda, para que él y sus hijos prolonguen sus días en su reino en medio de Israel.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 para que no se eleve su corazón sobre sus hermanos, ni se aparte del mandamiento a derecha ni a izquierda: a fin que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.

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Deuteronomio 17:20
39 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

puesto que David había hecho lo recto ante los ojos de Yahveh, sin apartarse de ninguno de sus preceptos durante toda su vida, excepto en el caso de Urias, el hitita.


Poned, pues, mucho cuidado en hacer cuanto Yahveh, Dios vuestro, os ha ordenado; no os desviéis ni a la derecha ni a la izquierda.


Porque es el día de Yahveh Sebaot: contra todo soberbio y altanero, contra todo enaltecido, para abatirlo,


o sea, a causa de tan grandes revelaciones. Por eso, para que no me arrastre la soberbia, se me clavó un aguijón en la carne: un enviado de Satanás, para que me abofetee, a fin de que no me envanezca.


Quien no tiene el alma recta sucumbirá, pero el justo vivirá por su fe'.


y que no hay dicha para el malvado, quien, como sombra, no prolonga su vida, porque no tiene temor de Dios.


porque el patrimonio no es para siempre ni la riqueza dura generaciones.


El temor de Yahveh prolonga los días, los años de los malvados son breves.


Si tus hijos observan mi alianza y este testimonio que les doy a conocer, para siempre sus hijos, a su vez, ocuparán tu trono.


deseables más que el oro y que el metal precioso, más dulces que la miel y que el jugo del panal.


'Por haberse conmovido tu corazón, y por haberte humillado tú ante la presencia de Dios al oír sus palabras contra este lugar y sus habitantes; por haberte humillado delante de mí y haber rasgado tus vestiduras y haber llorado en mi presencia, yo también te he escuchado. ¡Oráculo de Yahveh!


Pero no se humilló ante Yahveh, como se había humillado su padre Manasés, sino que Amón cometió pecados aún mayores.


Su oración, y cómo fue atendido, todos sus pecados y prevaricaciones, los sitios en que construyó los lugares altos y colocó las aserás y los ídolos, antes de haberse humillado, están consignados en los relatos de los videntes.


Al verse en tales angustias, trató de aplacar a Yahveh, su Dios, y se humilló profundamente en presencia del Dios de sus padres.


Pero al sentirse fuerte, se ensoberbeció su corazón hasta corromperse. Prevaricó contra Yahveh, su Dios, pues entró en el templo de Yahveh para quemar incienso sobre el altar del incienso.


Tú te has dicho: 'He derrotado a Edom' y con esto, tu corazón se ha engreído. Disfruta de esa gloria, pero quédate en tu casa. ¿Para qué provocar una desventura, en la que vas a caer tú y Judá contigo?'.


Por haber derrotado a Edom, se ha engreído tu corazón. Disfruta de esa gloria, pero quédate en tu casa. ¿Para qué provocar una desventura, en la que vas a caer tú y Judá contigo?'.


Yahveh dijo a Jehú: 'Por haberte portado bien, haciendo lo que es recto a mis ojos, y por haber ejecutado con la casa de Ajab todo lo que yo tenía en mi corazón, tus hijos se sentarán en el trono de Israel hasta la cuarta generación'.


A su hijo le quedará una tribu, para que mi siervo David tenga siempre ante mí una lámpara en Jerusalén, la ciudad que yo elegí para establecer en ella mi nombre.


Pero no arrebataré de sus manos todo el reino, sino que le mantendré como príncipe durante todos los días de su vida, en consideración a mi siervo David, a quien elegí, el cual guardó mis mandamientos y preceptos.


Pues la rebeldía es como pecado de hechicería, y la contumacia como delito de idolatría. Porque tú has rechazado la palabra de Yahveh, él también te rechaza para que ya no seas rey'.


Actuarás, pues, conforme a la ley que ellos te enseñen y a la sentencia que te den; no te desviarás ni a la derecha ni a la izquierda de cuanto te hayan señalado.


Guarda y escucha todas estas cosas que yo te ordeno, para que te vaya bien a ti, y a tus hijos después de ti, perpetuamente, por haber hecho lo que es bueno y recto a los ojos de Yahveh, tu Dios.


No la comerás y te irá bien a ti, y a tus hijos después de ti, por haber hecho lo que es recto a los ojos de Yahveh.


Te acordarás de todo el camino que Yahveh, tu Dios, te ha hecho recorrer durante estos cuarenta años por el desierto, para humillarte, probarte y saber lo que encierra tu corazón, y para ver si guardabas o no sus mandamientos.


Nada añadiréis a lo que yo os mando, ni de ello quitaréis nada, sino que guardaréis los mandamientos de Yahveh, vuestro Dios, que yo os ordeno.


De igual modo, vosotros, jóvenes, someteos a los presbíteros. Revestíos todos de humildad en servicio mutuo, porque Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes.


De tus juicios no disiento, pues eres tú el que me enseña.


Luego Samuel proclamó ante el pueblo los derechos de la realeza y los consignó por escrito en un libro que puso delante de Yahveh. Después despidió Samuel a todo el pueblo, cada uno a su casa.


Sus juicios me están todos presentes y no eludo sus mandatos;


Guarda los preceptos de Yahveh, tu Dios, camina por sus sendas, observa sus mandamientos, sus leyes, sus órdenes y sus instrucciones, según está escrito en la ley de Moisés, para que tengas éxito en todo lo que hagas y en todo lo que emprendas.


Siguió en todo los pecados que su padre había cometido antes de él, y su corazón no estuvo enteramente por Yahveh, su Dios, como lo había estado el de su antepasado David.


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