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Daniel 6:18 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Trajeron después una piedra y la pusieron a la entrada del foso. El rey la selló con su anillo y con el anillo de sus magnates para que no se cambiara lo establecido con respecto a Daniel.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Luego el rey se fue a su palacio, y se acostó ayuno; ni instrumentos de música fueron traídos delante de él, y se le fue el sueño.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Luego el rey regresó al palacio y pasó la noche en ayuno. Rechazó sus entretenimientos habituales y no pudo dormir en toda la noche.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 El rey entró en su palacio, ayunó toda la noche y no quiso acostarse con sus concubinas; no pudo dormir.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Y se retiró el rey a su palacio y pasó la noche en ayuno, sin hacer venir concubinas a su presencia, y el sueño huyó de él.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

18 Se fue luego el rey a su palacio, y pasó la noche en ayuno; ni instrumentos de música fueron traídos delante de él, y se le fue el sueño.

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Daniel 6:18
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

En el año segundo de su reinado, tuvo Nabucodonosor un sueño que le perturbó hasta tal punto que le era imposible dormir.


Aquella noche, no pudiendo el rey conciliar el sueño, mandó que le trajeran el libro de las memorias, o crónicas y que las leyeran en su presencia.


Recordando al Señor, soy un gemido; meditando, el aliento se me encoge. Selah


Ya no se escuchará más en ti voz de citaristas y de cantores, de tocadores de flauta y de trompeta. Ya no se encontrará más en ti artesano de arte alguna. Ya no se escuchará más en ti el ruido de la rueda de molino.


Amontoné plata y oro, tesoros de reyes y provincias. Me procuré cantores y cantoras, todo placer humano y no pocas mujeres.


Allí, en los sauces, habíamos colgado nuestras liras,


Cantan ellos con tambor y cítara, disfrutan al son de la flauta.


Al oír Ajab todas estas palabras, rasgó sus vestiduras, se puso un saco sobre la carne y ayunó. Se acostaba con el saco puesto y andaba abatido.


Dijo luego el rey a Semeí: '¡No morirás!'. Y el rey se lo juró.


Después el rey se fue a su palacio y pasó la noche sin probar alimento. No quiso que le prepararan distracciones ni pudo conciliar el sueño.


No comí manjares delicados; ni carne ni vino entraron en mi boca; y no me ungí hasta que se cumplieron las tres semanas.


Sofocaron mi vida en la fosa, echaron piedras sobre mí.


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